La lejana expropiación petrolera
Luis Ángel García miércoles 17, Mar 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El “gigante de Jiquilpan” trascendió, entre otras cosas, por haber decretado en 1938 la expropiación petrolera, acción de gobierno que quitó el control de la industria a las empresas inglesas y estadounidenses mediante una justa indemnización, a la que contribuyó espontánea y generosamente el pueblo de México.
Famosos son los videos y fotografías de la época en que se testimonia a la gente más humilde entregar en las oficinas de gobierno gallinas, guajolotes, marranos, herramientas y arreos de trabajo, alcancías o dinero envuelto en paliacates para contribuir al pago de la compensación a los petroleros británicos y americanos.
Filas enormes hicieron hombres, mujeres, ancianos y niños para hacer sus donaciones allá en Palacio Nacional, donde el 18 de marzo, Lázaro Cárdenas anunciaba, por la radio, la nacionalización del petróleo, haciendo respetar la esencia del artículo 27 constitucional que mandata el dominio directo de la nación sobre el suelo y el subsuelo del territorio mexicano. Curiosamente, el origen de la expropiación no fue una medida económica o política, sino laboral. La decisión presidencial se tomó ante la negativa de los industriales extranjeros de respetar un laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que determinaba un aumento salarial y mejores prestaciones para los trabajadores petroleros.
Tras la nacionalización, el Ejecutivo federal acordó la creación de Petróleos Mexicanos, la más grande empresa estatal de nuestro país y del mundo, la cual es también el mayor contribuyente fiscal del gobierno. Sin duda alguna, el general Cárdenas del Río será recordado por su decreto nacionalista.
Cabe señalar que entre los hombres distinguidos que formaron su gabinete está Ignacio García Téllez, su secretario de Gobernación y Procurador General de la República, quien, como estudioso del Derecho, aportó mucho a las acciones expropiatorias con sus ensayos sobre el artículo 27 constitucional. García Téllez propuso también al michoacano crear el Instituto Mexicano del Seguro Social, pero el Presidente prefirió concentrarse en el fortalecimiento de PEMEX, por lo que el abogado guanajuatense tuvo que esperar a ser secretario del Trabajo y Previsión Social con Manuel Ávila Camacho para expedir la Ley del IMSS y ser su primer director.
Muchas cosas han pasado desde entonces, el orgullo de México pasó del boom petrolero a la quiebra técnica, La sangría gubernamental, el pillaje sindical y las malas administraciones lo han convertido en un elefante blanco poco rentable, el cual por sus pérdidas dejó de ser la caja chica del gobierno. Por décadas, Pemex financió el desarrollo nacional y nos hicieron creer que deberíamos prepararnos para administrar la abundancia. También se perdió de vista que el petróleo es un recurso natural no renovable y que las nuevas energías limpias suplen a los hidrocarburos fósiles. Aunque ahora se anuncia el hallazgo de nuevos yacimientos, técnicos y científicos saben que ya no habrá otro Cantarell y que, de existir, es demasiado tarde para explotarlo y refinarlo en función de la gasolina, combustible que ya no usan los automotores eléctricos, el futuro inmediato de la industria automotriz. La contaminación que generan las plantas y el efecto invernadero que provocan en el planeta anuncia el fin de la empresa estatal. El cambio climático será su tumba, aunque no lo quieran reconocer.
Con visión de Estado, hay que entender que ya no somos un país petrolero, que nuestra economía debe basarse en otros ámbitos más productivos como el turismo, el campo, las exportaciones, la industria espacial, las telecomunicaciones, la industria automotriz y las energías limpias. Los Emiratos Árabes, como Dubái, son ejemplo de ello. Lejana quedó la ensoñación nacionalista de la expropiación petrolera.