Antesala del infierno
Augusto Corro miércoles 27, Abr 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Egidio no da una
- Secuestros, al alza
- Chamba a ex gobernadores
Tamaulipas es la antesala del infierno. Desde la muerte del candidato priísta a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú, una ola sangrienta, mezclada con extorsiones y secuestros, baña a esa entidad norteña. Entre las víctimas principales se encuentran cientos de migrantes mexicanos y extranjeros.
En junio pasado, el aspirante tricolor mencionado pereció en una emboscada cerca del aeropuerto internacional de Ciudad Victoria. Ante la proximidad de las elecciones estatales, el hermano de la víctima, Egidio, tomó la estafeta política.
Ahora, Egidio es el gobernador de aquel estado, en el que se incrementaron las acciones del crimen organizado, a tal grado, que ya se habla de un gobierno fallido.
Aunque la masacre registrada en San Fernando, en la que perecieron 72 migrantes mexicanos y extranjeros, ocurrió antes de que asumiera el poder, otros hechos recientes hablan de la incapacidad de Egidio.
En menos de un mes se localizaron 235 cadáveres más en fosas clandestinas. Lo anterior es el resultado de las actividades de la delincuencia organizada, encabezada por “Los Zetas” y miembros del cártel del Golfo que pelean por las rutas de la droga rumbo a Estados Unidos.
Los cárteles de la droga ampliaron su giro y ahora también se dedican a la extorsión y a los secuestros de migrantes o viajeros que se atreven a subirse a los autobuses de la muerte, que circulan por las carreteras tamaulipecas.
Ayer, la policía rescató a 51 personas secuestradas en Reynosa: 27 mexicanos, 14 guatemaltecos, 2 hondureños, 2 salvadoreños y seis chinos. Antes, el 19 de abril se logró la libertad de otros 68 plagiados. El total de liberados durante una semana fue de 119.
El territorio tamaulipeco se encuentra en manos de la narcodelicuencia, que amplió su giro a otras actividades productivas, sin importarles el costo sangriento.
A raíz del cúmulo de tragedias, como son las masacres, los secuestros y las extorsiones, se pensó que las autoridades se emplearían más a fondo para proporcionar mayor seguridad a la sociedad, pero parece ser que ocurre lo contrario.
En Tamaulipas, de plano, las autoridades fueron rebasadas por los cárteles de la droga. En la antesala del infierno se incrementó el número de muertes violentas, de secuestros y se inició un éxodo de tamaulipecos que optaron por dejar sus tierras y sus casas para evitar ser víctimas de la delincuencia.
Antes, a los gobernadores que no funcionaban los cesaban; hoy, es diferente.
A CUIDAR EL HUESO
En el pasado glorioso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la política se manejaba con sutileza, con maestría. El poder era repartido lo mejor que se podía para dejar satisfechos y contentos a cuanta gente se involucraba en la grilla.
Los convenios, arreglos y transas, siempre se efectuaban en los mejores términos. Había oportunidades para todos. Los políticos que alcanzaban sus metas, con los bolsillos llenos de dinero, se retiraban a la vida privada para brindarles oportunidades a quienes venían detrás.
La fiesta se llevaba tranquila: los ex presidentes de México se alejaban del mundanal ruido y como sabios guardaban silencio y vivían de sus recuerdos. Los tiempos cambiaron y los ex funcionarios empezaron a chambear de lo que fuera.
El privilegio y la dignidad de ser el máximo dirigente de México pasó a segundo término. Usaron la Presidencia como trampolín para trabajos mejor remunerados económicamente. Tal es el caso de Ernesto Zedillo.
En otra época de la política, los gobernadores cumplían con su mandato y se alejaban. El lugar quedaba libre para otras generaciones. Las cosas cambiaron y los políticos ya no quieren dejar el hueso por nada de este mundo.
Así, en las tareas legislativas se encuentran a gobernadores, ex secretarios y vivales, verdaderos cartuchos quemados, que prefieren morir en la raya antes que soltar el hueso. A pesar de sus pésimas gestiones como mandatarios estatales, continúan con los privilegios de esa casta de legisladores. El trampolín político se practica a plenitud.
Todo esto viene a colación, porque los ex gobernadores Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca; y Mario Marín, de Puebla, buscan colarse en la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y es posible que logren sus propósitos, no importa el desprestigio en el que podrían sumir a su partido.
En tanto, el líder nacional del tricolor, Humberto Moreira, se apresta para darle la bienvenida en esa organización política al ex gobernador de Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla y al ex mandatario duranguense Ismael Hernández. Miguel Ángel Osorio Chong, quien gobernó Hidalgo, ya se encuentra incorporado a las actividades partidistas.
Todo cambió en México, a lo mejor esto ocurrió siempre y apenas nos dimos cuenta: las ambiciones de los “grillos” ya no tienen límites. Los políticos viejos entraron en una etapa de extinción y en el PRI se siente la amenaza de quedarse sin dinosaurios. Quizá esto último preocupa a Moreira y por eso no escatima esfuerzo alguno para darle chamba a los ex gobernadores.
PUNTOS SUSPENSIVOS… Murió el ingeniero Jorge Díaz Serrano, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el sexenio de José López Portillo. Estuvo en la cárcel, víctima de una venganza política. Durante su administración, México repuntó en la producción de petróleo… Vaya usted a saber, pero los argentinos se preocupan más por la violencia que los mexicanos. En un estudio, resultó que a pesar de los índices delictivos que aquejan al país, los mexicanos perciben menos inseguridad que sus vecinos de América Latina… Los tres implicados en el secuestro del suizo Olivier Tschumi, obtuvieron su libertad. Las autoridades no encontraron elementos para enviarlos a prisión. Así, las investigaciones del plagio, plagadas de errores, empezará de cero… El viernes se efectuará en Washington la Tercera Reunión del Grupo de Alto nivel encargado del fortalecimiento de la cooperación México-Estados Unidos en la lucha contra la delincuencia organizada trasnacional…