Ponzoñosa estrategia
Alberto Vieyra G. viernes 1, Abr 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMLO quiere comerse vivitas a las dos instituciones electorales del país, el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
¿Por qué el odio? Ante los reveses políticos que ambas instituciones le han propinado a él y a sus huestes morenistas por tantas triquiñuelas electorales que están haciendo rumbo a la revocación de mandato del próximo 10 de abril.
El señor Presidente ya adelantó la forma en que podrá controlar al INE y al Trife para que las elecciones presidenciales de 2024, resulten a su antojo. Fíjese, enviará al Congreso de la Unión una iniciativa de reformas a la Constitución para federalizar a los organismos electorales. AMLO tiene prisa, se le queman las habas por controlar al aparato electoral que le permita perpetuarse en el poder otros 6 años, aunque sea emulando a Plutarco Elías Calles, quien en su tiempo se convirtió en el poder tras el trono, otro maximato.
La ponzoñosa estrategia lleva ya 3 años, pero nunca como hoy el Presidente hace creer a los mexicanos que el INE y el Trife son dos perros rabiosos, enemigos de su “democracia participativa”, términos que no consagran la Constitución Mexicana y por ello, hay que darles el tiro de gracia, haciendo que el “pueblo bueno y sabio” los elija directamente. La propuesta no suena mal, pero la gran interrogante es ¿quién o quiénes van a proponer a los nuevos consejeros del INE y a los magistrados del Trife, acaso los partidos políticos, las universidades que tanto odia AMLO, las barras de juristas en el país, los intelectuales o para no variar, el ponzoñoso presidencialismo? Es un tema toral, pero hay muchos peros en el camino. El primer pero está a la vista el 11 de abril, después de la Revocación de Mandato cuando enviará a la Cámara de Diputados su autoritaria reforma eléctrica a la que no le cambiarán ni un punto, ni una coma y con lo cual habrá traicionado a los cúpulos empresariales, primordialmente los extranjeros, ante los que se comprometió hacer las reformas de rigor.
¿Quién volverá a creer en la Cámara de Diputados y el Senado sobre el Parlamento Abierto, en el cual expertos presentaron casi 150 propuestas para enriquecer la reforma eléctrica de AMLO? ¿Fue una tomada de pelo de la Cámara de Diputados al pueblo de México?
Si AMLO se va por la libre, se encontrará con que no conseguirá jamás una mayoría calificada de 335 diputados, a menos que el PRI traicione a sus aliados del PAN y el PRD. Allí está el meollo del asunto. Si el PRI no traiciona a los mexicanos, AMLO jamás conseguirá que le aprueben su reforma eléctrica y entonces se dedicará a chillar por todo México diciendo que los conservadores o sus adversarios no lo dejan gobernar porque prefieren estar del lado del neoliberalismo económico y no del pueblo.
Y si no pasa la reforma eléctrica, pues tampoco pasará la reforma electoral con la que AMLO sueña para apoderarse de la maquinaria electoral de México. Nuevamente echará a andar su ponzoñosa estrategia chillando y diciendo que los conservadores, sus adversarios, y los medios de comunicación no lo dejan gobernar y los culpará del fracaso de la dizque Cuarta Transformación.
Tanto en la Cámara baja como la alta, esto es en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, necesita, en ambos, casos mayoría calificada 335 curuleros y 85 levantadedos en el Senado. No los tiene ni parándose de pestañas, reitero a menos que el PRI dé el chaquetazo, con lo cual la alianza anti-AMLO, PRI-PAN-PRD habrá quedado aniquilada rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 y entonces el PRI podría conformarse viendo surgir a Luis Donaldo Colosio Riojas como el nuevo candidato presidencial y el futuro tlatoani que echaría del poder a Morena y a AMLO, pero claro está, no por el PRI. ¿Funcionará en México todavía el voto de la nostalgia, en memoria de su padre?