Las protestas pro migrantes de Los Ángeles se extienden al resto de EU
Nacional* jueves 12, Jun 2025- Suman cientos los detenidos
- El gobierno de Trump “no tiene miedo” de ir más a fondo, dice la secretaria de Justicia

Las manifestaciones en contra de la política migratoria de Donald Trump iniciadas en California se multiplican en ciudades como Nueva York, Austin, Atlanta o Boston.
Miles de personas latinas de varias ciudades estadounidenses salieron a las calles en las últimas horas en solidaridad con las manifestaciones contra las redadas migratorias de Donald Trump iniciadas en Los Ángeles la semana pasada.
Al grito de “¡ICE, pa’ fuera!”, en referencia al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas por sus siglas en inglés, o “Chinga la migra”, y ondeando banderas mexicanas, boricuas, peruanas, colombianas, cubanas o palestinas, los neoyorquinos se han sumado a un movimiento de protesta que, tras estallar en California este fin de semana, ha pasado a despertar al resto del país.
Más allá de Nueva York y California, ha habido concentraciones en Estados como Illinois, Nuevo México, Pennsylvania, Nevada, Florida, Massachusetts, Georgia, Minnesota, Kentucky y Washington. En total, se han reportado manifestaciones en más de dos docenas de ciudades, y es posible que estas se solapen con las miles de protestas anti-Trump ya convocadas a nivel nacional para el próximo sábado, cuando el presidente cumple años.
La mayoría ha transcurrido de forma pacífica y controlada, en las afueras de oficinas locales del ICE o frente a ayuntamientos. El tamaño de las acciones ha variado, algunas han contado con unas pocas docenas de participantes, mientras que otras han congregado a miles de personas.
Además de exigir el fin de las redadas, los manifestantes también han salido a las calles para demostrar su apoyo a David Huerta, destacado dirigente sindical y de derechos civiles que fue detenido el viernes en Los Ángeles mientras protestaba contra una redada de inmigración. Huerta quedó en libertad bajo fianza el lunes, pero enfrenta un cargo grave de conspiración para obstruir a un agente federal. Su detención, captada en videos e imágenes difundidas en redes sociales, ha hecho que se convierta en un símbolo de las protestas.
Texas también ha sido escenario de confrontaciones entre manifestantes y fuerzas del orden. El gobernador Greg Abbott, republicano y fiel aliado del presidente Trump, especialmente en materia migratoria, anunció que desplegará la Guardia Nacional en localidades de todo el estado “para garantizar la paz y el orden”. “La protesta pacífica es legal. Dañar a una persona o propiedad es ilegal y conducirá al arresto”, escribió en X.
En Austin, la capital del Estado, se produjeron tensos enfrentamientos con las autoridades en la noche del lunes. La marcha comenzó en el Capitolio y continuó hasta el edificio federal J. J. Pickle, que el ICE utiliza como centro de detención. Allí algunos lanzaron pintura y piedras contra los agentes y rayaron las ventanas del edificio. Imágenes en redes sociales y la prensa local muestran a un gran número de personas corriendo para escapar del espray de pimienta esparcido por los guardias. La jefa local de la policía, Lisa Davis, señaló que las fuerzas del orden utilizaron gas, aunque se negó a llamarlo lacrimógeno. Se reportaron al menos dos arrestos durante la jornada.
En Dallas, unas 400 personas se reunieron el lunes en el puente Margaret Hunt Hill, cerca del centro de la ciudad. Según medios locales, la manifestación comenzó con carteles, banderas y consignas a favor de los derechos de los migrantes. Sin embargo, cerca de las 10 de la noche la policía amenazó a los participantes con arrestarlos si no abandonaban el lugar. Alrededor de las 11, los agentes rodearon a un grupo y detuvieron al menos a una persona. El pastor de una iglesia de la zona aseguró haber sido rociado con gas pimienta por un oficial, mientras él, con las manos en alto, le decía “No soy una amenaza”. Se confirmó que los agentes utilizaron este aerosol contra otros manifestantes.
Toque de queda en el centro de Los Ángeles
Ante el saqueo de comercio durante las protestas contra las redadas, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró emergencia local e impuso toque de queda en el quinto día de protestas contra la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump.
“Llegamos a un punto de inflexión” después de que 23 negocios fueron saqueados, argumentó Bass durante una conferencia de prensa. El toque de queda en el centro de la metrópoli californiana que inició a las 8 pm de ayer para levantarse a las 6 am del miércoles.
La medida tomada, y probablemente se mantendrá vigente durante algunos días, según informó la alcaldesa Karen Bass, abarcó una sección de 2.5 kilómetros cuadrados del centro de la segunda ciudad más importante de EU, que incluye la zona donde se han producido protestas desde el viernes.
El toque de queda no se aplicó a los residentes que viven en el área designada, personas sin hogar, periodistas acreditados o funcionarios de seguridad pública y emergencias, según el jefe de policía de Los Ángeles, Jim McDonnell.
El número de personas arrestadas durante las protestas sigue en aumento, con casi 200 detenidos el martes, antes del toque de queda.
“El gobierno no tiene miedo de ir más a fondo en Los Ángeles”
Por su parte, la secretaria de Justicia de Estados Unidos, Pam Bondi, dijo que el gobierno de Donald Trump “no tiene miedo de ir más a fondo” en la expansión de sus facultades legales para desplegar tropas en Los Ángeles.
“En este momento en California, estamos en un buen punto. No tenemos miedo de ir más a fondo. No tenemos miedo de hacer otra cosa si es necesario”, dijo al responder preguntas de CNN en la Casa Blanca sobre el umbral para invocar la Ley de Insurrección, que permite al presidente usar fuerzas militares para poner fin a una insurrección o rebelión en suelo estadounidense.
Trump ha usado repetidamente la palabra “insurrecto” para describir a los manifestantes en Los Ángeles, pero hasta ahora no ha llegado a invocar la medida de 1807 raramente utilizada. Pero Bondi sugirió este miércoles que la medida no ha sido descartada.
Dijo que la administración tenía la esperanza de que un nuevo toque de queda en vigor redujera los disturbios, pero que el gobierno “continuaría haciendo todo lo posible para mantener a California segura”.
“Vamos a hacer todo lo que esté dentro de nuestra autoridad legal para proteger a nuestros agentes de la ley y a toda la gente en California en este momento”, dijo.