La política, como teatro de burlesque
Francisco Reynoso jueves 14, Jul 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Entre escándalos de corrupción, líos judiciales, fandangos parlamentarios en ambas cámaras, camorras en el gabinete de la 4T y los chistoretes y ocurrencias del caudillo López Obrador, la política en México se ha convertido en un burlesque de carpa de barriada.
Es vergonzoso que la señora Layda Sansores San Román haya convertido su gobierno en un circo de payasos calvos y una mujer barbuda.
En sus Martes del jaguar ha presentados audios de conversaciones telefónicas del granuja Alejandro Alito Moreno.
Puede ser que todo lo que se revela de los negocios chuecos del presidente nacional del PRI sea cierto, pero Layda maneja mercancía ilegal. Es tan grave lo que hace como quienes trafican drogas en los cabarets, venden coches robados y maquillados o utilizan las influencias de su papá para traficar con contratos en Pemex y rentar mansiones en Estados Unidos.
No menos pena ajena generan muchas de las senadoras. La panista Lilly Téllez es la que se ganaría el premio de TV Novelas a las mejores pantomimas en la Cámara alta. Cómo olvidar cuando le reclamó a su colega José Narro que se estuviera sacando los mocos de la nariz y luego chupándose los dedos. O cuando llamó virrey de las camas vacías a Hugo López-Gatell. O cuando acusó de sinvergüenza a Olga Sánchez Cordero.
Y el reciente debut de Ricardo Monreal como cantante de rap es patético. El mandarle recados a López Obrador en versos callejeros: “Todos juntos como hermanos cambiemos al país con mejores resultados”… “el futuro abanderado sin ser nunca mencionado”… “yo sí soy de izquierda” y “todos vamos a luchar, no nos vamos a dejar”.
El mejor cómico de la lengua
Por supuesto que el mejor cómico de nuestra política es el presidente López Obrador. Habla con tanta ligereza y dice tantas mentiras que hasta Joe Biden, con todo y que es un pan de Dios, lo corrigió en público.
López reprochó que se dejara a China convertirse en la fábrica del mundo. Biden le respondió con sonrisa burlona y medio compasiva que no era así, que Estados Unidos tiene más producción, al menos agrícola.
Pero un Presidente que afirma que “me canso ganso”, “vamos a cepilllar a los conservadores”, “no me vengan con que la ley es la ley”, “al carajo las instituciones”, y calificar de “borregos” a los parlamentarios europeos, y de “fifí” a la prensa crítica, y de “machuchones” a los empresarios más ricos, sólo puede equipararse con presidentes como Nicolás Maduro, el venezolano que para su cumpleaños contrató a Pablo Montaner para que le cantara El Rey de José Alfredo.
La filtración presidencial sobre las carpetas de investigación que tiene abiertas la Fiscalía General de la República en contra de Alito Moreno y sobre las indagatorias que hace la UIF, de Pablo Gómez, sobre cuentas bancarias millonarias y negocios pingües del ex presidente Enrique Peña y su familia, también ubican la política mexicana en un nivel de “politiquería”, como dice el caudillo López.
No es jugar rayuela en la pulquería
Y las denuncias que interpuso el ex jurídico de López Obrador, Julio Scherer, contra Alejandro Gertz por intento de extorsión y las que ahora endereza Ignacio Mier, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados contra Santiago Nieto, ex de la UIF, y el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, reflejan que la política mexicana y muchos de nuestros políticos son dignos de un circo de tres pistas de los hermanos Atayde.
En qué otro país se puede ver que el Presidente se enfunde en su franela y vaya a jugar beisbol cuando México vivía la tragedia de 51 migrantes muertos por asfixia, 22 de ellos mexicanos, en la frontera con Estados Unidos.
Ni siquiera a Jesús Martínez Palillo, creador de obras políticas cómicas, como Agarren a López por Pillo, Cuna de Robos o Adiós guayabera mía -dedicada al recién fallecido Luis Echeverría- se le hubiera ocurrido bautizar como corcholatas a los precandidatos a la Presidencia de la República.
Y de proponer a López-Dóriga, Carlos Loret o a Brozo, el payaso tenebroso, como candidatos de la oposición para la sucesión presidencial.
La política es una actividad tan seria e importante como la medicina. Debe ejercerse con responsabilidad y no como si se estuviera jugando rayuela en la pulquería La Canica.
O echando una cascarita de beis en el diamante de los tranviarios.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos