En el mundo, hay cerca de 200 millones de personas con enfermedad renal
Salud viernes 12, Mar 2021Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- No calentar con recipientes de plástico, provocan daño en la función hepática
Este año, el Día Mundial del Riñón, tiene como lema “Vivir bien con la enfermedad renal” y busca aumentar la educación y la conciencia sobre el manejo eficaz de los síntomas y el empoderamiento de las personas que viven con enfermedades renales con el objetivo de tener un mejor control del padecimiento y sus afectaciones, logrando así una mejor calidad de vida. Actualmente, a nivel global existen alrededor de 200 millones de personas que viven con esta enfermedad, definida por la National Foundation Kidney Disease Outcome Quality Initiative como el daño que modifica la estructura y funcionamiento de los riñones por más de tres meses. En México, afecta a alrededor del 12.2% de personas y es una complicación asociada a otras patologías como diabetes mellitus e hipertensión. El doctor Ricardo Correa-Rotter, médico especialista en nefrología y jefe del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán indicó: “En tema de salud, la prevención suele ser la primera indicación, y este año, el Día Mundial del Riñón, busca reforzar los hábitos saludables como tener una dieta balanceada, hacer ejercicio, revisar de manera constante los niveles de azúcar y presión arterial, tomar suficiente agua potable, no fumar y evitar la ingesta excesiva de medicamentos comunes.” De acuerdo con el estudio Prevalencia de enfermedad renal crónica no diagnosticada en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 en atención primaria a la salud del IMSS, publicado en 2015, en México, cada año existen 400,000 casos nuevos de diabetes y causa más de 70,000 defunciones. Dentro de este contexto, el 34.4% de personas que viven con diabetes son diagnosticados con enfermedad renal crónica en etapas avanzadas. Este padecimiento, ocupa el décimo lugar de mortalidad en el país. Marisol Robles, presidenta de la Fundación Mario Robles Ossio, afirma que en cuanto una persona tiene un diagnóstico de enfermedad renal crónica, es necesario estar en contacto con sus médicos para tener la información correcta. Dice: “Cuando a mí me tocó vivir esta enfermedad, después de haber perdido a mi padre por el mismo padecimiento, tenía mucho miedo porque creía que yo iba por el mismo camino. A través de la fundación puedo replicar estas enseñanzas, con el objetivo de compartir información sobre la enfermedad a quienes están transitando con ella”. Por su parte el docgtor Alberto Hegewisch, director médico de AstraZeneca México, afirma que en su empresa se busca realizar acciones para sensibilizar a la población y a la vez trabajan guiados por la ciencia para ofrecer terapias innovadoras mediante un enfoque multidisciplinario que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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El impacto social y económico por afectaciones hepáticas en México ha ido en aumento los últimos años por cuestiones multifactoriales, entre las que se destacan las infecciones virales (hepatitis B y C), el consumo de alcohol, enfermedades metabólicas o hígado graso. Sin embargo, un estudio realizado en el Cinvestav ha detectado otro factor que afecta al hígado. El grupo científico encabezado por Arturo Ortega Soto, investigador del Departamento de Toxicología realizó un estudio en el que se observó cómo la exposición al bisfenol A (BPA), compuesto tóxico usado en la manufactura o derivados de algunos productos de plástico, provoca daño en la función hepática. “Cuando los recipientes de plástico con BPA se calientan, liberan la sustancia, la cual actúa como un disruptor endocrino que afecta la biología de la reproducción. Sin embargo, en años recientes se ha encontrado evidencia de que también afecta la función hepática”. Los órganos del cuerpo mantienen una comunicación muy estrecha y cuando la exposición a BPA afecta la función hepática, también causa daño en el cerebro, la clave de estas afectaciones se encuentra en los transportadores de aminoácidos. La estructura química de las membranas celulares y otros tejidos tiene un componente de lípidos que impide el paso indiscriminado de sustancias hacia el interior o exterior, eso depende de su tamaño o estructura química, entonces los aminoácidos, como el ácido glutámico o ácido aspártico (glutamato o aspartato), no son capaces de entrar libremente a las células.