“Floreros” presidenciales
Freddy Sánchez jueves 26, Ago 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El Presidente al parecer tiene “atravesados en el hígado” a los consejeros y magistrados del INE y el Trife, respectivamente.
Esa podría ser la razón que ha animado al jefe del Ejecutivo a decir que los responsables electorales en esas áreas deben dejar de serlo. “Hay que correrlos a todos”, afirmó Andrés Manuel.
La pérdida de la confianza presidencial en dichos órganos electorales obedece a una serie de resoluciones emitidas por ambas instituciones que dieron por resultado afectar decisiones de carácter electoral de Morena.
La principal de éstas, según lo han especulado ciertos críticos del gobierno de AMLO, fue la cancelación de la candidatura al gobierno de Guerrero, originalmente a favor del senador Félix Salgado Macedonio, quien hizo “circo, maroma y teatro” para no quedar fuera de la contienda, pero tanto el INE como el Trife, en distintos momentos, ratificaron su decisión de anular esta candidatura. Y aunque a fin de cuentas la hija del legislador asumió la candidatura guerrerense, el incidente en apariencia fue “ la gota que derramó el vaso”, en la paciencia del Presidente, con respecto a las actuaciones del Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Federal Electoral.
Algo que, por otra parte, recrudeció la molestia del Presidente pudo ser la más reciente resolución del Trife decretando la pérdida para Morena de tres diputaciones (de las obtenidas para el nuevo periodo ordinario de sesiones), lo que dificultará al partido en el gobierno lograr la cantidad de legisladores que necesita para votar reformas constitucionales.
Así que la reacción de Andrés Manuel fue la de aseverar que el INE y el Trife tienen que renovarse y de estas instancias electorales salir quienes actualmente se desempeñan como consejeros y magistrados.
O sea: “una purga total”, en ambas instituciones electorales, lo que el Presidente dijo que propondría mediante reformas constitucionales en materia normativa para la regulación de las futuras actividades electorales.
Incierto puede considerarse, entonces, el futuro del INE y Trife, dos órganos electorales inmersos en trascendentales tareas democráticas desde hace muchos años, por lo que una parte de los ciudadanos (incluidos políticos, empresarios, intelectuales y líderes sociales), consideran a estas instancias electorales como factor indispensable de equilibrio, legalidad e imparcialidad en las lides políticas en México.
Una postura absolutamente distinta de la que asumen quienes haciendo eco de las afirmaciones presidenciales fustigan el desempeño de consejeros y magistrados, uniéndose al clamor de los que desde la Cuarta Trasformación, enfatizan su convicción de que lo que ahora son estas instituciones electorales sólo beneficia intereses particulares de opositores al gobierno en turno.
Algo que, por supuesto, rechazan distintos voceros de la oposición, arguyendo que los señores de Morena juzgan unilateralmente el desempeño de los órganos electorales, pretendiendo intimidar y ejerciendo presión para que consejeros y magistrados resuelvan invariablemente a su favor en cada litigio electoral.
Lo cierto es que de ambos lados hay quienes “quieren llevar agua a su molino”. Y por lo mismo, cada parte interesada en asuntos electorales quisiera contar con obsecuentes servidores que apoyen lo que les conviene y actúen en contra de lo que pudiera convenir a sus adversarios políticos.
Y he ahí, lo que justamente la constitución del INE (antes IFE), y el Trife tuvo el sano propósito de evitar dejando en manos de funcionarios electorales independientes las resoluciones de estos institutos.
Así que, como dice un dicho: “al buen entendedor, pocas palabras” y ante cualquier cambio en estas instancias electorales es de exigir el fortalecimiento de su independencia y no para que se les convierta en órganos gestores al servicio de la oposición o en una especie de “floreros” presidenciales.











