¿Feliz cumpleaños?
¬ Augusto Corro miércoles 17, Sep 2014Punto por punto
Augusto Corro
El 16 de septiembre, el Partido Acción Nacional (PAN) cumplió 75 años de vida, sacudido por el divisionismo interno y los escándalos que lo tienen en una crisis de mala imagen, la peor de su historia. Los panistas perdieron la brújula, andan desorientados y evidencian su racismo con cualquier pretexto. Se sienten seguidores de Hitler y no tienen empacho alguno en ocultar sus maneras de pensar, retrógradas.
Doce años en el poder les hizo daño. Vicente Fox no pudo con el paquete. Felipe Calderón fue reprobado en todo lo que hizo.
El guanajuatense echó por la borda todo su sexenio y malgastó su capital político sumido en la frivolidad. Su sucesor, Calderón, continuó en la mediocridad, sólo que le agregó su guerra fallida contra la delincuencia organizada.
La lucha por el control del partido entre los dos grupos principales: calderonistas y maderistas provocó un divisionismo que difícilmente será superado.
El actual presidente -Gustavo Madero- no puede superar la crisis interna de su partido que con escándalos a cada rato y por todos lados pierde prestigio y credibilidad. ¿Cómo sacar al PAN de la condición deplorable en que se encuentra? La prepotencia del poder los orilló a cometer hechos reprobables que únicamente se veían en otros organismos políticos.
La corrupción alcanzó a los panistas y éstos la admitieron sin reproches. Empezaron los negocios de los políticos panistas y se echaron a funcionar casinos por todas partes. Luego, sin recato alguno, varios diputados se mostraron hábiles en la práctica de los moches, por conseguir recursos económicos.
La lista de escándalos panistas creció considerablemente en los últimos meses. Va desde el racismo hasta las fiestas de los legisladores con taiboleras pagadas con dinero público. Recuerden el reventón de Puerto Vallarta.
EL RACISTA
El fin de semana, uno de esos panistas racistas, sin brújula, no tuvo empacho en llamar simio al astro brasileño de futbol, Ronaldinho, nuevo jugador de los Gallos de Querétaro.
El panista Carlos Manuel Treviño Núñez, ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social en Querétaro, manifestó en su cuenta de Facebook, lo siguiente: “En serio trato de ser tolerante, pero DETESTO EL FUTBOL, y el fenómeno idiotizante que produce… Lo detesto aún más porque la gente estorba e inunda las avenidas para hacer que tarde dos horas para llegar a casa… Y todo para ver a un SIMIO… Brasileño pero simio aún. Esto ya es un circo ridículo”. (Las letras mayúsculas son del texto original).
Más tardó el blanquiazul en emitir sus descalificadas palabras, cuando ya tenía encima la condena de la opinión pública. Algo cambió a los blanquiazules que se sienten neonazis, como aquel grupo de jóvenes jaliscienses que hicieron pública su admiración por Hitler.
El escándalo provocado por el racista Treviño Núñez continuará por varios días más. Las autoridades queretanas buscarán una sanción ejemplar contra el ex funcionario por cometer acto de racismo contra Ronaldinho.
En fin, a sus 75 años, el PAN se encuentra a la deriva y sin nada que festejar. Aunque no les caería mal un reventón con la taibolera “Montana” para bailar algunas quebraditas con música de banda y tragos con los cuates.
¿YA NO FUNCIONABA COMO LÍDER MORAL?
Alguien, alguna vez, en algún sitio abrió la boca y llamó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano “líder moral” del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Así se le honraba al michoacano. Esa distinción sirvió para que a través de los años, el hijo del “Tata” apareciera como figura emblemática del sol azteca, con todas las virtudes que quisieran atribuirle. Gracias a él nació y creció el partido amarillo.
La voz del “líder moral” resonaba como la última palabra, la definitiva, la que no podía someterse al análisis mínimo por parte de las izquierdas perredistas.
Pero los tiempos cambiaron. Llegaron Jesús Ortega y Jesús Zambrano, “Los Chuchos” a adueñarse del PRD y todo cambió.
A Cárdenas Solórzano le perdieron el respeto y dejó de representar el contrapeso a la presencia de los mercenarios de la política, como se califica a “Los Chuchos”, en el partido que fundó junto con Porfirio Muñoz Ledo.
Debido a las luchas internas permanentes y al temor de un mayor divisionismo perredista se pensó en buscar un candidato de unidad que reunirá a todas las tribus amarillas. Y el elegido fue Cárdenas Solórzano. Como idea resultó excelente. En la realidad, “Los Chuchos” ya tenían decidida su estrategia. Carlos Navarrete, incondicional de los dueños del partido, inició su campaña electoral desde hace un año.
Cuauhtémoc, que en principio vio con buenos ojos participar como candidato único, después rechazó la oferta de algunas tribus, entre otras la encabezada por el inefable René Bejarano “El Señor de las Ligas”. El domingo 7 de septiembre se efectuaron las elecciones para designar a los consejeros que votarán por el nuevo líder del PRD. La mayoría son simpatizantes de “Los Chuchos”, por lo tanto, Carlos Navarrete será el nuevo líder del sol azteca.
Ante esa condición, el mencionado Navarrete ya empezó a repartir chambas. Dijo que su primera propuesta como presidente de su partido, será que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano asuma un supraliderazgo del perredismo, es decir, que funja como “líder moral”. ¿Alguien podría decirle al tal Navarrete que ya el michoacano es el “líder moral” perredista desde hace varios años? Claro, muy devaluado, pero esto es harina de otro costal. El hecho es que Carlos Navarrete se siente triunfador en la lucha política y ya empezó a repartir “huesos” sin ton ni son.











