Las grandes promesas desnudas
Armando Ríos Ruiz lunes 7, Mar 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Para convencer a millones, el Presidente recurrió en campaña a lo que mejor sabe hacer: mentir y mentir. Un buen número de mexicanos, cansado del desaseo de los gobiernos anteriores creyó cada palabra y continúa inmerso en un sentimiento de fe, del que no le es posible desligarse, porque la misma se convirtió en fanatismo. En este número hay aparentes pensantes por contar con alguna preparación superior y gente demasiado ignorante, incluidos esos “pensantes”, así como convenencieros.
Entre los ganchos principales, utilizó el de combate a la corrupción y a la impunidad, el de mantener el auténtico Estado de Derecho; a la promesa de impedir el aumento de precio de las gasolinas, ayuda a los pobres que en la realidad significa la compra de votos al precio más elevado de la historia y muchísimas otras. Pude contabilizar arriba de 100 ofertas. Todas, para mal de los mexicanos.
El combate a la corrupción ha quedado al desnudo, gracias a las aportaciones periodísticas de comunicadores que de la noche a la mañana se convirtieron en blanco de la voz presidencial, debido a que, por haber sido despedidos de sus empleos por petición del mandatario, se transformaron en enemigos dedicados a investigar las acciones de su ejecutor, que distan mucho de servir para rescatar a los pobres de la pobreza y a la fingida pretensión de cambiar a México para bien.
Se queja un día sí y otro también, de los ataques en su contra, cuando él mismo es el encargado de proveer de noticias absurdas. Ningún periodista puede desperdiciar la ocasión de publicar lo que aporta. Es increíble la cantidad de datos que da para esta práctica. Por ejemplo, el caso de la “casa gris”. El tema pudo haberse agotado, si él mismo no hubiera insistido en convencer que era una invención. Por supuesto no lo es. La guerra de Rusia vino a sustituir el asunto, por lo pronto.
Otra nota mala que no afectará como el mito de la corrupción, pero que también es bastante severa y que ya está a la orden del día, es la promesa de que no habrá “gasolinazos”, disfrazados desde antes de “ajustes”. Los analistas de verdad, no los de Hacienda, previenen que este año saldrá muy cara, debido a los altos precios del petróleo y del dólar. Sólo en enero, hace un año, el estímulo a los consumidores tuvo un costo de más de 11 mil millones de dólares, según estimación de la directora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Alejandra Macías.
Sostuvo que “si se quiere cumplir la promesa de que no habrá gasolinazos, nos va a salir muy caro a todos; ese estímulo lo pagamos todos, no lo paga el que hizo la promesa, y todos estamos sufriendo la inflación”. Mientras tanto, Ricardo Sheffield, titular de la Profeco, declaró que hay una gran presión internacional en el precio de los combustibles por el conflicto en Ucrania.
Analistas han coincidido en que los subsidios sólo benefician a las clases más favorecidas, pues los recursos destinados a reducir la cuota del IEPS a las gasolinas se requieren para inversión productiva o programas sociales. (¿Por eso se retrasó la entrega este mes a los delirantes simpatizantes, que servirá para apuntalar el voto en la revocación de mandato?).
El Instituto Mexicano Para la Competitividad, A.C. (IMCO), detalla que el subsidio a los combustibles fósiles, más el impuesto a la gasolina de 10.38 centavos, beneficia a los pobres. Es otra gran mentira. En la realidad, la clase beneficiada es la más rica, con 60 por ciento, porque por ser la que más consume, se ajusta a una regla matemática, contra sólo el tres por ciento para la clase pobre. Lo anterior está desmenuzado en un estudio más definido del mencionado Instituto.
Lo que ha hecho en México el Presidente es manipular a los habitantes, a quienes jamás ha dicho que los precios de los combustibles obedecen a condiciones del mercado internacional, como ocurre ahora con la guerra en Ucrania, que los ha incrementado sin que por ese hecho puedan echarse las campanas al vuelo.
Es más bien para preocuparse, porque quiere decir que el consumidor tendrá que pagar más por litro. Los subsidios a los que son tan afectos nuestros mandatarios para salir del paso, no traerán más que inflación.











