El Presidente adivino
Armando Ríos Ruiz miércoles 5, Abr 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Un psicólogo amigo mío, me platicó de sólo algunos de los padecimientos que aloja nuestro Primer Mandatario en la cabeza. Sin contar los físicos, que también son muchos y que han dado origen a suspicacias que se vierten a menudo en las redes sociales y que lo relacionan con traslados a hospitales de la Secretaría de la Defensa Nacional, como ocurrió hace unos días.
Los mentales son tan preocupantes como los físicos, porque desnudan la verdadera personalidad que los seres humanos escondemos, aunque las más de las veces afloran y en un hombre público, que además delira por hacer presencia a través de la televisión ante los ciudadanos, quienes conocen de la materia y los inteligentes que no conocen, pero realizan observaciones atinadas por lo mismo, acaban por descubrir lo que ocurre en el interior de un hombre.
Lo llamó sociópata. Esto se relaciona con las personas que no demuestran discernimiento entre bien y mal e ignoran los derechos y sentimientos de los demás. La desaparición de los medicamentos para niños enfermos de cáncer es muestra clara. El abandono total, completo de la sociedad, dejada en manos de los criminales resulta indiscutible. Culpar a los migrantes quemados en Ciudad Juárez de su propia muerte, es simplemente abominable.
Trastorno de personalidad paranoica, es una afección mental por la cual una persona tiene un patrón de desconfianza y recelos de los demás en forma prolongada. El Presidente no confía ni en los pobres que dice amar. Trastorno obsesivo-compulsivo, es un trastorno mental de las personas que tienen sentimientos, ideas, sensaciones y comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo y una vez más. Ni siquiera necesita ejemplos. Sólo hay que ver algunas mañaneras para advertir esta evidente situación.
La dispraxia verbal es un trastorno específico del desarrollo del lenguaje que se caracteriza por un déficit en varios niveles del procesamiento del habla: déficit en la planificación fonológica, en la planificación fonética y en la implementación del programa motor de habla. Hasta él mismo lo ha reconocido: “no puedo hablar de corridito.” Tómele tiempo cuando siga sólo tres palabras
Egocentrismo: exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividades generales. ¡Claro! Es el que jamás se equivoca. El que nunca comete errores. El que no acepta un no por respuesta ni que le cambien una coma a sus iniciativas. En suma: el que nunca escucha, más que su voz, porque es la única que puede competir con la de Dios.
Hay más en el acervo de los psicólogos, pero por un breve momento dejemos hasta ahí las cosas.
¡Ah! Pero tiene una “virtud” más: es adivino. Cuando Guadalupe Taddei Zavala fue elegida nueva presidenta del INE, la llenó de incienso. Dijo que es honesta, incapaz de actuar como el presidente que salía, pero que no la conocía. ¿Cómo alguien es capaz de describir a alguien que no conoce? Pues acudió a otro problema que padece y que se llama pseudología fantástica, o mejor conocida como mitomanía, pues.
La conoce tanto, como a toda la cauda de familiares que hoy ocupan cargos y fue elegida mañosamente, porque es, como las otras aspirantes, quien le puede garantizar obediencia ciega y los resultados que su capricho demande. No como el que se estaba yendo, o mejor conocido como Lorenzo Córdova.
Si hubiera existido oportunidad de que compitiera y ganara alguien opuesto a su morenismo, Ya estuviera visiblemente irritado utilizando sus madrugadoras para bañarla de denuestos, enviando gente a insultarla y a gritarle mueres y hasta a quemar una botarga con su figura.
Celebró todo lo que pudo filtrar al INE, porque absolutamente todo le garantiza lo mismo: obediencia. Respuestas puntuales a sus deseos. No pensar por saber y respetar que el único que piensa es él, así como celebrar y repetir hasta el cansancio sus dichos, aunque pertenezcan a su regionalismo.