Héroe para Morena, Barbosa deja de herencia conflictos en Puebla
Miguel Ángel Rivera miércoles 14, Dic 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En México tenemos inclinación a dispensar a las personas que fallecen por los errores que cometieron en vida, pero hay casos en que es necesario hacer excepciones.
Uno de ellos es el del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, quien luego de luchar denodadamente por alcanzar ese cargo cumplió un mandato salpicado de conflictos, algunos de los cuales seguramente influirían en el proceso de sucesión de no ser porque desde el Zócalo de la Ciudad de México se decidirá el futuro de ese importante estado de la República.
De hecho, su nominación como candidato de Morena al gobierno de Puebla se vio envuelta en el conflicto, pues lo consiguió luego de renunciar al PRD cuando era coordinador de la bancada de ese partido en el Senado de la República y su primera incursión como candidato también estuvo inmersa en una contienda, pues se quejó de ser víctima de un fraude a favor de la abanderada del PAN, Martha Érika Alonso, quien fue declarada triunfadora, pero no pudo gozar el cargo pues a poco de haber tomado posesión murió al desplomarse el helicóptero en que viajaba al lado de su esposo, el ex gobernador Rafael Moreno Valle y otras personas.
Ese supuesto fraude le valió para equipararse con Andrés Manuel López Obrador, quien hasta la fecha se queja de haber sido despojado de su victoria electoral en el 2006. Su esfuerzo por asemejarse al actual presidente de la República incluyó el tratar de tener el control de todos los poderes en Puebla.
Tal actitud le llevó a un enfrentamiento con su compañera de partido, la expresidenta municipal de Puebla Claudia Rivera Vivanco, a quien trató de subordinar al gobierno del estado, al menos en el tema de seguridad pública.
El 28 de enero 2021, medios locales destacaron que Barbosa Huerta sostuvo que la seguridad de los habitantes de Puebla capital corre a cargo de la Secretaría de Seguridad del estado, pues desde hace meses tomó las riendas de las detenciones y estrategias para inhibir la incidencia delictiva, ante la omisión del Ayuntamiento al mando de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, quien “instaló un escenario político” sobre el tema.
En contra de sus diferencias con su correligionaria Rivera Vivanco, el desaparecido mandatario pareció tener mejor trato con el sucesor en la presidencia municipal de la capital poblana, el panista Eduardo Rivera Pérez, pero entre risas también estableció una relación de superioridad.
A raíz de un conflicto entre comerciantes de la Central de Abastos y ambulantes afiliados a la organización 28 de octubre, Barbosa Huerta “sugirió” al presidente municipal Rivera Pérez estar al pendiente de las negociaciones que conducía el secretario de Gobernación del municipio Jorge Cruz Lepe. “Que el presidente tenga más atención de lo que hace su secretario de Gobernación, es lo único que le pido porque hay mucha referencia de que no está haciendo las cosas correctamente ni limpiamente”, dijo el desaparecido gobernador.
Dos primos en la lucha por el gobierno de Puebla
Tal vez el conflicto político más grave en que se vio involucrado fue el de su propia sucesión, que se desató de manera anticipada, pues su mandato terminaba hasta 2024, pero desde antes se empezaron a mover, dentro de las filas de Morena, el diputado Ignacio Mier Velazco y el senador Alejandro Armenta Mier. Para darle más sabor a esa contienda, resulta que los dos legisladores son parientes y militan en Morena, donde los ha proyectado para desempeñar cargos relevantes. El diputado es coordinador de la bancada mayoritaria de su partido y el senador fue presidente de su Cámara.
El enfrentamiento —dicen los enterados que inducido o por lo menos fomentado por el gobernador Barbosa— llegó hasta los terrenos penales, pues el diputado Mier Velazco presentó una denuncia en la cual involucró a otros personajes de la llamada cuarta transformación, como el fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera, al ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno federal, Santiago Nieto, y, por supuesto, al senador Alejandro Armenta Mier.
