Vacuna contra virus sería más débil, según Moderna
Mundo miércoles 1, Dic 2021
- Duda que efectividad de dosis estén al mismo nivel
El director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel, admitió que la vacuna de su farmacéutica puede perder efectividad contra la variante Ómicron respecto a la Delta. “Creo que la efectividad no va a estar al mismo nivel que con la Delta”, reconoció en entrevista con el diario británico Financial Times.
“Creo que se va a producir una caída (de la efectividad). Todavía no sabemos cuánto porque necesitamos esperar a los datos, pero todos los científicos con los que he hablado me dicen que lo que viene no va a ser bueno”, señaló el máximo responsable de la farmacéutica, cuyas declaraciones han provocado alarma en los mercados.
Sin embargo, en un intento por equilibrar el asunto, el director ejecutivo de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Emer Cooke, dijo al Parlamento Europeo que incluso si la nueva variante se generaliza, las vacunas existentes seguirán brindando protección.
Cooke dijo que las pruebas de laboratorio para la “neutralización cruzada” tomarían alrededor de dos semanas. Si existiera la necesidad de cambiar las vacunas contra Covid-19, se podrían aprobar otras nuevas dentro de tres o cuatro meses, agregó.
Mientras tanto, Pfizer y Johnson & Johnson (que produce la vacuna de Janssen) trabajan ya en una nueva versión específica de sus vacunas para la ómicron, por si se confirma que las actuales fórmulas pierden efectividad.
Por su parte, el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, dijo que su compañía podría tener preparada una nueva versión “en 95 días”, aunque avisó de que “aún hay muchas cosas que se desconocen” sobre Ómicron.
Sus laboratorios, ha detallado, harán pruebas sobre la eficacia de su compuesto frente a la nueva variante y “sabrán lo esencial” de lo que necesitan saber “en unas cuantas semanas”, aseguró en una entrevista con la cadena estadounidense CNBC.
Científicos y también la OMS han dicho que podría llevar semanas comprender si es probable que Ómicron cause una enfermedad grave o escape a la protección contra la inmunidad inducida por las vacunas.
“La vacunación probablemente mantendrá a las personas lejos del hospital”, dijo John Wherry, director del Instituto Penn de Inmunología en Filadelfia.
La incertidumbre sobre la nueva variante ha provocado una alarma mundial y los cierres de fronteras ensombrecen la incipiente recuperación económica de la pandemia que ya lleva dos años.
Detectado por primera vez en el sur de África hace una semana, se sabe que Ómicron se ha extendido a casi 20 países.
En el mundo han endurecido los controles fronterizos en un intento por evitar que se repitan las estrictas cuarentenas y las fuertes recesiones económicas del año pasado.
Gran Bretaña y Estados Unidos han impulsado sus programas de refuerzo de vacunación.
Inglaterra también hizo que las mascarillas fueran obligatorias en las tiendas y en el transporte público. Los pasajeros internacionales tendrán que autoaislarse hasta que obtengan un resultado negativo en una prueba de PCR para ADN viral.
Australia ha retrasado la reapertura de sus fronteras internacionales en dos semanas, menos de 36 horas antes de que se permitiera regresar a los estudiantes extranjeros y a los migrantes calificados.
En Alemania, un punto de acceso, la tasa de infección promedio de siete días cayó ligeramente por primera vez en tres semanas, ya que los funcionarios consideraron imponer medidas más duras.
Las restricciones globales a los viajeros del sur de África, donde se identificó el virus por primera vez, han puesto de relieve la desigualdad en la distribución de la vacuna, lo que puede haber dado al virus más oportunidades de mutar.
“No se puede culpar a la gente de África por el nivel inmoralmente bajo de vacunas disponibles en África, y no debe ser penalizada por identificar y compartir información científica y sanitaria crucial con el mundo”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.