De la “chiva loca” al “títere de Cordero”
Roberto Vizcaíno viernes 25, Abr 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El calor del enfrentamiento entre senadores y diputados subió con declaraciones de unos y otros
- En San Lázaro funcionan los acuerdos y los procesos, mientras que en Senado se empantanan
- La emblemática Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo un reconocimiento a México
Y de repente algunos de las izquierdas y otros de las derechas perdieron el estilo, y el escenario legislativo amenazó con entrar en un ambiente de lavadero y de vecindad.
En San Lázaro el coordinador de los diputados del PAN, Luis Alberto Villarreal advirtió que el senador panista Javier Lozano estaba actuando como ‘chiva loca’ al presentar una iniciativa sin consenso sobre las secundarias de la reforma de telecomunicaciones y el coordinador de los perredistas, Silvano Aureoles comentó al vuelo que las cámaras del Congreso eran colegisladoras, no congeladoras.
En el Senado, al botepronto, la respuesta vino del coordinador de los senadores del PRD, el poblano Miguel Barbosa, quien se fue por la acera equivocada, la de la ofensa personal, y calificó a su compañero de bancada, al michoacano Silvano Aureoles y al panista guanajuatense Villarreal de títeres.
Barbosa indicó que los comentarios expresados por Silvano y Villarreal respecto al desempeño de los senadores en este proceso de sacar las secundarias de telecomunicaciones y de la político-electoral les fueron dictadas y ordenadas por el coordinador de los diputados del PRI, el sonorense Manlio Fabio Beltrones.
El comentario del poblano jaló el debate al callejón del descontón de pulquería.
Al hablar de ello, Barbosa sacaba a flote un sentimiento que trae clavado desde hace tiempo en contra de Beltrones, a quien señala de controlar no sólo a la bancada del PRI en San Lázaro, sino también a las del PAN, PRD, PVEM y Panal.
El poblano no soporta que en San Lázaro los acuerdos fluyan y que eso haga que las iniciativas y demás procesos legislativos salgan sin dilaciones. No es tampoco la primera vez que se lanza contra Beltrones.
El problema ahora es que calificó de sometidos, títeres y entreguistas tanto a Silvano como a Villarreal. Le salió del alma.
Luego entonces, ¿Barbosa cree que esos dos coordinadores parlamentarios son corruptos y pueden ser comprados por un tercero?, ¿cuánto cuestan las voluntades de ambos?, ¿sabe Barbosa si hay algún arreglo que lleve a Aureoles y a Villarreal a hacer lo que les diga Beltrones? ¿Por qué no los denuncia formalmente?
Lo único cierto y comprobable en esta triste historia es que hay hechos registrados que muestran su sometimiento a los dictados del panista Ernesto Cordero, para empantanar cuanta reforma pasaba por el Senado. Fue sorprendente la reacción de Barbosa cuando Gustavo Madero, como líder del PAN, removió a Ernesto Cordero de la coordinación de la bancada de Acción Nacional.
El perredista poblano emitió entonces una carta pública en defensa de Cordero que pretendió influir en la decisión de Madero, y en la que llamó “hermano” al ex secretario de Hacienda de Felipe Calderón.
Barbosa se expuso entonces como siquiera lo hicieron los panistas.
La verdad es que ahora las circunstancias de negociación y alcance de acuerdos en una y otra cámara son muy distintas y eso influye en los resultados obtenidos por senadores y diputados.
De acuerdo a la composición y origen de las bancadas en cáda fracción dentro de cada cámara, es que surgen los conflictos y celos.
Así desde que inició esta legislatura en septiembre de 2012, se prefiguró una maquinaria aceitada y bien coordinada integrada por los coordinadores de las principales fuerzas en San Lázaro, a saber el del PRI, Manlio Fabio Beltrones; el del PRD, Silvano Aureoles y el del PAN, Luis Alberto Villarreal.
Esto ocurre porque los tres fueron compañeros durante 6 años en el Senado de la República y tuvieron oportunidad de trabajar juntos y negociar acuerdos durante el sexenio de Felipe Calderón.
Todos ellos provienen de una legislatura surgida del peor conflicto postelectoral de los últimos decenios en México, el del proceso de julio de 2006 cuando Andrés Manuel López Obrador hizo lo imposible por impedir que Felipe Calderón tomara posesión.
Les tocó vivir y conducir el conflicto a través de las reformas de Estado y de una negociación interna que salvó poco a poco aquel momento de casi rompimiento institucional.
Por eso ahora las cosas caminan rápido en San Lázaro donde sin duda ocupa un espacio especial la experiencia y tamaño político de Manlio Fabio Beltrones, pero en el que no parece estar el de titiritero ni de Aureoles ni de Villarreal.
En la otra orilla, en la Cámara de Senadores, las circunstancias siempre fueron distintas desde ese septiembre de 2012.
Y lo son porque no es un secreto que ahí cayeron los cercanos, familiares y ex empleados del ex presidente Felipe Calderón, encabezados por el ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero quien fue designado como coordinador de los legisladores del PAN.
Los otros dos fueron el poblano Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD y el yucateco Emilio Gamboa, coordinador de los del PRI.
Cordero llegó al Senado por la vía plurinominal, es decir, por dedazo, y sin tener experiencia legislativa y cumpliendo apenas unos 8 o 10 años de militancia.
En su bancada hay otros panistas con muchos más años de militancia y con experiencia cameral.
Pronto Cordero se apoderó de la chequera –cuando lo removieron se descubrió que recibía y manejaba discrecionalmente 18 millones de pesos al mes–, de la voluntad de su grupo (hablo al menos del calderonista) y Barbosa le regaló el control del suyo, el del PRD para obstruir todas las iniciativas provenientes del Pacto por México y del entorno y proyecto de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Frente a este trabuco del absurdo ideológico, donde la derecha calderonista coordinaba y mandaba en la izquierda lopezobradorista, nada pudo hacer durante un buen rato el largo oficio político y legislativo de Emilio Gamboa.
Hoy mismo los conflictos entre maderistas y corderistas-calderonistas, junto con los arranques de Barbosa y su gelatinosa bancada perredista, mantienen en el suspenso al Congreso, diputados y gobierno federal incluidos al tener congeladas las secundarias de telecomunicaciones y de la político-electoral.
En fin, de lavadero todo este asunto.
RECONOCIMIENTO
Para el beneplácito del gobierno de Enrique Peña Nieto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA hizo un reconocimiento “a los importantes avances en materia de derechos humanos del Estado mexicano”.
Esto está dentro del Informe Anual 2013, donde además esta comisión informa de la situación de los derechos humanos en América Latina y hace un repaso de las mejores prácticas de los Estados y sus retos regionales.
En especial la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se refiere a las recientes reformas constitucionales, legales y administrativas que buscan, dice, brindar una mejor protección a los derechos de las personas migrantes, refugiados y a las víctimas de delitos de trata de personas en México.
Esta Comisión analizó el compromiso demostrado por el gobierno de México a nivel internacional en materia de promoción de tratados internacionales y regionales y destacó el hecho de que el Estado mexicano ha ratificado todos los tratados interamericanos en materia de protección de derechos humanos.
En su informe, la Comisión indicó que la reciente reforma Constitucional en materia de derechos humanos, representó un cambió paradigmático para la promoción y protección de éstos, ya que a través de la misma, los tratados internacionales se reconocen como norma suprema de la nación y se estableció la obligación del Estado de prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a estos derechos.