Al opinar sobre el conflicto, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, admitió que Barbosa y Mier sostienen una “confrontación”, mientras que Barbosa señaló que el líder de Morena en la Cámara de Diputados está siendo investigado por “hechos” que las autoridades correspondientes están indagando, sin que él, en su calidad de gobernador de Puebla, tuviese participación alguna. Además, aseguró que Barbosa dijo que su gobierno no ofrecerá protección a ningún político porque se debe priorizar la aplicación de la ley y que “en Puebla se vive un estado de derecho”.
Ahora, con el fallecimiento del mandatario, los dos legisladores federales aparecen como dos de los principales candidatos a ocupar la gubernatura, ya sea como interinos para terminar el periodo de Barbosa o para asumir la candidatura para el siguiente sexenio.
Por el momento, de acuerdo con la Constitución poblana, quedó al frente del gobierno Ana Lucía Hill Mayoral, la primera mujer en ocupar la Secretaría de Gobernación.
Otro testimonio, ensu relación con los periodistas, ocurrió durante una conferencia de prensa, en la cual la reportera de El Sol de Puebla Alba Espejel pidió que el entonces secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, diera más detalles sobre un conflicto ocurrido en Tecamachalco por la demolición de una escuela, asunto del que ya había hablado ante el gobernador en la misma rueda de prensa.
Antes de que Méndez Márquez pudiera responder, Barbosa Huerta reclamó a la reportera: “Te digo que cuando el gobernador habló, ya ningún otro puede hablar, aprende eso, por favor, no preguntes”. Y ya no permitió que su colaborador diera “más detalles” sobre el conflicto social en Tecamachalco.
La respuesta del gobernador fue condenada como “censura y violencia de género” por la Red de Periodistas de Puebla, que exigió al político de Morena evitar “este tipo de prácticas violentas”.
Sinn embargo, para los altos mandos de Morena, seguramente lo que contará en el expediente fue que Barbosa Huerta fue de los primeros funcionarios de alto nivel que reaccionaron en contra de la manifestación “El INE no se toca”, pues de inmediato organizó una contramarcha que, según cifras oficiales, reunió a más de 100 mil personas, lo cual le valió inmediata felicitación de la “corcholata” consentida, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
El mandatario morenista explicó que el motivo de la marcha fue para recalcar que Puebla “ es una tierra obradorista” y afín al proyecto de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Se pospone, brevemente, de nueva cuenta la revisión del “plan B”
Mientras tanto, la anunciada reforma electoral, conocida como “plan B”, se pospuso nuevamente, pero sólo por un día, pues se anunció que será discutida hoy mismo en el Senado.
El presidente de la Jucopo y coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, informó que continuaban las negociaciones con abogados del gobierno federal.
Monreal no quiso adelantar cómo votará la minuta, pero anticipó que será un debate intenso y que él mantendrá su postura de que hay 21 “bloques” de disposiciones que son inconstitucionales en las seis leyes reformadas, de los que sólo seis se han corregido.
Explicó que del total de disposiciones en la reforma, las dos terceras partes pueden ser benéficas para la renovación del modelo electoral, pero hay una tercera parte que vulnera la Constitución y es un tema delicado, porque se trata de un nuevo sistema electoral.
A su vez, en su traidicional mañanera, el presidente López Obrador sostuvo que los partidos de oposición que se inconformen con la reforma electoral podrán acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que se resuelvan de fondo los cambios que aprobaría el Congreso.
Manifestó que “lo cierto es que es pura politiquería porque como no hay reforma constitucional, la ley electoral no es ir en contra de la Constitución, que es la ley de leyes”.
También cuestionó la legitimidad de los ex consejeros presidentes y consejeros del Instituto Nacional Electoral que se han acercado al Senado para cuestionar la reforma electoral. “pura finísima persona” entre los que destacó al ex consejero presidente del entonces Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde, a quien acusó del “fraude” de 2006.