Ana María La Guerrera Torres, mexiquense, campeona del mundo
Deportes jueves 16, Sep 2010La nacida en Ciudad Nezahualcóyotl sorprende por sus números en el boxeo femenil, pues de 27 peleas ha ganado 22 por nocaut, perdió tres y empató dos
Las mujeres mexicanas han sido ejemplo de tezón y esfuerzo por lograr sus metas, y una de ellas es Ana María Torres La Guerrera, quien a sus 30 años de edad ha demostrado por qué es la campeona del mundo en peso supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Ana María nació en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, el 25 de enero de 1980 y desde que se inició en el boxeo ha tenido 27 peleas, de las cuales ganó 22 por nocaut, perdió tres y empató dos.
El pasado sábado 11 de septiembre, la mexiquense logó retener su corona al apabullar a su retadora, la alemana Alesia Graf, quien no vio lo duro, sino lo tupido del ataque de La Guerrera mexiquense.
En esa pelea, que Ana María ganó por decisión, Alesia Graf terminó de pie gracias a su pundonor, pero los golpes certeros y potentes que recibió habían sido más que suficientes para que terminara en la lona. La alemana bajó del ring con el rostro lacerado y, en el cuello, una toalla tinta de su misma sangre.
La Guerrera mexiquense ofreció la mejor pelea de su carrera en la Gala del Bicentenario, realizada elpasado 11 de septiembre en la Plaza de Toros México.
Ana María ganó los 10 episodios en forma convincente, con un boxeo efectivo al rostro y al cuerpo. Pese a ser superada en estatura y alcance por la alemana, desde el primer capítulo se fue sobre su rival, le cerró todos los caminos, la llevó contra las cuerdas y la tundió en cada esquina.
La mexicana conservó por decisión unánime el cetro supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y se confirmó, sin sombra de duda, como la mejor púgil nacional.
La Guerrera derribó dos veces a Alesia en el tercer round, primero con un gancho de izquierda y luego con un cruzado de derecha al rostro, en una muestra de su mejor boxeo, pegada y estrategia. Graf salía a combatir cada episodio con piernas tambaleantes, pero con una entrega inquebrantable.
En el último capítulo, Torres se dio el lujo de mostrar su boxeo defensivo y la campanada final la encontró tundiendo sin piedad a su rival, con ambas manos, abajo y arriba, mientras Alesia sólo trataba de defenderse, pues ya tenía perdida la batalla.
“Demostré que soy La Guerrera, que soy la mejor y creo que me consagré. Tuve una rival excelente que aguantó todo el castigo y que hace más grande mi victoria”, dijo Ana María al bajar del ring
La Guerrera, que había entrado con enorme penacho y la canción El Rey, salió con ovación de los estoicos fanáticos que soportaron la lluvia, pero vieron al vendaval que fue la mexiquense en su noche, en la Plaza México, que tuvo media asistencia.