El gobierno de la llamada 4T queda a deber en justicia y salud
Miguel Ángel Rivera lunes 27, Nov 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
A lo largo del actual sexenio, pero también en anteriores gobiernos, el Ministerio Público ha dado muestras de deficiencias e incapacidades que permiten a los presuntos delincuentes recuperar su libertad y bienes. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue en su intento de desprestigiar a los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación, al señalarlos como responsables de que los acusados queden en libertad tan pronto como entran a prisión.
Apenas el jueves anterior dimos cuenta de que la incapacidad del Ministerio Público, en este caso representado por la “autónoma” Fiscalía General de la República, ha permitido que el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, haya logrado eliminar parte de las denuncias en su contra.
Como es de conocimiento general, el gobierno del presidente López Obrador ha intentado vanamente presentar el juicio contra Lozoya Austin como ejemplo del supuesto éxito de su campaña contra la corrupción, pero los abogados oficiales no han podido conseguir evidencias que permitan condenarlo.
La más reciente conquista de la defensa de Lozoya fue lograr que un juzgado federal dictaminara que no se le puede confiscar su residencia.
No obstante, el inquilino de Palacio Nacional, en vez de quejarse de las deficiencias de los agentes del Ministerio Público aprovechó para continuar con su catilinaria contra los integrantes del Poder Judicial de la Federación.
López Obrador planteó que la devolución de la propiedad es resultado de la decisión de un juez y no de la incapacidad del Poder Ejecutivo o la Fiscalía.
“No es la Fiscalía, es decisión de un juez. Como las tenemos lamentablemente casi a diario, jueces que deciden liberar estos bienes y cosas peores, siempre con excusas o pretextos”, sostuvo el político de Macuspana, que aprovechó para invocar su anunciado “plan C”, que consiste en reformar al Poder Judicial, básicamente disolver a la actual Suprema Corte de Justicia y al Consejo de la Judicatura, cuyos relevos sean elegido mediante voto popular.
En consecuencia, el inquilino de Palacio Nacional refrendó su intención de reformar la Constitución, para que se pueda elegir a los jueces y magistrados de manera democrática. “Antes de irme sí voy a dejar una iniciativa, para reformar la Constitución”, aseguró.
Agregó que no ve otra salida, pues ya sabía que el Poder Judicial estaba descompuesto.
Comentó que en principio consideró que bastaría con cambiar a algunos de los ministros y que, por ello, hizo propuestas para reemplazar a quienes salieron. Pero como lo ha expresado en otras ocasiones, admitió que se equivocó con los nombramientos, por lo menos en dos de los casos, pues los nuevos ministros “se aliaron con los del antiguo régimen”.
Luego de expresar su disgusto con las sentencias en el caso Lozoya, insistió en denunciar que el Poder Judicial siempre ha liberado a presuntos delincuentes y utiliza pretextos o excusas para hacerlo.
“No son capaces de ir al fondo y entender de qué se trata la justicia y aprovechan cualquier supuesto error técnico jurídico. Faltó poner la hora precisa, no fue el jueves o viernes, o cosas por el estilo. Por eso vamos a seguir insistiendo en la reforma al Poder Judicial (que) está muy podrido”.
En esa mañanera, desde San Lucía, un municipio conurbado con la capital de Oaxaca, López Obrador reiteró que “es muy importante tener jueces íntegros, honestos, incorruptibles; si no, es una burla, todo el que tiene dinero, el que tiene para comprar su inocencia queda libre. Como se decía antes: ¿cuándo has visto un costal, un bulto de dinero en la cárcel? Porque imperaba la impunidad.
“Entonces, eso hay que resolverlo, es una asignatura pendiente. Y nosotros intentamos, yo busqué que se llevara a cabo una reforma en el Poder Judicial, que la impulsaran ellos mismos porque es un poder independiente, pero no pudimos.
