El gobierno y “la carabina de Ambrosio”
Alberto Vieyra G. viernes 28, Ene 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Allá por 1729, cobraría triste fama en España un atracador andaluz llamado Ambrosio, quien aterrorizaba por los caminos polvorientos asaltando a los parroquianos con una carabina que cargaba con cañamones.
¿Qué son los cañamones? Bueno, se trata de las semillas de la vaina del nabo que sirve como alimento para los pájaros. Cuando el gobierno descubrió que la dichosa carabina de Ambrosio no era real y que era inofensiva, el ilustre Ambrosio se fue a parar a prisión y desde entonces se usaría coloquialmente el término como “la carabina de Ambrosio”, es decir que se refiere a alguien o algo inútil e inservible. Ejemplo: Éste y la carabina de Ambrosio, valen pa’ lo mismo… para nada.
¿Por qué traigo a colación a Ambrosio con su inútil carabina?
Desde hace meses, la periodista tijuanense Lourdes Maldonado asesinada de un tiro en la cabeza el pasado domingo, se presentó ante el presidente Andrés Manuel López Obrador y en plena mañanera le pidió protección porque temía por su vida, a razón de un diferendo laboral que tenía desde hacía 6 años con la empresa de su amigo Jaime Bonilla, a quien AMLO haría contra viento y marea gobernador de Baja California por 2 años. Hoy sabemos que la periodista le ganó hace sólo unas semanas el juicio laboral a Bonilla y la Junta de Conciliación y Arbitraje lo condenaría a pagarle a la periodista poco más de medio millón de pesos y la reinstalación con sus respectivos salarios caídos desde hace 6 años.
¿Por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador no activó en ese mismo momento la protección a la que está obligado el Estado mexicano cuando algún comunicador o su familia son amenazados por las mafias delincuenciales o por particulares de pacotilla? ¿Será porque AMLO se ha convertido en un Presidente que rinde culto a “la carabina de Ambrosio”? ¿Se configura el delito de negligencia criminal, toda vez que Lourdes Maldonado le pidió ayuda y el mandatario no activo ningún protocolo de los que dispone el Estado mexicano?
Ahora, AMLO anuncia “una investigación a fondo” porque ya no es como en los gobiernos anteriores que eran una “banda de malhechores”, que ya “no hay impunidad” y luego, presume que solamente se reúne con su Gabinete de Seguridad como ningún otro gobierno anterior, a las 6 de la mañana. ¿Y? ¿Eso ha mejorado la seguridad en México o a qué se reúnen, sólo a tomar cafecito y comer galletas de animalitos? ¿Por qué siguen los imparables feminicidios? ¿Han desaparecido las escenas macabras de víctimas colgados, los decapitados o desmembrados y se ha puesto fin al asesinato de periodistas, que ya suman 51 en este aberrante sexenio? ¿De qué nos sirve todo lo que presume el Presidente, que a leguas pareciera que estamos viendo en acción a “la carabina de Ambrosio”?
AMLO y sus canchanchanes justifican todas sus desdichas y la mala suerte del país echándole la culpa a todo y a todos, pero principalmente a los gobiernos que le antecedieron. Son como las malas parteras, que cuando las cosas salen mal, le echan la culpa a todo. AMLO justifica el desabasto de medicamentos en el país echándoles la culpa a las corruptas empresas farmacéuticas. “Que si México va como el cangrejo en materia económica es porque los gobiernos anteriores se echar en brazos del neoliberalismo” y que la masacre que vive el país es culpa de ese neoliberalismo y que es pura politiquería de la derecha “fifí”, cuando alguien señala las metidas de pata del Presidente que ha sido tachado como el falso Mesías.
Si AMLO hubiese protegido a Lourdes Maldonado no estaríamos lamentando su crimen, ni pondría en el ojo del huracán a su amigo Javier Bonilla como sospechoso en el asesinato de la periodista. Pero no sólo eso, con su guerra permanente contra los medios de comunicación y periodistas, AMLO crea un ambiente de odio contra el gremio periodístico de México. Hoy, cualquiera puede matar a cualquier comunicador a sabiendas de que no hay gobierno o que el que cobra como tal es como “la carabina de Ambrosio”. ¡Pobre México!