Ya no son los de antes
Ramón Zurita Sahagún martes 15, Mar 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En Tabasco se intentó hacer una reedición de la campaña presidencial del 2006, poniendo al frente de sus respectivos contingentes a dos de los tres participantes de aquel entonces.
Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo Pintado asumieron su compromiso y en una elección menor (la alcaldía de la capital del estado), sudaron sus respectivas camisetas, caminaron la legua, diseñaron la estrategia de sus partidos y finalmente, el ganador de los comicios fue un tercero (PRD) que no requirió de grandes estrategias.
El proceso electoral de la elección extraordinaria de Centro (Villahermosa) dejó como resultado un escenario similar al de 2006, con el partido de López Obrador ubicado en segundo lugar y el de Madrazo Pintado en tercero.
A diferencia de aquel entonces ninguno de los dos se presentó como candidato, pero si como estrategas de los respectivos candidatos, Octavio Romero Oropeza (Morena) y Liliana Ivette Madrigal (PRI).
El triunfador de estos comicios extraordinarios fue nuevamente Gerardo Gaudiano Rovirosa, candidato del PRD, quien ya había ganado en el proceso ordinario, mismo que fue anulado en tribunales.
Gaudiano Rovirosa es parte de una nueva generación de políticos tabasqueños (como lo es también Liliana Ivette), que buscan su espacio y sacar del escenario los mismos nombres que una y otra vez son postulados o se asumen como los dueños de los partidos políticos.
Es cierto que el futuro alcalde de la capital tabasqueña es nieto del ex gobernador Leandro Rovirosa Wade y es parte del linaje proveniente del PRI, pero vino a romper con la dinámica que le han querido imprimir a Tabasco los dos políticos principales con que cuenta ese estado a nivel nacional.
Ni uno, ni el otro (Andrés Manuel y Roberto) pudieron romper con la hegemonía que mantiene el PRD en ese municipio desde el 2012, cuando conquistaron por vez primera la joya de la corona tabasqueña.
El esfuerzo de ambos no concluyó en la victoria de alguno de los candidatos que apoyaban, ya que ambos quedaron sumamente rezagados del triunfador.
Eso sí, quedó claro en Tabasco que se está gestando un cambio, donde la nueva generación de votantes no se va con los simples nombres y buscan una mejor oferta.
Por ganas no quedaron, pero el resquebrajamiento sufrido por el PRI desde el gobierno de Andrés Granier Melo no puede unirse con un simple pegamento.
Se mostró que los nombres de los llamados “santones” del priísmo ya no representan nada para las nuevas generaciones y que el control que dicen tener sobre el partido estos personajes, está lejos de serlo.
Mucho trabajo le costó a los priístas buscar un candidato, aparentemente, ajeno a las corrientes que cada uno representa, por lo que experimentaron con un rostro nuevo, que venía de ganar, de manera sorpresiva, los comicios federales en el IV distrito del estado.
No les importó que le faltara experiencia y que sacrificarían a una política joven, que apenas había ganado, a base de esfuerzo, unos comicios complicados.
Para Roberto Madrazo, Manuel Andrade, Georgina Trujillo, Humberto Domingo Mayans y otros más lo importante era mostrar que su fuerza conjunta podría renovar a su partido y que al conjuro de sus nombres el candidato ganaría, sin importar quien fuese.
Roberto asumió el control de la campaña, Georgina como siempre se mostró apática (con todo y que era su recomendada), Mayans en su estilo, apoyando, pero sin comprometerse y Andrade fue enviado de bombero a Quintana Roo.
Con Roberto Madrazo al frente del contingente priísta, se logró jalar al Partido Verde (cuyo dueño de la franquicia en Tabasco es su hijo Federico) y a Nueva Alianza a una coalición a la que se habían negado meses antes, donde rechazaron el respaldo al partido tricolor.
De nada sirvió esa contribución, ya que los verdes y los del Panal dejaron en claro que son simples espectadores a la caza de asociaciones con los partidos importantes, sin proporcionar votos.
En el otro extremo, Morena enseño lo que siempre se ha sabido que una cosa es Andrés Manuel López Obrador en la papeleta y otro el apoyo que puede dar a sus candidatos.
No importó que el propio Andrés Manuel se pusiera al frente del pelotón moreno y encabezara mítines, concentraciones y visitas domiciliarias, cuando su candidato es un cartucho quemado, que jamás ha ganado una elección de las muchas en que ha competido.
Octavio Romero Oropeza no era el abanderado adecuado para competir en estos comicios contra dos jóvenes que prometían otras expectativas.
Es cierto que es uno de los personajes más cercanos al afecto de AMLO y como tal debe conservarse, pero no enviarlo como candidato en un sitio donde ha sido rechazado una y otra vez.
Los votos logrados por Morena son en gran parte por el activismo de López Obrador, el mismo que ya no alcanza para ganar, como tampoco el esfuerzo denodado desarrollado por Roberto Madrazo Pintado, quien deberá entender que mejor ayuda a la carrera política de Federico, dejando el espacio libre para él.
FUTUROS
Liliana Ivette Madrigal regresará en breve a cumplir con sus tareas de diputada federal, mientras que Georgina Trujillo debe entender que le será difícil ser la candidata al gobierno de Tabasco.
Gerardo Gaudiano Rovirosa emerge como la gran figura de la izquierda, cuya proyección depende del trabajo que desarrolle como alcalde de la capital del estado.
Los demás, Humberto Mayans, Romero Oropeza, Jesús Alí, Evaristo Hernández y otros más deben entender que su tiempo ya pasó y que deben dejar las oportunidades para las nuevas generaciones de políticos.











