Desesperación ante la falta de agua
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 29, Ene 2024Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Cultura del ahorro, parte de la solución
En solidaridad con la gente que padece los estragos por la falta de agua en el centro del país y algunas otras partes del país, y ante la gravedad del asunto, hoy volvemos a levantar nuestra voz para que autoridades de los tres niveles del gobierno aborden el tema con prevención, planeación y mejor administración de los recursos públicos.
“Ya no queremos más reuniones de evaluación y seguimiento, queremos respuesta inmediata de nuestras autoridades”, coinciden en señalar los afectados y con puntualidad nos recuerdan que hace mucho tiempo que lo que se invierte en las dependencias encargadas de controlar la distribución del agua, en materia de administración de recursos para el mantenimiento de las redes y de planear y prevenir los sistemas de donde se extrae el vital líquido, ha quedado rebasado en sus necesidades y en general hay la percepción de que los recursos que se destinan a este rubro se hace sin el criterio que la emergencia lo requiere.
A ciencia cierta, ningunos de los afectados conoce o sabe de cuánto más de recursos son los óptimos para atender la problemática que hoy viven de la falta de agua, pero en este tema especialistas comentan que hacen falta proyectos de altura de miras, que a la vez den viabilidad al uso del agua con responsabilidad.
Habrá quien pregunte ¿Y de dónde quieren que saquen los recursos solicitados?, pues por tratarse de una emergencia nacional tal vez valga la pena utilizar recursos de los excedentes petroleros; de las economías o de los subejercicios existentes en varias dependencias. No sé, lo cierto es que es evidente que a la administración y planeación del agua ha llegado la hora de invertirle. Que conste.
LAS CARTAS HABLAN.– En la capital de la República y su zona metropolitana las protestas por la falta del agua son nuestro pan de cada día, en Tlalpan como en Gustavo A. Madero, en Iztapalapa o Magdalena Contreras, en todos lugares donde la comunidad ha salido a manifestarse para que les hagan caso por el padecimiento de la falta de agua, la respuesta de las autoridades nos dejan en claro que gran parte del vital líquido que se consume en esta parte del centro del país proviene del Sistema Cutzamala.
Esa obra emblemática comenzó a operar en 1938 con el nombre Sistema Miguel Alemán de Generación Eléctrica. Fue hasta la década de los 70, cuando este sistema se moderniza y se complementa con una serie de obras que hoy en día conocemos como Sistema Cutzamala, la cual tuvo una gran inversión económica en sus inicios, ya que en lugar de traer el agua por gravedad se tiene que bombear hacia la Cuenca del Valle de México y desde entonces, con algunas fallas intermitentes, el agua nos llegaba de manera constante y eficazmente a la ciudad de México.
Pero dicen que todo por servir se acaba, y el Sistema Cutzamala es un ejemplo de cómo, con el paso de los años, su servicio se ha deteriorado, agravándose su situación si consideramos situaciones como el cambio climático y recursos escasos para su mantenimiento. Ante ese difícil panorama que hoy presenta el sistema, especialistas en la materia hablan de la urgencia de un mantenimiento o cirugía mayor, porque la enfermedad de dicho sistema ya no se alivia con simples mejorales, como se hizo en el pasado.
VA MI RESTO.– Es cierto, hacen falta cuantiosos recursos de inversión al Cutzamala pero eso mismo necesitan otros sistemas hidráulicos que surten agua potables al país y ante ese difícil panorama hay que dejar en claro que en la atención de este tema, que en gran parte corresponde a los políticos, sí, sin duda, pero en gran medida la solución corresponde a toda la población, porque independientemente de las causas por la falta de agua entre los habitantes de la ciudad de México y de todo el país, debemos hacer un esfuerzo para propiciar ahorros en el consumo del agua.
Ya basta de considerar al líquido como un regalo divino, eso si no queremos más adelante pagar precios de oro, generar conflictos por una gota de agua y entrar en situaciones de desesperación como en la que ahora se encuentran muchas familias, entonces se trata de un asunto de conciencia en el uso racional del agua. ¡Aguas! No la rieguen, y hasta ahí porque como veo doy.











