Olivier
Augusto Corro miércoles 20, Abr 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Suizo secuestrado
- Morelos, violento
- Gobierno fallido
El estado de Morelos continúa en el aparador internacional por la violencia que no cesa. Hace varios años, esa entidad que era un remanso de paz por la gente y su clima, se convirtió en una zona de terror y de miedo. En Cuernavaca, la delincuencia organizada fijó los horarios para las actividades de sus habitantes. Los morelenses tienen prohibido salir por las noches. La vida social nocturna fue cancelada y ahora los sicarios recorren las calles para sembrar muerte, ante la impotencia de las autoridades para brindar tranquilidad a la población.
En ese marco de violencia se dio el secuestro de Olivier Tschumi, de 49 años, un suizo que llegó a la “Ciudad de la Eterna Primavera” hace 20 años. Padre de cuatro hijos, el relojero fue plagiado la mañana del 19 de diciembre último, cuando paseaba sus perros en un bosque. Los delincuentes exigieron un rescate de 300 mil dólares. Para esto, los secuestradores contactaron a un amigo del helvético, que solamente les dio diez mil dólares, con la idea de obtener pruebas de vida del plagiado, para cumplir con sus exigencias económicas.
Los plagiaron no volvieron a comunicarse. Se supone que la policía inició las investigaciones, pero los resultados son negativos. Debido a que ya son cuatro meses del plagio sin saber el destino de su pariente, la familia del relojero decidó romper el silencio y solicitar ayuda al gobierno suizo. Frédérique Santal, hermana de Olivier, narró él vía crucis de su madre en busca de su hijo. Todos los días va a hablar con las autoridades del estado de Morelos, va a la policía, a la morgue, ella está consumida de pena, pero desgraciadamente, seguimos sin saber nada.
Desde entonces, la familia del suizo ha vivido presa del silencio, la angustia y el miedo. “Queremos saber algo de Olivier, saber lo que sea, blanco o negro”, exclamó Frédérique y luego expresó su deseo de que la presidenta de Suiza, Micheline Calmy Rey, se involucre más en el caso, al cual da seguimiento el embajador de aquel país en México.
Como señalamos arriba, el estado de Morelos se convirtió en el paraíso de la delincuencia organizada. En sexenios anteriores, los cárteles de la droga se radicaron ante la complacencia de propios y extraños. Sin embargo, con los dos gobiernos panistas estatales estalló la violencia incontrolable.
En estos días, la sociedad morelense se encuentra indignada por la muerte de Juan Francisco, un hijo del poeta y periodista Javier Sicilia. El cuerpo sin vida del joven fue encontrado en un automóvil junto con seis cadáveres más, en el municipio de Temixco, conurbado de Cuernavaca. A partir de ese hallazgo, Javier inició un movimiento nacional contra la violencia.
Las acciones sangrientas del crimen organizado en Morelos colocaron a esta entidad como la quinta más violenta de México. Con los dos últimos gobernantes del partido azul creció la delincuencia y se notó mayor presencia de capos de distintas bandas y las ejecuciones se multiplicaron.
“Las credenciales del actual gobernador (Marco Antonio Adame) son, además, poco edificantes. En un artículo publicado en mayo del 2009 se denunció que un número de cuenta del gobernador estaba en el celular del secretario de Seguridad Pública, Luis Ángel Cabeza de Vaca, quien fue detenido por una acusación de soborno por parte de los Beltrán Leyva. El gobernador no fue llamado a declarar ni aclaró nada, sencillamente hizo mutis y fue protegido por el propio Felipe Calderón, por la dirigencia nacional del PAN, entonces a cargo de César Nava y por el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública; todos ellos argumentaron que “se estaba manipulando la información contra un gobernador que cooperaba en la lucha contra el narcotráfico”; con este tipo de respuesta uno está inclinado a pensar que casi se le trataba como un testigo protegido.
“Adicionalmente, la conducta del gobernador –y su gabinete- es, por decir lo menos, errática. Primero, se hace ojo de hormiga frente al asesinato de Juan Francisco Sicilia, no aparece en escena y luego hace declaraciones que, siendo benévolos, suenan poco probables. Habló de que se capturaría a los responsables, cuando en Morelos hace mucho tiempo que no se aclara ninguno de los innumerables homicidios que asuelan a la entidad, con la cual se sospecha de una posible presentación de chivos expiatorios”. (La Jornada, 3 de abril de 2011).
Y para mayores males, en México, los gobernadores ineptos, protegidos por sus partidos, tienen al país sumido en el terror, en la corrupción y la impunidad. En esa lista de gobiernos fallidos se encuentran Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Guerrero, Michoacán y Sinaloa. A pesar de la ingobernabilidad que priva en esas entidades, nadie mueve un dedo para llevar a juicios políticos a esos mandatarios estatales.
Los limites de violencia: secuestros, masacres, extorsiones rebasaron los índices de la barbarie. Simplemente en Tamaulipas, las actividades de “Los Zetas” superaron las acciones sangrientas de las fuerzas nazis en la segunda guerra mundial. El salvajismo de los sicarios sólo es comparable a los hechos sangrientos de las hordas mongólicas de Gengis Khan, que destruían todo a su paso, sin importarles la vida humana. Ocupar pueblos significaba descuartizar a sus habitantes. Esas épocas de barbarie son las que se viven ahora en el territorio nacional.
En esas entidades, principalmente las norteñas, donde fracasó la guerra contra el narcotráfico, se plantean posibilidades de saturarlas de policías y militares, convertirlas en estados policiacos con sus repercusiones que afectarán, sin lugar a dudas la convivencia normal de una sociedad. La inteligencia del gobierno federal no permite ensayar otras opciones para combatir el crimen organizado que no sea el enfrentamiento violento. Deben existir otras estrategias menos sangrientas para erradicar la violencia del narcotráfico, pero parece que las autoridades no tienen interés en hacerlo. Por lo pronto, México tendrá que soportar la presencia de gobernadores como Egidio Torre Cantú, Leonel Godoy o Marco Antonio Adame, representantes genuinos de los gobiernos fallidos.