“Porque cuando llegué pensé que era muy difícil cambiar a los jueces o hacer lo que hizo Zedillo, que desconoció al Poder Judicial, en particular a la Suprema Corte, los despidió a todos y propuso a otros; yo no iba a hacer eso. Entonces, pensé cómo hacerle”, agregó el titular del Ejecutivo, quien añadió:
“Es como el caso de la corrupción, he estado combatiendo la corrupción por cerca de 50 años de mi vida. Me acuerdo que el primer libro que escribí —no el primero, sí, de los primeros—, Tabasco, víctima del fraude, fue en 1988, y ahí dedico un capítulo o en la parte de un capítulo explico el por qué tomé la decisión de luchar por la democracia y cómo me llevó a ser dirigente opositor el combate a la corrupción desde entonces, del 88 para acá; pero ya había yo combatido la corrupción desde 77, que ocupé mi primer cargo como director del Instituto Nacional Indigenista en Tabasco”.
El sistema de salud como el de Dinamarca, todavía aparece lejano
Si el inquilino de Palacio Nacional no ha tenido éxito con su “cruzada” contra el Poder Judicial, tampoco ha podido cumplir su reiterada promesa de poner en operación un sistema de salud tan bueno o mejor que el de Dinamarca.
Lejos de ello, ha dejado sin atención médica y sin medicinas a millones de mexicanos, lo cual le ha generado numerosas protestas.
Esta situación fue puesta de relieve por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) al presentar una nueva herramienta de consulta y orientación llamada “Tablero de Indicadores del Sector Salud en México”, que recopila información detallada de fuentes nacionales e internacionales sobre cuatro principales aspectos: economía de la salud, resultados de la salud, innovación y recursos; curso de vida y género, así como enfermedades y fin de vida de los mexicanos.
El tablero tiene como objetivo brindar una guía a los expertos en salud, así como información detallada al público general interesado en conocer más sobre el sector.
Su ventaja o valor agregado, en comparación con otras fuentes de información, consiste en que la nueva herramienta presenta los datos de diferentes fuentes desde un sólo “tablero”, lo cual permite navegar de manera sencilla, para que la persona que lo use pueda concentrarse en lo que sea de mayor interés, y acceder a las fuentes oficiales origen de cada indicador.
Uno de los indicadores ubica a México en los sitios inferiores en materia de atención a la salud.
“El índice de salud de los mexicanos es de 62 puntos sobre 100, acorde el indicador llamado “Global Health Index” para 2023.
“Este indicador lo calcula la empresa Bloomberg desde hace varios años”.
Los 62 /100 puntos nos coloca en el lugar 51 en el ranking de países, por debajo de Cuba, Chile, Costa Rica y Panamá.
“En cuanto a lugares intermedios en la tabla está Dinamarca (el punto de referencia fijado por López Obrador), con 82.69 puntos quedando en un 24 lugar , siendo el primer lugar España.
“El referido estudio pone de relieve que México es un país con enormes desafíos en el campo de la salud pública. Con más de 126 millones de habitantes, su población ha crecido más de 50 por ciento desde 1990. Además del incremento en el número de personas que demandan acceso a la salud, el país también experimente una transición demográfica caracterizada por la mayor esperanza de vida y una menor tasa de nacimientos. La esperanza de vida al nacer es superior a los 73 años en hombres y a los 78 años en mujeres”.
En materia de cobertura de servicios salud esenciales, el referido “tablero” revela que aumentó de 56% a 74% en 2017, estancándose luego en parte por la pandemia de Covid-19, quedando en 75% de cobertura en 2021, o sea un solo punto porcentual en un lapso de cuatro años.
“El comparativo con otros países, tanto en situación similar como Colombia, más desfavorecida en recursos como Cuba y más favorecida como Canadá, reflejan todos mejores coberturas comparados con México, lo que hace ver los retos que aún tenemos por delante”.
Otro sector en donde México está rezagado es en la inversión pública para el desarrollo de la investigación médica y sectores básicos de salud.
Medido en millones de dólares a valor constantes de 2021, la proporción que asigna el gobierno mexicano, de 0.04 (cuatro centavos de dólar), cantidad que queda muy corta comparada con otros países latino americanos, como Brasil que dedica 0.83 centavos; Colombia 3,34 dólares; Costa Rica 2,85; Panamá 1,00; y Perú 1,08.