Populismo y miedo • III
Alberto Vieyra G. jueves 21, Feb 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
[ Tercera parte ]
Un velo de misterio cubre al autoproclamado régimen de la “Cuarta Transformación de México” en cuestiones de asesoría y ponzoñosas políticas propagandísticas.
Hace unos días que estuve en la cuidad de los rascacielos, allá en los yunaites donde me reuní con un muy querido economista sonorense quien me reveló que uno de los asesores de cabecera de Andrés Manuel López Obrador es el un lingüista, filósofo, politólogo y activista norteamericano Noam Chomsky que asesora a varios partidos políticos y gobernantes de izquierda en América Latina y Estados Unidos.
Quizá ello explique el porqué Chomsky se reunió con López Obrador cuando menos en dos ocasiones en México, una de ellas, en Chihuahua durante la campaña electoral y se cree que secretamente viene a México para meterle en la cabeza al mesías de Macuspana gran parte de su ponzoñoso “Decálogo de la manipulación mediática”.
¿En qué consiste ese maquiavélico decálogo, que López Obrador aplica a rajatabla sobre todo en sus mañaneras desde que asumió la Presidencia de la República, simulando que antes de su régimen todo fue desastre, saqueo, corrupción e impunidad y que a partir del régimen de la “Cuarta Trasformación”, México vive la era de la moralidad y la anticorrupción? Pejelandia.
Veamos y analicemos el decálogo de Chomsky:
1.-La estrategia de la distracción. Sí, distraer la atención de los mexicanos en asuntos torales del país.
2.-Crear problemas y después ofrecer soluciones mágicas.
¿AMLO creó el desabasto de gasolinas con el cierre de los ductos de Pemex, con la no importación de gasolinas de Estados Unidos bajo la tiránica mentira de combatir a los mafiosos huachicoleros, a los que hoy, quiere dar dineros de nuestros impuestos, en lugar de dárselos a las guarderías infantiles en México?
3.-La estrategia de la gradualidad, es decir, moler y moler mentiras todos los días hasta convertirlas en verdades.
4.-La estrategia de diferir, esto es: Presentar una medida como “dolorosa, pero necesaria”.
5.-Dirigirse al público como criaturas de poca edad. Sí, como si los mexicanos fuésemos retrasados mentales.
6.-Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Aquí, juega un papel determinante el “miedo”.
7.-Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad. Sí, para eso son las dádivas del poder para conseguir votos electorales, pero no para resolver problemas de miseria.
8.-Estimular al pueblo para que sea complaciente con la mediocridad.
9.-Reforzar la auto-culpabilidad. Haciéndole creer al individuo que solo él y nadie más quién él es el único culpable por no saber elegir o porque los pueblos tienen los gobiernos que se merecen.
10.-Conocer a los individuos mejor de lo que éstos se conocen a sí mismos. Sí, para aplicar la máxima de Sun Tzu el arte de la guerra, el arte de engañar al adversario.
No cabe duda que a los mexicanos nos engañan fácilmente las oligarquías gobernantes poderosas.
Por ello, el populismo cabalga hoy en buena parte del mundo.
Lo vimos electoralmente en Francia, aunque los chalecos amarillos se dieron cuenta muy pronto de que la regaron votando por un populista como Emmanuel Macron, o los norteamericanos por un loco llamado, Donald Trump, o el populismo de derecha en Brasil, representado por un misógino y fascista Jair Bolsonaro o un López Obrador en México, cuya característica es la simulación, la mentira y el otorgamiento de dádivas de poder a la gente de abajo con fines clientelistas y electoreros.
Pero el señor López Obrador cuenta en México con otro misterioso propagandista empeñado día y noche en que las mentiras de López Obrador las repita si es necesario mil veces para que se conviertan en poderosas verdades absolutas. Pero de ese enigmático propagandista le hablaré aquí, mañana…