Alianzas
Ramón Zurita Sahagún viernes 22, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde que en 1997 el PRI perdió la hegemonía que mantuvo durante largas décadas en la Cámara de Diputados se terminó el régimen de partido único.
Los partidos entendieron que, salvo en contadas ocasiones, tendrían que establecer alianzas con otros organismos políticos, afines o no, para poder ganar los comicios en que participaban. Unas veces con suerte y otras sin ella, en los años recientes los partidos líderes van de la mano con alguno de los organismos políticos menores para competir en igualdad de condiciones con el partido favorito.
Los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática se convirtieron en los partidos anclas para este tipo de alianzas y coaliciones.
El PRI, partido dominante durante largos años, cargó con sus partidos rémoras o sanguijuelas, los ya desaparecidos Auténtico de la Revolución Mexicana y Popular Socialista, hasta que estos quisieron gozar de libertad se sumaron al proyecto de la izquierda de Cuauhtémoc Cárdenas y luego presentaron sus propios candidatos presidenciales, perdiendo su registro.
Luego de eso, el PRI navegó solo, hasta que encontró un aliado idóneo en la figura del Partido Verde, organismo político familiar, en que tienen cabida todos los desechos del PRI o los que el tricolor busque acomodar fuera de su partido.
El costo para el PRI por esta alianza es alto, pero de esa forma vienen caminando desde la elección del 2003, con resultados favorables, más para los verdes que para los priistas.
Antes de ello, los del verde buscaron aliarse con otros partidos y lo mismo intentaron con la izquierda que con la derecha y hasta llegaron a perder el registro en el pasado reciente.
Con la viveza que los caracteriza, se aliaron en la elección presidencial del 2000 con el candidato del PAN, Vicente Fox Quesada, aportando una regular suma de votos que permitieron al partido blanquiazul alzarse con la victoria, por vez primera en la historia del país.
La ruptura entre ambos partidos y con el ya Presidente de la República (Vicente Fox) surgió cuando no quiso cumplir los compromisos con el partido que entonces presidía Jorge González Torres y hoy lo hace su hijo, Jorge Emilio González Martínez, convertido ya en una franquicia política.
El tercero de los partidos anclas, el PRD, nació precisamente de una alianza entre varios organismos de izquierda, donde el único de ellos con registro lo cedió para dar paso a la creación de lo que hoy es el Partido de la Revolución Democrática.
Desde su fundación, el PRD buscó intensamente la alianza con otros partidos más pequeños o incluso llegó hasta establecerla con otro que es diametralmente opuesto en su ideología (PAN). Las alianzas entre partidos están consideradas dentro de las leyes electorales, aunque no para todos, ya que los partidos con registro nuevo, no lo pueden hacer durante su primera participación electoral.
En ella deben alcanzar (ellos y todos) cuando menos, el tres por ciento del total de los sufragios emitidos, para conservar el registro y participar solos con sus candidatos. Eso sucederá con los tres nuevos partidos que competirán en el 2015.
Los demás si pueden establecer vínculos y alianzas, por lo que desde ahora se realizan una serie reuniones, pláticas y conversaciones que, para algunos, sonarán extrañas.
Y es que los partidos están decididos a capturar el poder y ganar los comicios en que participan, sin importar el cómo lo hacen. Las alianzas consideradas “contra natura” por Manlio Fabio Beltrones, establecidas entre Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática resultaron satisfactorias en 2010, por lo que se busca repetirlas en algunos lugares del país con elecciones para gobernador y alcaldes, aunque no en lo federal.
Sin embargo, la alianza más extraña es la que se pretende concretar en el Distrito Federal, ya que los acercamientos se dan entre Acción Nacional y el Revolucionario Institucional.
El encargado de tejer esta red de intereses comunes es el ex gobernador de Tabasco, Manuel Andrade Díaz, quien cuenta con dos puntales en este propósito en las personas de los jefes delegacionales en Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba y en Benito Juárez, Jorge Romero.
Y es que desde que se abrieron a los ciudadanos los comicios en la capital del país, el Partido de la Revolución Democrática se alzó con el triunfo una y otra vez, dejando solamente pequeñas porciones de territorio a sus adversarios políticos.
El PAN pudo capitalizarlo en sendos triunfos en dos demarcaciones, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, convertidas en cotos de poder blanquiazul.
Los procesos electorales se sucedieron y los panistas fueron cediendo terreno, hasta que perdieron en los comicios pasados su hegemonía en Miguel Hidalgo y cerca estuvieron de perderla en Benito Juárez. En esa ocasión los priistas se alzaron con su máximo triunfo, ganando, en alianza con el Partido Verde en la delegación Cuajimalpa.
Hoy, panistas y priistas consideran que es la oportunidad para darle la estocada al PRD y sus aliados de la izquierda en la capital del país, pero que para ello deben ir juntos, si es que quieren arrebatarle triunfos importantes a ese frente avasallador que ha dominado el Distrito Federal desde hace varios años.
Saben que la presencia de un nuevo partido de izquierda (MORENA) restará fuerza al PRD y sus aliados y que la oportunidad es esta, si es que pretenden avanzar en ese terreno.
El PAN se siente desplazado en la capital del país, aunque mantiene pequeños cotos, el PRI está totalmente relegado y más con los escándalos en los que se involucró a su ex dirigente capitalino. Claro que de concretarse esta alianza participarían los ahora partidos rémoras del Verde y Nueva Alianza, para aportarles decenas y hasta centenares de votos que pueden resultar necesarios para un triunfo.











