Migrantes, ¡go home!
¬ Juan Manuel Magaña viernes 27, Jun 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Esta semana comenzó con una crisis de migración infantil y termina sin que se sepa cómo rayos le van a hacer Estados Unidos, México y varios países centroamericanos para resolverla.
A EU, como país de destino, no se le ha ocurrido otra cosa que tratar de reprimir de alguna manera ese flujo que ya alcanzó la cifra histórica, tan sólo de octubre de 2013 al 15 de junio de 2014, de los 52 mil migrantes menores que viajaban solos, sin la compañía de un adulto, y que entraron a ese país sin la documentación requerida.
Subordinados a ese enfoque, México y los otros países, que son de tránsito y origen, no hacen más que tratar de atajar esa migración, problema en el cual es notorio que hacen bien poco.
El Instituto Nacional de Migración mexicano informó que ha podido “rescatar” tan sólo en este año a 10 mil 505 menores.
La cifra de medio año ya es 7.4 por ciento mayor a la de todo 2013, que fue de 9 mil 727 menores. Y por ello se dice que de mantenerse esta tendencia, al cierre del 2014 el número de infantes “rescatados” podría superar los 16 mil.
¿Se imaginan? Por la red que ataja no pasarán este año 16 mil niños en éxodo, pero sí los más, muchos más de los 52 mil que ya lograron colarse rumbo a quién sabe qué vaga idea de un inexistente sueño americano.
De ese tamaño debe ser su pesadilla.
El embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, dijo esta semana que la cifra de 52 mil representa cerca del doble de los niños que entraron sin acompañante durante todo el año pasado, y los números continúan creciendo.
Incluso el diplomático reconoció que se registra una ‘‘seria situación humanitaria” y hasta comentó que ‘‘La cuota humana –en muertos, heridos y experiencias traumáticas que incluyen abuso sexual y trata de personas— es inmensa y de un impacto profundo’’. Pero no dice saber qué hacer.
Sabe además que los menores migrantes son los más vulnerables, ya que el camino a EU, en la frontera norte de México, se ha vuelto más peligroso que en el pasado, pero hasta ahora sólo se le ocurre que los dos gobiernos deben trabajar juntos por toda la región para advertir a los niños y niñas de no hacer el viaje y asociarse para hacer frente tanto a los retos inmediatos de esta situación como a las causas fundamentales del problema.
En EU es fuerte la presión republicana en favor de una estrategia que reprima la migración bajo la suposición de que así va a disminuir.
Y ahí está aquella representante republicana por Nuevo México, Candy Spence Ezzell, que reaccionó molesta a la creación de un albergue para migrantes en su país.
Ella consideró que una instalación federal en Roswell que albergará temporalmente a familias sospechosas de entrar ilegalmente al país alentará en vez de disuadir la ola de inmigrantes no autorizados proveniente de Centroamérica.
Dijo indignada que las habitaciones que se preparan para albergar a mujeres y niños están repletas de servicios. “Vi las habitaciones y me molestó mucho (…) Tienen cuatro literas en cada habitación, que son excelentes, con televisor, juguetes y libros.
Esto les dice a los inmigrantes: ‘¿Por qué no tratan de regresar si esto es lo que Estados Unidos les ofrece?’”
La indignación de la republicana sólo expresa un estado de ánimo, pero al final la respuesta del gobierno demócrata es, en los hechos, acorde con lo que pretende esa expresión: no más migrantes, “migrantes, ¡go home!”











