Tiran barreras al matrimonio para personas con discapacidad
Quintana Roo domingo 29, Jun 2025- Fallo de la Suprema Corte de Justicia
- La resolución judicial representa un hito en la lucha por la igualdad de derechos civiles

La SCJN declara inconstitucionales algunas disposiciones del Código Civil que impedían a personas con discapacidad contraer matrimonio.
Por redacción DIARIOIMAGEN
Chetumal.- En una decisión histórica, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucionales diversas disposiciones del Código Civil de Quintana Roo que impedían a personas con discapacidad o con ciertas condiciones de salud contraer matrimonio. La resolución, aprobada por mayoría del Pleno, representa un avance significativo en la garantía de derechos civiles y la eliminación de barreras legales basadas en estereotipos médicos y sociales.
El proyecto, presentado por el ministro Javier Laynez Potisek, invalidó artículos que exigían certificados médicos con información sensible como condición para casarse, incluyendo diagnósticos de enfermedades crónicas, contagiosas o hereditarias. La Corte consideró que estas exigencias vulneraban el derecho a la igualdad, a la no discriminación y a la vida privada de las personas con discapacidad.
“El certificado médico deja de ser una formalidad administrativa y se convierte en un medio de exclusión”, advirtió Laynez durante la sesión. La sentencia también cuestionó la posibilidad de anular matrimonios con base en diagnósticos médicos, sin considerar medidas de apoyo que garanticen la capacidad jurídica de las personas involucradas.
Entre los artículos invalidados se encuentran fragmentos que prohibían expresamente el matrimonio de personas con discapacidades físicas, sensoriales, mentales o múltiples, bajo el argumento de que “no pueden gobernarse, obligarse o manifestar su voluntad”. La Corte determinó que tales disposiciones eran discriminatorias y contrarias a los principios constitucionales y tratados internacionales firmados por México.
El Congreso de Quintana Roo tiene ahora un plazo de 12 meses para reformar su legislación, previa consulta libre, previa e informada a personas con discapacidad y organizaciones representativas del sector.
Con esta resolución, la SCJN reafirma que el derecho al matrimonio no puede estar condicionado por estándares médicos ni por prejuicios sobre la capacidad de las personas. Se trata de un paso firme hacia una sociedad más inclusiva, donde el amor y la voluntad de formar una comunidad de vida no estén sujetos a diagnósticos ni exclusiones.
Denuncian contaminación por microplásticos
Mientras los menús de hoteles de lujo en Cancún y la Riviera Maya presumen langosta caribeña como platillo estrella, los pescadores ribereños enfrentan una realidad menos glamorosa: capturas menguadas, contaminación por microplásticos y una cadena de comercialización que los margina. La paradoja es clara: el mar ofrece manjares para el visitante, pero residuos invisibles para quienes dependen de él.
Ezequiel, líder de una cooperativa pesquera en Puerto Morelos, resume la frustración: “Respetamos la veda, pero otros no. Y cuando salimos, el mar está revuelto o regresamos con muy poco. A veces ni para pagar la nómina alcanza”. La pesca de langosta —realizada con fusil y buceo a pulmón— es riesgosa y estacional. Durante los cuatro meses de veda, las cooperativas sobreviven con dificultad, mientras actores privados con mayor capital y congeladoras propias acaparan el mercado y exportan a Estados Unidos y Asia1.
Una investigación científica realizada en Puerto Morelos reveló que el 57% de los peces analizados contenían microplásticos en su tracto digestivo, con un promedio de 2.5 partículas por ejemplar. Las especies más afectadas son las de bajo valor comercial, capturadas con línea de mano en aguas someras, y que suelen destinarse al autoconsumo de las comunidades ribereñas. En contraste, los peces de mayor tamaño —como la langosta—, capturados en aguas profundas con métodos más sofisticados, presentan menor carga de contaminantes y se destinan casi exclusivamente al turismo o la exportación.
Los polímeros encontrados incluyen poliéster, poliestireno, polipropileno y nylon. Su presencia no solo compromete la salud de los ecosistemas marinos, sino también la seguridad alimentaria de las comunidades costeras. “El pescador que no puede vender su captura termina comiéndola, sin saber que está ingiriendo plástico”, advierte el biólogo marino Omar Rivera, coautor del estudio.
La desigualdad no solo se refleja en la mesa, sino en la estructura misma del modelo turístico. Las cooperativas, sin acceso a crédito ni infraestructura de conservación, deben vender rápido y barato. Los hoteles, en cambio, compran a crédito y pagan hasta tres meses después. “Así no se puede competir”, lamenta Ezequiel.
La langosta caribeña, símbolo de lujo y frescura, se ha convertido en un termómetro de la inequidad marina. Mientras los turistas la disfrutan con mantequilla y vino blanco, los pescadores que la extraen enfrentan un mar cada vez más contaminado, menos rentable y más excluyente.











