Ronda la muerte en Bernalejo
Francisco Reynoso jueves 1, Dic 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Con la ligereza e irresponsabilidad con la que toma muchas decisiones, el presidente López ofreció a indígenas tepehuanos de Durango que en febrero de 2023, a más tardar, se les haría justicia devolviéndoles, previa revisión del caso, las tierras que reclaman.
Los tepehuanos exigen 35 mil hectáreas del municipio Valparaíso, Zacatecas. Aseguran que les pertenecen desde 1705, cuando el virrey Francisco Fernández de la Cueva y de la Cueva les reconoció su territorio. En la gira que hizo López a Durango lo abordó Juan Carlos Aguilar Caldera, presidente de Bienes Comunales de Santa María Ocotán y Xoconostle y le pidió ayuda para recuperar 35 mil hectáreas que son parte del municipio zacatecano de Valparaíso.
López le dijo que sí, que en febrero regresaría con una resolución.
Los indígenas tepehuanos, sumamente violentos, con presuntos vínculos con grupos del crimen organizado, decidieron “adelantar trámites” e invadieron 6 mil hectáreas de Zacatecas.
El trasfondo de este invasión y del desplazamiento de cientos de familias del ejido Bernalejo de la Sierra, es la enorme riqueza maderable de la zona y los cultivos millonarios del orégano.
Lo más grave de todo es que entre los ejidatarios también hay mucha gente vinculada a los cárteles que tienen actividades en la región –los cárteles de Sinaloa, del Golfo, entre otros–. Existe, así pues, el peligro de un enfrentamiento armado entre sicarios e indígenas tepehuanos que también tienen respaldo del crimen organizado.
El alcalde de Valparaíso pidió al Congreso de Zacatecas propiciar una mesa de negociaciones en la que participaran la Secretaría de Gobernación, los gobiernos de Durango y Zacatecas, indígenas tepehuanos, ejidatarios de Bernalejo y los Congresos de ambos estados.
Eleuterio Ramos Leal dejó claro que el asunto no puede resolverse a la ligera ni unilateralmente.
Sin embargo, la gente de Adán Augusto López, irresponsablemente, como muchas de las decisiones que toman, arrancó negociaciones sólo con los indígenas y el gobierno de Durango. A Zacatecas y a los desplazados de Bernalejo de la Sierra los ignoraron olímpicamente.
Polvos de aquellos lodos
La disputa por las tierras con enormes riquezas madereras, no es nueva.
En 2002 le tocó a Ricardo Monreal Ávila, quien entonces gobernaba Zacatecas. Perder 5 mil 465 hectáreas con el gobierno de Durango del priista Ángel Sergio Guerrero Mier.
Es importante conocer los antecedentes. En 1936, el presidente Lázaro Cárdenas restituyó a la comunidad tepehuana de Santa María de Ocotán y Xoconostle la propiedad de 421 mil 139 hectáreas.
En 1956, el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, a través de la Secretaría de la Reforma Agraria, crea el ejido Bernalejo de la Sierra y le otorga 5 mil 465 hectáreas de la hacienda San Juan Capistrano, Zacatecas.
Por un error burocrático y geográfico, el ejido quedó dentro de las 421 mil hectáreas de la comunidad tepehuana.
Y empezó el baile.
En 1997, el presidente Ernesto Zedillo, con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional del Subcomandante Marcos todavía muy calientito, decretó la expropiación de las 5 mil 465 hectáreas para restituirlas a los tepehuanos. Y ordenó una indemnización de 10 millones de pesos a los ejidatarios de Bernalejo.
Por angas o mangas, la resolución no se ejecutó. Nadie peló las órdenes de Zedillo. Y en 2002 los tepehuanos decidieron hacerse justicia con propia mano. E invadieron tierras de Zacatecas.
En 2003, un tribunal agrario con sede en Zacatecas revocó el decreto expropiatorio de Zedillo y devuelve las tierras–sólo en papel– a los ejidatarios de Bernalejo.
El baile se convirtió en zapateado con cohetes y luces pirotécnicas.
Las invasiones se tornaron violentas y los gobierno federal de Vicente Fox y de Durango y Zacatecas construyeron un acuerdo político jurídico que consistió en devolver a los tepehuanos las 5 mil 465 hectáreas y pagar a los ejidatarios de Bernalejo una indemnización de 54 millones de pesos.
El asunto ahí murió. Pero en septiembre, los tepehuanos, que quieren más madera y orégano, reclamaron la posesión de 35 mil hectáreas, pidieron auxilio al presidente López y como éste les guiñó el ojo, ni tardos ni perezosos invadieron tierras de Zacatecas.
¿Qué sigue? Si Adán Augusto no se toma un tiempo de su campaña para resolver el problema de forma legal y pacífica, tendrá que agregar más muertos a la lista de más de 130 mil que lleva la Cuarta Transformación.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos