La presidenta Sheinbaum no debe pelear con todos, necesita el respaldo de su equipo
Miguel Ángel Rivera, Opinión lunes 14, Jul 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
“Todos somos iguales…pero unos más que otros”.
Esta sentencia que gusta repetir la estimada colega Lourdes Galaz, debería de tenerla muy en cuenta la presidenta (con A) Claudia Sheinbaum Pardo al seleccionar a quienes pueden ser sus potenciales contendientes. De paso, debería instruir o exigir a sus colaboradores atajar los ataques y críticas dirigidos contra su cargo provenientes de personas que no alcanzan el nivel para enfrentar a un jefe de estado.
También sería conveniente que alguno de sus colaboradores -o que incorporara a su equipo a algún experto en la materia- la asesorara acerca de los temas que deben alcanzar su atención y desechar los que no.
Esto viene al caso por la polémica en la que se enfrascó la primera mandataria con el abogado de un acusado de narcotraficante que, en su mundo puede tener gran influencia, pero que para el resto del país no debería tener mayor calificación que la de un simple delincuente.
Nos referimos a la airada respuesta que dio la presidenta Sheinbaum al defensor de Ovidio Guzmán López, el abogado estadunidense Jeffrey Lichtman, que como parte de su estrategia optó por asumir las denuncias formuladas por el presidente de su país, Donald Trump, en el sentido de que el gobierno mexicano no hace lo suficiente para erradicar a los grupos delincuenciales dedicados al tráfico de drogas e inclusive se atrevió a insinuar que el régimen de Sheinbaum los protege.
El día que Ovidio Guzmán se declaró culpable, como parte de un acuerdo con las autoridades de la Unión Americana para reducir su segura condena y mantener la protección para su familia, el abogado del narcotraficante sostuvo que “la Presidenta actúa más como un brazo de relaciones públicas de una organización narcotraficante que como la líder que el pueblo mexicano se merece”.
En una manifestación de su enérgico carácter, la mandataria mexicana le reviró de inmediato al litigante, al calificar de “irrespetuosas” y reiteró que no existe ningún tipo de alianza o complicidad entre su administración y actores vinculados al crimen organizado.
Aparte de enfrascarse en un debate con una persona que “no es tan igual”, la respuesta de la mandataria mexicana se dio, como ya lo apunté en columna anterior, en circunstancias que le resultan negativas, como es el hecho de estar en Sinaloa, el estado que es cuna de una de las más poderosas organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, el llamado “Cártel de Sinaloa” (CDS) y acompañada por uno de los funcionarios públicos señalados como vinculados a esa banda calificada como “terrorista” por el gobierno de los Estados Unidos.
Ese primer enfrentamiento ocurrió el pasado viernes 11, lo que dio oportunidad a que el abogado Lichtman replicara con un segundo ataque verbal.
Al parecer, para ese momento, la presidenta Sheinbaum ya se había percatado de su equivocación y no respondió sino hasta ayer en la mañanera, pero esta vez en vez de dirigirse al defensor del narco, anunció su propósito de demandarlo por difamación y, lo más importante, aseguró que no establecerá diálogo con un abogado de un narcotraficante. Luego comentó que las afirmaciones de Jeffrey Lichtman no se podían dejar pasar, por lo que procedería a emitir una “demanda por difamación a través de la Consejería Jurídica”.
Por su parte, la Fiscalía General de la República (FGR) emitió un comunicado en el que rechazó, de manera absoluta y contundente, lo que llamó “descalificaciones injustas expresadas de manera irresponsable, sin aportar pruebas”, en busca de un “oportunismo mediático” que descalifica a quien dolosamente lo utiliza.
La mandataria reiteró que su gobierno no tiene relación de contubernio con nadie y que su política de seguridad se basa en resultados tangibles. “No es un asunto solamente de decir que no establecemos relaciones, sino de mostrar los resultados”, afirmó.
Por cierto, no será la primera ocasión que el gobierno mexicano presente demandas contra abogados de mexicanos acusados en los Estados Unidos de corrupción o de contubernio con organizaciones, como es el caso del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna.
