“Sálvese quien pueda” en Tamaulipas
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 21, May 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Apenas pasaron 24 horas después de la tercera marcha de ciudadanos de Tamaulipas que a veces exigen seguridad y otra más la imploran, y ya se habían apilado otros 16 cadáveres.
Cómo estarán las cosas allá que en plena audiencia pública denominada “Martes Contigo” del alcalde de Tampico, Gustavo Rodolfo Torres Salinas y la presidenta del DIF, Silvia Alcaraz, el general Miguel Amado Giménez González, reconoció que “el problema es grave; muy grave”
El general es el coordinador de seguridad en el sur de Tamaulipas y así, con esas palabras, calificó al conflicto entre los grupos internos del cártel del Golfo y autoridades federales en las ciudades de Altamira, Madero y Tampico.
Se supone que son unos cuatro o cinco los grupos que se disputan la supremacía en ese cártel y que junto con la mafia de “Los Zetas” mantienen en un baño de sangre a la entidad.
A dos semanas de asumir el cargo y mientras analiza la situación en la zona como para poder aplicar la estrategia federal recientemente anunciada, el militar pidió a la gente evitar riesgos, sobre todo durante las noches que es cuando más se agudiza el conflicto entre los grupos delictivos y las fuerzas policiales y militares destacadas en la región.
Es más, recomendó a la población que evite circular en auto por la noche, “ayudarían mucho”, recomendó el general. Un toque de queda, pues, en los hechos.
Significa mucho que estos consejos provengan de uno de los generales a cargo, que en vez de vender la esperanzadora nueva estrategia gubernamental contra el crimen, prefiera decir con sinceridad desmoralizadora un mejor no salgan de sus casas pues no hay quien los proteja. Un “sálvese quien pueda”.
Hace una semana, estuvo en Tamaulipas el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, junto con el gabinete de seguridad, para anunciar una estrategia anticrimen basada en tres ejes: desarticular la composición y la organización de las bandas delictivas; sellar la ruta del tráfico ilícito de personas, sustancias, armas y dinero; y garantizar instituciones locales eficientes y confiables.
Aquí comentamos que junto con los objetivos, el funcionario expresó el también consabido compromiso político: que el Estado restablecerá las condiciones de paz y tranquilidad en la entidad.
Al día siguiente reconoció que por lo menos iban a pasar unos seis meses para que “la estrategia” rindiera frutos.
Era lo mismo que crudamente reconoce ahora el general Giménez González: mientras, no salgan de casa. Pero no sólo eso.
La estrategia implica de nuevo la aparatosa movilización de la fuerza armada para tratar de meter al redil a los grupos delincuenciales. Aquí no se trata del terciopelo aquél de que a la delincuencia se le combate sin un sólo tiro y con la pura intelligenza.
Y tratándose de eso, se evidencia entonces que “la estrategia” difiere en muy poco de la que siguió el tozudo de Felipe Calderón. La diferencia consiste en que éste al menos no tuvo empacho en decir que su guerra iba a costar muertos. Y así fue, mínimo costó cien mil, y obviamente no mintió.
En lo que Calderón sí mintió es en que iba a ganar y en que iba ganado su guerra cuando ya era claro que la iba perdiendo. Ahora me pregunto si los que están a cargo pueden afirmar que con la misma estrategia vana ganar o “la estrategia” se reduce en realidad a ese “no salgan de casa”. Que lo digan.