Servía a dos amos
Augusto Corro jueves 12, Dic 2019Punto por punto
Augusto Corro
El ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, prestaba sus servicios a amigos y enemigos en la guerra contra la delincuencia organizada durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
En ese tiempo, el mandatario panista se apoyó en su funcionario consentido, García Luna, para enfrentar a los cárteles de la droga. Se trató de una experiencia fallida que tiene a México sumido en un baño de sangre.
A nadie se responsabilizó de ese rotundo fracaso. Se trató, inútilmente, de que el presidente Calderón fuera juzgado por genocida en el Tribunal de la Haya, pero el intento no se concretó.
Todo mundo sabe que los cárteles de la droga se fortalecieron y se ramificaron en el territorio mexicano, a grado tal, que hay zonas donde la delincuencia se encarga de gobernar.
Sin embargo, no se investigó ni castigó a los causantes de la tragedia que llevó a México a la situación aterradora con miles de asesinados y desaparecidos, así como hogares enlutados y, en general, una sociedad insegura.
El lunes fue detenido García Luna en Dallas, previo a su traslado a Nueva York, donde será juzgado por cargos de conspiración para tráfico de cocaína y falsedad de testimonios. La Fiscalía mexicana ofreció su colaboración a las autoridades estadounidenses.
En esta materia, las autoridades de nuestro país también contemplan la posibilidad de solicitar la extradición del extitular de Seguridad Pública, para también ser juzgado en México por delitos contra la salud y actividades con recursos de procedencia ilícita.
Como se informó, las acusaciones de colaboración de García Luna con el Cártel de Sinaloa surgieron en el proceso penal contra Joaquín (a) El Chapo Guzmán, en la corte de Nueva York.
En ese juicio, Jesús Zambada, hermano del capo Ismael (a) “El Mayo” Zambada, dijo que el Cártel de Sinaloa reunió un fondo de 50 millones de dólares para sobornar al entonces secretario de Seguridad Pública, García Luna.
La Iglesia en manos de Lutero
Para justificar su enrarecido triunfo político como candidato presidencial, Felipe Calderón, en una acción maquiavélica decidió enfrentar a la delincuencia organizada por el Ejército y la Marina.
Responsabilizó de la estrategia a su “consentido” García Luna, quien ahora es acusado de recibir maletines de dólares para proteger al Cártel de Sinaloa y a sus capos. ¿En esas condiciones como se podría ganar una guerra, con un traidor como estratega del gobierno?
Ahora se entiende el porqué del fracaso de la lucha “antinarcos”, pues éstos contaban con la información privilegiada que les suministraba el secretario de Seguridad Pública.
Los sobornos funcionaban y les permitía a los delincuentes actuar sin temor a ser obstaculizados por los representantes de la ley.
García Luna siempre disfrutó de una situación privilegiada en los gobiernos panistas. Con Vicente Fox fue el titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI). En el sexenio calderonista fue el secretario de Seguridad Pública.
En ambos casos contaba con información muy importante que manejaba de acuerdo a sus intereses en la lucha contra la criminalidad. ¿Sus jefes nunca lo supieron? Es difícil creer que Calderón y Fox no supieran de los malos pasos de su funcionario privilegiado.
Ante el juez, García Luna tendrá que ofrecer datos que aclaren la responsabilidad de Calderón en la presunta conducta criminal de su subordinado. ¿Nunca conoció Calderón el compromiso de su funcionario con la delincuencia organizada? ¿Usted qué opina amable lector?
La captura y el Partido México libre
La captura de García Luna, en Estados Unidos, más otras actividades corruptas en el sexenio calderonista, tendrá sus repercusiones en la vida política de México.
Para empezar, se terminó el poco prestigio que tenía Calderón como político honesto. En consecuencia, los planes para fundar un nuevo partido político se desvanecerán como por arte de magia.
Nadie deseará participar en una institución política encabeza por un expresidente que tuvo bajo sus órdenes a un funcionario de primer nivel que actuaba en contubernio con los capos del narcotráfico.
Con esas credenciales negativas el nuevo partido de los esposos Calderón Zavala sufrió un golpe mortal, difícil de superar. ¿Con qué autoridad moral puede el matrimonio Calderón Zavala presentarse como contrapeso político al gobierno de Andrés Manuel López López Obrador?
Calderón se encuentra completamente desacreditado para continuar con su ambición política de manipular un nuevo instituto político. ¿Quiénes lo seguirán? Posiblemente un grupo de “grillos” desorientados. El michoacano cerró su ciclo de política a la mexicana.