En 2023, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador interpuso una denuncia por daño moral contra César de Castro, abogado de García Luna, debido a que este “puso en duda su honestidad”.
Poco después, en una de sus mañaneras, el propio López Obrador reveló que la demanda no procedió, debido a que de Castro está protegido por las leyes de Estados Unidos.“Hice una consulta con abogados y está muy protegido el abogado de García Luna por las leyes; goza de impunidad y no procede una denuncia en su contra”, explicó.
Este episodio demuestra que, efectivamente, la presidenta Sheinbaum requiere de buenos asesores, función que hasta ahora no ha cumplido la Secretaría de Relaciones, que debería tener juristas que conocieran las normas y los procedimientos penales en otros países, en particular en el vecino del norte, que es donde se han registrado más desacuerdos.
Al margen de las demandas judiciales, la presidenta debe aprovechar también esta experiencia al momento de negociar nuevamente con su homólogo de los Estados Unidos, el magnate Donald Trump, que otra vez amenaza con aplicar aranceles por considerar que el gobierno de México no hace lo suficiente para combatir a las bandas dedicadas al narcotráfico.
Como siempre, ahora Trump olvida que, “misteriosamente”, las drogas “desaparecen” en cuanto cruzan la frontera común, sin que se conozcan los nombres de los jefes de las bandas que distribuyen las drogas en la Unión Americana, ni se sabe de instituciones financieras o empresas sancionadas porque se benefician del “lavado” de los millones de dólares producto de esa ilícita actividad.
Al respecto, en su mañanera de ayer, Sheiunbaum recordó que Estados Unidos debe hacer su parte en la lucha contra el tráfico de droga así como México ha hecho la suya.
También manifestó que en la mesa de negociación que se instaló derivado de la conversación telefónica que tuvo con Trump luego de que se cancelara su encuentro durante la reunión del G-7, funcionarios del país vecino informaron a sus contrapartes mexicanos, que se emitiría la carta sobre el anuncio de las tarifas.
Además, dijo, se acordaron ahí esquemas de trabajo y negociación de aquí al primero de agosto, con la confianza en que se llegará a un acuerdo y si no se logra “habrá decisiones que deberemos tomar”.
Por otra parte, la presidenta destacó los resultados positivos de la estrategia nacional contra la inseguridad, con lo cual subrayó que el país está haciendo su parte en ese asunto y Estados Unidos debe hacer su parte, lo que implica detener el tráfico de armas a México, controlar a quienes se dedican al tráfico de enervantes en aquella nación y atender el tema del consumo.
A propósito del asunto de que la presidenta Sheinbaum necesita la colaboración de su equipo y de otros políticos para afrontar temas polémicos, pues no todos los puede enfrentar directamente la jefa del Ejecutivo son de tomar en consideración las declaraciones del presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, quien nuevamente hizo un llamado a “cerrar filas con la presidenta”, lo cual, dijo, “es indispensable para el bienestar nacional”.
En un artículo publicado en sus redes sociales y un diario de circulación nacional, titulado “Cerrar filas”, el parlamentario anotó que “vivimos tiempos de presión externa, de discursos que buscan debilitar nuestra soberanía, de decisiones unilaterales que pretenden poner en entredicho nuestra voluntad como nación. Ante ese escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum dio respuesta como lo exigía el momento y como siempre lo ha hecho: con serenidad, firmeza y resultados”.
Indicó que “la reciente carta del presidente estadounidense, Donald Trump, en la que anuncia la imposición de aranceles del 30 por ciento a productos mexicanos fuera del marco del TMEC, a partir del 1 de agosto, no es un hecho menor, pero tampoco es una razón para perder la calma.
Agregó que “las presiones arancelarias disfrazadas de exigencias diplomáticas van a seguir. No es la primera vez que intentan doblegar la voluntad de nuestro país ni tampoco será la última. Pero la presidenta no está sola. La respalda un pueblo que despertó”.











