‘Huachicol’, segunda fuente de ingresos de cárteles mexicanos
* Destacadas, Nacional lunes 5, May 2025- Reporte del Departamento del Tesoro de EU
- El combustible robado es etiquetado como “aceite usado” o materiales peligrosos para evitar revisiones

De acuerdo con un reporte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el robo de combustible a Pemex y su tráfico hacia territorio estadounidense se convirtió en la segunda fuente de ingresos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), del Cártel de Sinaloa y del Cártel del Golfo, después del trasiego de drogas.
El documento añade que el petróleo crudo, así como gasolinas, son enviados a pequeñas compañías del lado norte de la frontera, en un esquema que genera ganancias multimillonarias, por lo que pide a los bancos una vigilancia especial para evitar lavado de dinero.
“En los últimos años, el robo de combustible en México, incluido el contrabando de crudo, se ha convertido en la principal fuente de ingresos ilícitos no relacionados con el narcotráfico para los cárteles, lo que les permite sostener sus empresas criminales globales y sus operaciones de narcotráfico hacia Estados Unidos”, señaló la Red de Control de Delitos Financieros (Fincen).
Los cárteles utilizan intermediarios mexicanos cómplices en la industria del petróleo y el gas natural para contrabandear y vender petróleo crudo robado de Pemex, a pequeñas empresas estadounidenses cómplices de petróleo y gas natural que operan cerca de la frontera, según la Fincen.
Destacó que “mediante estos esquemas, los cárteles roban miles de millones de dólares en crudo de Pemex, fomentando la violencia y la corrupción desenfrenadas en México y perjudicando a las empresas legítimas de petróleo y gas natural en Estados Unidos”.
Se estima que los importadores estadounidenses pueden obtener más de 5 millones de dólares en ganancias por cada envío de petróleo en buque a otros países.
El Departamento del Tesoro explicó que los cárteles y los huachicoleros sobornan a trabajadores de Pemex y a funcionarios de gobiernos locales para obtener el petróleo, pero también perforan ilegalmente ductos, roban en refinerías y amenazan con violencia a los empleados de la empresa del Estado.
Después de obtener el crudo, los cárteles lo transportan en tanques para contrabandear el energético, con ayuda de intermediarios, el cual es etiquetado como “aceite usado” o materiales peligrosos para evitar revisiones y evadir impuestos.
El combustible robado se entrega en Estados Unidos a intermediarios mexicanos antes de pasar a manos de importadores de esa nación para ser vendido en los mercados energéticos de ese país e internacionales.
Los importadores del país vecino del norte facturan el crudo robado y lo venden en nombre de los cárteles con un gran descuento a intermediarios externos cómplices en Estados Unidos y jurisdicciones extranjeras sin que sepan que es ilegal.
Tras la venta, los importadores reciben transferencias bancarias nacionales e internacionales, para después enviar los recursos a empresas de Estados Unidos y México controladas por intermediarios, quienes a su vez pagan a los cárteles su parte de las ganancias ilícitas.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro y la Fincen, las transferencias que se envían a México son por «pagos de facturas asociadas con la importación de aceite usado u otros materiales peligrosos».
La ruta del huachicol
La compleja red transfronteriza establecida por el Cártel Jalisco Nueva Generación opera con el mismo nivel de sofisticación logística que los esquemas de narcotráfico.
Inicia con la extracción ilegal de crudo en territorio mexicano y finaliza en el mercado energético estadounidense y global, tras un recorrido que incluye corrupción institucional, transporte encubierto, empresas fantasma y comercialización fraudulenta.
El punto de partida del esquema es el robo de crudo directamente de la infraestructura de Pemex, mediante tomas clandestinas perforadas en ductos, así como los sobornos a empleados de la empresa estatal.
El producto se extrae en zonas donde el CJNG mantiene redes de perforación y corrupción, como Veracruz y otras regiones estratégicas del Golfo de México, según reportes del Tesoro de Estados Unidos.
Desde esos puntos, el hidrocarburo es transportado hacia zonas fronterizas, especialmente en Tamaulipas, que funcionan como corredor logístico para el contrabando hacia Texas.
De acuerdo con un mapa revelado por el Departamento del Tesoro, una vez sustraído, el crudo es transportado a instalaciones controladas por el cártel, donde se almacena en tanques clandestinos o camiones cisterna.
Desde ahí, el combustible viaja hacia la frontera norte, particularmente hacia cruces ubicados en el estado de Tamaulipas, zona bajo control de César Morfín Morfín, alias “Primito”, identificado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros como el líder del CJNG en esa entidad.
Según el informe, “Primito” controla los cruces clave entre Tamaulipas y el sur de Texas y exige el pago de cuotas a los operadores de camiones cisterna que transportan crudo robado, incluso cuando estos cargamentos no son gestionados directamente por su célula.
Estos vehículos, pertenecientes a otras facciones del CJNG o a intermediarios cómplices, requieren su autorización para usar las rutas que controla. Además, supervisa la falsificación de documentos aduaneros, haciendo pasar el crudo por “aceite usado” u otros materiales regulados, lo que les permite evadir inspecciones y restricciones fiscales y ambientales tanto en México como en Estados Unidos.
Una vez cruzada la frontera, el crudo es depositado en lotes vacíos y centros de almacenamiento en el sur de Texas, en regiones como el Permian Basin, Dallas y Houston. Estos terrenos son administrados por empresas fachada controladas o infiltradas por el CJNG o por importadores cómplices que tienen vínculos comerciales con la organización.
El combustible robado es luego revendido a precio reducido a refinerías o distribuidores de petróleo y gas en EU, así como a corredores internacionales que lo colocan en mercados de países como India, Japón o regiones de África, según la documentación oficial.
Sanciona EU a tres mexicanos y dos empresas ligadas al CJNG
El gobierno de Estados Unidos sancionó la semana pasada a tres ciudadanos mexicanos y dos empresas vinculadas al CJNG por actividades relacionadas con el tráfico de fentanilo, robo de combustible y contrabando de petróleo.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionó a César Morfín Morfín, alias “Primito”, identificado como líder de la célula del CJNG en Tamaulipas. Según el Departamento del Tesoro, Morfín operó anteriormente dentro del Cártel del Golfo, pero posteriormente integró su red al CJNG.
La OFAC también sancionó a sus hermanos Álvaro Noé y Remigio Morfín Morfín, quienes están vinculados a las empresas SLA Servicios Logísticos Ambientales y Grupo Jala Logística, dedicadas al transporte de materiales peligrosos.
Como parte de las sanciones, todos los bienes y activos de las personas y empresas mencionadas que estén en Estados Unidos o bajo control de ciudadanos estadounidenses quedan bloqueados.











