Reforma del campo mexicano, añeja demanda
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 1, Nov 2021Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Ganaderos inconformes con Régimen Simplificado de Confianza
Habrá quienes digan que tienen otros datos, pero lo cierto es que en el campo mexicano hay voces diversas que hablan de que las cosas en el sector agroalimentario no sólo no están bien sino que vaticinan que, de seguir por lo que ellos ven como una etapa de crisis en el medio rural, antes de que concluya el sexenio dejará muertos, migración, más pobreza y hambre y que esta situación es un reflejo del nulo apoyo que se ha dado a las organizaciones campesinas y en general, señalan, esa negatividad gubernamental se ha hecho patente para todo el sector productivo del campo mexicano.
La situación económica y social del campo mexicano se ha ido deteriorando y hoy que más se requiere el apoyo del gobierno, más se ha recortado el presupuesto público: De más de 70 mil millones de pesos que se destinaban al fomento productivo en 2018, este año se destinan apenas unos 28 mil millones, señaló el el presidente de la Central Campesina Independiente, José Amadeo Hernández Barajas.
Al clausurar los trabajos del 58 Congreso Agrario Nacional, el dirigente de la CCI informó que en cuanto al presupuesto para el campo, nada nuevo hay que decir, porque los productores tendrán que esperar mejores tiempos. “Claramente el sector agroalimentario ha padecido de una reducción de presupuesto, y en recientes ocasiones se ha buscado que el sector primario sea tasado con mayores gravámenes, como el intento de incremento de las tarifas de agua.
Este gobierno desapareció apoyos para modernizar maquinaria, equipo agrícola, para capacitación, infraestructura, etc.; dice que vamos bien, que ha aumentado la producción sin los programas de fomento, pero veremos qué pasa cuando la máquina se haga vieja, cuando el equipo ya no funcione.
Están en curso los trabajos para la aprobación del Presupuesto 2022 y aunque el presupuesto del Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable aumenta un 8%, se mantiene la misma estructura programática que no contempla apoyos para fomento productivo”.
Es la posición de la CCI, pero la situación crítica del campo mexicano no es de ahora, eso hay que destacarlo, porque Cuando Vicente Fox llegó a ser Presidente de la República, a fines de 1999, y nombró como titular de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagarpa) al empresario Javier Usabiaga Arroyo, también conocido como el “Rey del Ajo” por sus prósperos negocios en esa cadena alimenticia, los productores del sector agroalimentario vieron con mucha esperanza el nombramiento y hasta se sintieron tomados en cuenta en sus añejas demandas con la instrumentación de una nueva Ley de Desarrollo Rural Sustentable. No fue así, el cambio prometido en el campo nunca llegó. Fueron doce años de administraciones panistas, doce años de olvido, burocratismo y corrupción. Luego llegó el gobierno del mexiquense Enrique Peña Nieto, quien anunció una reforma del campo mexicano y las organizaciones campesinas se echaron para adelante mostrándose en total disposición para contribuir en la construcción de una nueva reforma legal para el campo con la esperanza de que eso permitiría resolver los problemas de rezago productivo, social y ambiental, pero la reforma en mención nunca llegó. 2018, otra vez las promesas de campaña, otro gobierno, y es la hora que todo sigue igual o peor.
“Los campesinos y productores queremos ser protagonistas de nuestro propio destino, no necesitamos asistencialismo ni migajas, se requieren políticas de inversión y de fomento productivo, invertir en bienes públicos e infraestructura”, ha dicho al respecto Federico Ovalle Vaquera, Secretario General de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos.
Y así, cada vez hay más voces de inconformidad por las políticas instrumentadas por el gobierno autollamado de la 4T, donde la prioridad parece ser es el desmantelamiento de las organizaciones agroalimentarias, por un lado eliminándolas de los programas de subsidios y por otro presionándolas por la vía fiscal. Eso dicen, que conste.
VA MI RESTO.- Una muestra clara de la pretensión del gobierno de eliminar a las organizaciones campesinas se puede observar con la reciente aprobación del llamado Régimen Simplificado de Confianza, dentro del paquete de la miscelanea fiscal 2022, donde los ganaderos organizados están inconformes porque la medida ordena la tributación de manera individual y prácticamente se elimina el apoyo de sus organizaciones.
Se dice que cada productor ahora tendrá que pagar impuestos a partir de 900 mil pesos y ya no como antes, que era a partir de 1 millón 400 mil pesos, pero el tema es que la mayoría de los ganaderos no solo habitan en rancherías alejadas a los centros urbanos donde llega internet, sino que en promedio cada productor ronda los 60 años y muchos de ellos no están familiarizados con el usos de tecnologías digitales y para ellos era mucho más cómodo acudir a la orientación de las asociaciones ganaderas, sea para pagar impuestos o bien para facturas sus ventas.
No sólo eso, por lo general los ganaderos preferían dejar en manos de sus organizaciones toda la tramitología fiscal y ahora se verán obligados a pagar a contadores o especialistas en la materia, estando en riesgo de malos manejos por posibles actos de corrupción y/o fraude, y hasta ahí porque como veo doy.