Recesión y recepción
Alberto Vieyra G. martes 31, Mar 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En 1993, George H. W. Bush padre, quien siendo prácticamente un mozalbete encabezó el escuadrón aéreo norteamericano en la Segunda Guerra Mundial intentó reelegirse después de haber sido el presidente número 41 de los Estados Unidos. La vergüenza de la derrota la conocería ante el demócrata Bill Clinton. Bush supo desde un principio que la reelección la perdería de calle.
Durante varios mítines de campaña, Bush comenzó a utilizar el término recesión que se confundía con recepción cuando decía: “Les agradezco su cálida recesión”. Cuando la prensa se dio cuenta de que no era recepción, sino recesión, le preguntaron sobre el uso del término, pero Bush jamás daría respuesta y es que él sabía que hasta entonces, ningún candidato presidencial en Estados Unidos había logrado la reelección presidencial, estando el país sumido en una recesión económica. Eso seguramente lo sabe Donald Trump, la bestia Trumpiana a quien se le ha acabado la sonrisa, pero no lo mentiroso, pues sabe que Estados Unidos está hundido como en 1993 y como en la gran depresión económica de 1929, en una pasmosa recesión económica.
No sólo Estados Unidos está en recesión, todo el mundo lo está, como lo aseguro la directora del grupo del G-20, Gabriela Ramos en su reunión de la semana pasada en video conferencia mundial de que el planeta vive ya una recesión económica producto del Coronavirus, la guerra comercial entre China y Estados Unidos y la guerra petrolera entre Rusia y Arabia Saudita que ha llevado al desplome total de los precios del petróleo y las gasolinas en todo el orbe.
Sí, la guerra petrolera en la razón principal por la que, en México, las gasolinas bajaron hasta $10 pesos por litro. No es una concesión graciosa, ni electorera de AMLO quien se ha visto obligado a bajar los precios porque en los mercados internacionales, el precio del barril esta a menos de $18 dólares por barril de 159 litros cada uno. Para cualquier nación petrolera extraer un barril de crudo con 159 litros, tiene un costo de 22 dólares por barril. Así que como en los mercados internacionales, el oro negro está tan devaluado que nadie lo quiere, pues entonces se tiene que vender a precios bajísimos en los países productores y si a ello le agregamos la guerra económica y social desata por el Coronavirus, llegamos a la conclusión de que la demanda de los energéticos es mínima y de lo que se trata es de evitar la quiebra de PEMEX y entonces el gobierno se ve obligado a ofertarla porque de otro modo no hay en dónde acumular reservas. Pero, por supuesto AMLO se para el cuello con fines electoreros para el 2021. Lo peor es que los despistados le siguen creyendo a pesar de sus más de 21 mil mentiras que ha echado a los mexicanos.
Donald Trump sigue los pasos de AMLO y les ha echado a los norteamericanos casi 16 mil mentiras. A AMLO también se le ve preocupado y exacerbado. No le gustan los periodistas y medios de comunicación incómodos. Se enoja cuando le dicen que no respeta las medidas preventivas impuestas por el Consejo de Salud para evitar que la peste del Coronavirus cabalgue por todo México.
Pareciera que su activismo político como si siguiera en campaña electoral tiene como finalidad hacerse un mártir y si es posible que la muerte le quite el poder en el ejercicio de presidente de la república, como ocurrió como Benito Juárez en 1872.
AMLO sabe que México está en recesión económica, pero se siente feliz con la cálida recepción que le dieron los narcos de Badiraguato encabezados por la mamá de el Chapo ¡Increíble que un gobernante se ande codeando con esos personajes y sus asegunes!