Autoriza Trump uso de fuerza militar contra cárteles mexicanos
Mundo domingo 10, Ago 2025
- Un paso más en la guerra a traficantes de drogas
- Ya hay una base oficial para la posibilidad de operaciones en el mar y en suelo extranjero

Donald Trump firmó en secreto una directiva para que el Pentágono comience a emplear fuerza militar contra cárteles de la droga.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó en secreto una orden ejecutiva que autoriza al Pentágono el uso de la fuerza militar contra los cárteles de México y Venezuela, reveló diario el New York Times.
La orden ‘abre la puerta’ a que el Ejército de Estados Unidos realice operaciones contra grupos de narcotraficantes, luego que declarara a a estas organizaciones criminales como terroristas.
La decisión de implicar al ejército estadounidense en la lucha antinarco es el paso más agresivo dado hasta ahora en la intensificada campaña del gobierno contra los cárteles.
Señala la voluntad continuada de Trump de utilizar fuerzas militares para llevar a cabo lo que se ha considerado principalmente una responsabilidad policial para frenar el flujo de fentanilo y otras drogas ilegales.
La orden proporciona una base oficial para la posibilidad de operaciones militares directas en el mar y en suelo extranjero contra los cárteles.
Funcionarios militares estadounidenses han empezado a elaborar opciones sobre la forma en que el ejército podría perseguir a los grupos, dijeron las personas familiarizadas con las conversaciones, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir las delicadas deliberaciones internas.
Pero ordenar a los militares que tomen medidas enérgicas contra el tráfico ilícito también plantea cuestiones jurídicas, entre ellas si se consideraría “asesinato” el hecho de que las fuerzas estadounidenses que actúan fuera de un conflicto armado autorizado por el Congreso mataran a civiles -incluso a sospechosos de delitos- que no representan una amenaza inminente.
No está claro qué han dicho los abogados de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado sobre la nueva directiva, ni si la Oficina del Asesor Legal del Departamento de Justicia ha emitido una opinión autorizada que evalúe las cuestiones jurídicas.
Este año, Trump ya ha desplegado a la Guardia Nacional y tropas en servicio activo en la frontera suroeste para cortar el flujo de drogas y de migrantes, y ha incrementado la vigilancia y los esfuerzos de interceptación de drogas.
Trump se ha centrado especialmente en las organizaciones venezolanas y mexicanas. En febrero, el Departamento de Estado designó al Tren de Aragua, a la Mara Salvatrucha (conocida como MS-13) y a varias otras organizaciones como organizaciones terroristas extranjeras, y afirmó que constituían “una amenaza para la seguridad nacional más allá de la que plantea la delincuencia organizada tradicional”.
Hace dos semanas, el gobierno de Trump incluyó al Cartel de los Soles venezolano en una lista de grupos terroristas globales especialmente designados, y afirmó que el cartel está dirigido por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y otros altos cargos de su gobierno.
El jueves, los Departamentos de Justicia y de Estado anunciaron que el gobierno de Estados Unidos duplicaba la recompensa -hasta 50 millones de dólares- por información que condujera a la detención de Maduro, quien ha sido imputado por cargos de narcotráfico. El gobierno volvió a describirlo como jefe de un cártel, y la fiscala general Pam Bondi dijo que “no escapará a la justicia y tendrá que rendir cuentas por sus despreciables crímenes”.
No es la primera vez que EU quiera enviar tropas para combatir cárteles
Esta no es la primera vez que se plantea la posibilidad de que las fuerzas armadas estadounidenses crucen la frontera para enfrentar a los cárteles y a su poderoso arsenal.
Antes de ser confirmado como embajador de EU en México, Ronald Johnson dejó abierta la posibilidad de realizar operaciones unilaterales contra los grupos de la delincuencia organizada de México.
“Me tomaré en serio la solemne obligación de proteger a los muchos millones de ciudadanos estadounidenses que viven y visitan México”, dijo ante el Senado en marzo.
Sin embargo, después de ser confirmado para el puesto, Ronald Johnson le ha ‘bajado’ a su discurso y ahora enfatiza que el combate contra los cárteles es una tarea en conjunto entre México y EU.
En el pasado, la participación militar estadounidense en operaciones antidroga en América Latina ha superado ocasionalmente los límites legales. Pero esas operaciones se enmarcaron como apoyo a las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley.
En 1989, el presidente George H. W. Bush envió más de 20.000 soldados a Panamá para detener a su caudillo, Manuel Noriega, quien había sido imputado en Estados Unidos por tráfico de drogas.
Antes de la operación, William Barr, que entonces dirigía la Oficina del Asesor Legal y fue fiscal general en el primer mandato de Trump, redactó un controvertido memorando en el que afirmaba que Bush tenía autoridad para ordenar detenciones de fugitivos en el extranjero sin el consentimiento de Estados extranjeros. La Asamblea General de las Naciones Unidas condenó la acción de Panamá como una “flagrante violación del derecho internacional”.
En la década de 1990, el ejército estadounidense ayudó a las fuerzas de seguridad antidroga colombianas y peruanas al compartir información -como datos de radar e intercepciones de comunicaciones- sobre vuelos civiles sospechosos de transportar drogas. Pero después de que esos gobiernos empezaran a derribar esos aviones, el gobierno de Bill Clinton interrumpió en 1994 la ayuda durante meses.
Y la Marina lleva mucho tiempo participando en la intercepción de buques en aguas internacionales sospechosos de contrabando de drogas hacia Estados Unidos. Pero los barcos navales suelen hacerlo como una operación de aplicación de la ley, y trabajan bajo el mando de un oficial de la Guardia Costera estadounidense. En virtud de una ley de 1878 llamada Ley Posse Comitatus, en general es ilegal utilizar a los militares para realizar funciones policiales.
El ejército estadounidense también ha realizado ejercicios conjuntos de entrenamiento antidroga con otros países, entre ellos con soldados colombianos y mexicanos. El ejército también proporcionó equipos y aviones a antiguos escuadrones de la Administración de Control de Drogas que actuaron como mentores y se desplegaron con -y a veces se enzarzaron en tiroteos junto a- oficiales antidroga locales en países como Honduras. El programa finalizó en 2017.
Pero la nueva directiva de Trump parece prever un enfoque diferente, centrado en que las fuerzas estadounidenses capturen o maten directamente a las personas implicadas en el tráfico de drogas.











