Dos vecinos divididos y enfrentados
Alberto Vieyra G. martes 11, Ene 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En abril de 1861, y tras de que Abraham Lincoln arribará a la presidencia de los Estados Unidos, estallaría la llamada guerra de secesión o guerra civil que tenía como fin primordial abolir la esclavitud en los Estados Unidos.
El conflicto armado entre los estados del norte y del sur terminaría hasta 1865, dejando una estela macabra de más de 750 mil muertos, entre población civil y militares. Esa guerra marcaría un antes y un después, pero sobre todo exhibía a una nación norteamericana dividida y enfrentada y por desgracia, la historia parece estar a punto de repetirse.
Benito Juárez había nombrado a Melchor Ocampo como embajador de México en Estados Unidos, pero tan ocupado estaba Abraham Lincoln en la guerra norte-sur, que ni siquiera se dignó en recibir las cartas-credenciales y solamente a través de sus gatones le mando saludos al Benemérito de las Américas, deseándole éxito en su guerra contra los franceses.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
El lunático pelos de elote, Donald Trump dejo una nación terriblemente dividida y enfrentada, a tal grado que previo a cumplirse un año del asalto al capitolio, en el que participaron fundamentalistas blancos, incluyendo un puñado de militares ya retirados, un grupo de ex generales norteamericanos alertaron que el país de las barras y las estrellas estaría al borde de otra guerra civil, alertando que si para las elecciones presidenciales de 2024 es burlada la voluntad popular, como asegura Donald Trump que ocurrió en las presidenciales de 2020, irremediablemente estallará el cohete con un ejército dividido y enfrentado.
Los generales Paul Eaton, Antonio Taguba y Steven Anderson declararon hace una semana a The Washington Post que el conflicto post electoral en Estados Unidos sigue latente y añadieron: “Tememos que si 2024 es una elección disputada, que divida las lealtades, existe la posibilidad de una ruptura total de la cadena de mando a lo largo de líneas partidistas”. “Bajo tal escenario, no es descabellado decir que un colapso militar podría conducir a una guerra civil”.
Por lo que se ve, la ‘herencia maldita’ de Donald Trump es haber dejado un país radicalmente enfrentado y dividido, pues atizó los conflictos raciales y como todos los tiranos retomaría la ponzoña de Adolfo Hitler, quien sostenía la tesis de que la raza aria, o sea “la raza blanca es la más pura del mundo”, lo cual usted y yo sabemos que es una colosal mentira, pero esa asquerosa mentira haría que los blancos odien a los extranjeros que no son de ese color y que quiérase o no, llegaron a Estados Unidos para hacer los trabajos que no quieren hacer los blancos.
¿Qué nos dice semejante realidad divisionista en Estados Unidos? Bueno, pues que en México no cantamos malas rancheras en eso del divisionismo y la infame tónica de estar como perros y gatos y todo porque a un tirano populista llamado Andrés Manuel López Obrador se le ocurrió que las maquiavélicas tesis de “divide y vencerás”, le han dado magníficos resultados para obtener el poder mediante mentiras, casi 70 mil, la simulación política y sus permanentes reyertas contra empresarios, periodistas, medios de comunicación, mujeres, intelectuales, artistas y hasta con los niños y los papás de estos que reclaman medicamentos contra el cáncer y para otros padecimientos, etcétera, etcétera.
Las elecciones presidenciales de 2024 en México prometen todavía profundizar más en ese divisionismo y encono. El factor AMLO está ya en su cuenta regresiva, pero su maquiavelismo lo hará sentir para seguir siendo el poder tras el trono y la radicalización de mexicanos que vomitan a una clase política chindinguas que milita en Morena y que ha decepcionado a propios y extraños en el poder, hará que salgan chispas, rayos y centellas en 2024.