“Narco-Estado”
Alberto Vieyra G. miércoles 25, Ago 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿México un “narco-Estado” o un “narco-país”? ¿Desde cuándo torció la puerca el rabo y México se convirtió en una narco-economía? ¿Desde cuándo se fregó el país? ¿Es real el combate al crimen organizado con los “abrazos y no balazos” o estamos ante una alianza gobierno-narco?
Hagamos un poco de historia. En 1945, México fue proveedor oficial de drogas para abastecer a los soldados norteamericanos en los frentes de batalla de la Segunda Guerra Mundial. La droga tenía un doble propósito: Mitigar los dolores de los heridos y suministrar la droga a los soldados no sólo para darles valor, sino para mitigar los problemas emocionales como la depresión.
Charles Lucky Luciano, el mafioso italoestadounidense era el contacto oficial entre México y Estados Unidos, pero después de éste, el trasiego de drogas hacía los Estados Unidos siguió, aunque de manera hipócrita, Estados Unidos combatiría el cáncer del narcotráfico, pero fuera de sus fronteras y no hacía dentro, donde según la ex secretariía de Estado Norteamericano, Hilary Clinton, Estados Unidos tenía hace una década entre 35 y 40 millones de narcodependientes que tienen que consumir la droga todos los días llueva, truene o relampaguee.
Según la periodista mexicana, Anabel Hernández en su libro Los señores del narco, Estados Unidos se siguió abasteciendo de drogas provenientes de los cárteles de Colombia en los mismísimos aviones de la fuerza aérea norteamericana que llevaban armas a los contranicaragüenses y regresaban a los EU con droga.
Durante los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid, comenzarían a florecer los cárteles de la droga en México. Por aquello años, Rafael Caro Quintero se convertiría en uno de los narcotraficantes más famoso y poderosos que llegó, incluso a sugerirle a Miguel de la Madrid pagar la deuda externa del país (unos 80 mil millones de dólares) solamente si lo dejaban trabajar tranquilo. En ese momento ya comenzaba la “narco-economía”. Desde luego que el gobernante mexicano hizo como que la virgen le hablaba. Pero en la década de los setenta, junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, pusieron en marcha el Cártel de Guadalajara, que fue el más poderoso de México y el embrión del que nacieron, en los años noventa, los cárteles de Sinaloa, Tijuana, Juárez y del Golfo.
Durante el régimen salinista, cobraría triste fama el Señor de los Cielos, Amado Carrillo Fuentes y el rancho Las Mendocinas, en el Estado de México que era el principal centro de reunión entre los cárteles de la droga y el hermano incómodo del Presidente, Raúl Salinas. Se estableció que los jueves de cada semana, prácticamente todos los cárteles tenían semáforo verde para transitar por México hacía Estados Unidos libremente con la droga. Surgiría después la leyenda de El Chapo Guzmán y otros señores del narco.
¿Por qué hago historia?
Mire usted. Hoy, el llamado bloque opositor de México integrado por PRI, PAN y PRD denunciaron este lunes ante la ONU y la OEA la existencia en México de una gobernabilidad criminal o un “Estado-narco” en el que las mafias criminales de los estupefacientes tuvieron manga ancha en el pasado proceso electoral. AMLO lo niega, pero su estrategia de “abrazos y no balazos” con la que combate al crimen organizado ha tenido lecturas muy obvias como una alianza entre el gobierno de López Obrador y el “narco”.
El ex embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, afirmó que el Presidente deja hacer todo a los cárteles de la droga al no combatirlos, que son dueños de más de 30 por ciento del territorio nacional.
De mantenerse la misma ruta, no habrá un “narco-Estado” en México, sino un “narco-país” y los futuros presidentes serán figuras de papel porque el poder real estará en manos de los jefes del narcotráfico.