¿Hacia dónde vamos como viajeros?
José Antonio López Sosa martes 7, Ene 2020Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En términos generales, la experiencia misma de viajar ha cambiado en los últimos diez años, quizás a ritmo más acelerado que en todo el Siglo XX.
Como en otros rubros de la vida, las nuevas tecnologías han llegado para facilitar a las personas no solo adquirir un viaje, sino planearlo, estructurarlo y comparar opciones, cosa que antes solo se podía hacer a través de una agencia de viajes o de alguien que ya conociera un destino.
No solo aerolíneas, hoteles, arrendadoras de automóviles, parques de diversiones, tienen sus versiones en línea para poder comparar y comprar, ahora hay aplicaciones que nacieron en línea y ofrecen productos turísticos diferenciados, tal es el caso de los Free Tours, por ejemplo, o las experiencias Airbnb.
Como cualquier proceso de cambio, existe hasta cierto punto malestar entre los empresarios turísticos tradicionales con la entrada de estas nuevas opciones, sin embargo lo positivo es que, el ganador al final del día es el viajero que tiene más opciones y mejores precios para vivir una experiencia de viaje.
Esta historia de la evolución es cíclica: cuando nació la radio, se argumentó que los periódicos desaparecerían; cuando nació la televisión se argumentó que la radio desaparecería; cuando surgió el internet se argumentó que la televisión, la radio y los periódicos desaparecerían y no es así, entre más opciones hay para diferentes tipos de mercado, mejores productos encontramos en todos los rubros, por supuesto turismo incluido.
Ahora bien, la creciente competencia y la mayor accesibilidad para viajar nos enfrenta a otro problema: el turismo en masa. Habrá quien disfrute de viajar a lugares llenos de otros turistas, donde la masificación convierte al destino en una suerte de centro de convivencia para viajeros, donde los locales no se asoman más que para trabajar en los centros turísticos. La opción para quienes disfrutan de convivir con locales, de hacer un turismo de experiencia más que de disfrute es ir contra corriente, es decir, buscar eso que nadie busca, ir a donde nadie pensaría, viajar a destinos que no se anuncian en espectaculares o en nuestras redes sociales, creo que esa será la opción para quienes gustan de un viaje más auténtico.
Todo es nuevo con la tecnología, aunque salgan falsos gurús que buscan evangelizar a los neófitos. Me parece que hay que dejarse llevar por estas bondades de la tecnología, aprovecharlas y definir qué tipo de viajero queremos ser, aprovechar la competencia y aprender como en la vida, del ensayo y error.
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