Se registran 41 mil muertes al año por consumo de alcohol
* Destacadas, * Especiales martes 23, Sep 2025
- Urgen medidas para reducir ingesta
- Proponen especialistas que bebidas alcohólicas sean consideradas par los “impuestos saludables”

El consumo de alcohol es causa directa de más de 60 enfermedades, como: cirrosis hepática, pancreatitis, alcoholismo, cáncer y daño neurológico, además de muertes por accidentes de tránsito.
En México, alrededor de 41 mil personas fallecen cada año por causas asociadas al consumo de bebidas alcohólicas, por lo que resulta impostergable la aplicación de políticas públicas eficaces para el control del alcohol, además de medidas que reduzcan efectivamente su consumo en la población más vulnerable.
Ante este panorma, especialistas, en una conferencia convocada por la Red de Acción sobre el Alcohol (RASA), demandan al gobierno federal y al Congreso de la Unión que como parte de los “impuestos saludables” del Paquete Económico 2026 se incluyan los productos alcohólicos, que generan enormes costos para la sociedad.
María Elena Media Mora, investigadora emérita del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, expuso que en nuestro país el consumo de alcohol está relacionado con 9 por ciento de los accidentes de tránsito, 11 por ciento de los intentos suicidas, casi 9 por ciento de los homicidios y 3 por ciento de otro tipo de lesiones.
Una de las principales preocupaciones, dijo, debe centrarse en la juventud. Y es que, diversos estudios muestran que la ingesta de bebidas alcohólicas está incrementado particularmente entre mujeres de 12 a 17 años de edad.
El consumo de alcohol es causa directa de más de 60 enfermedades, como: cirrosis hepática, pancreatitis, alcoholismo, cáncer y daño neurológico. También es un factor de riesgo importante para otras 200 enfermedades, lesiones y condiciones adversas de salud, como enfermedades cardiovasculares, siniestros viales, violencia, suicidio, tuberculosis, VIH y enfermedades reumáticas, entre muchas otras.
A diferencia de las enfermedades crónicas, como la diabetes, que requieren un complejo manejo médico, farmacológico, nutricional y psicológico, este grupo de enfermedades puede prevenirse y tratarse efectivamente al eliminar un solo factor de riesgo: el consumo de alcohol.
Actuar sobre este hábito no sólo nos permite reducir su impacto en la salud pública, sino también intervenir a edades más tempranas, mejorando significativamente la calidad de vida y el futuro de nuestra población”, afirmó Luis Alonso Robledo, vocero de RASA.
Organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han propuesto, con base en evidencia científica, una combinación de políticas públicas costo-efectivas para reducir los daños asociados al consumo de alcohol.
Diversos estudios han demostrado que las medidas para aumentar el precio de las bebidas alcohólicas, como los impuestos, las medidas para controlar la disponibilidad de alcohol, es decir, regulaciones sobre la cantidad de establecimientos, días y horarios de venta,10 y la regulación de la publicidad y promoción de alcohol,11, 12 tienen efectos positivos e inmediatos en el consumo de alcohol, en las hospitalizaciones por problemas relacionados con su ingesta e incluso con las muertes atribuibles a dicho factor de riesgo.
Accidentes de tránsito
De acuerdo con los datos del Inegi, diariamente ocurren en promedio 47 siniestros de tránsito en carreteras de México por causas asociadas al consumo de bebidas alcohólicas. Estos eventos ponen en grave riesgo de lesiones y muerte a otros conductores, así como a los usuarios vulnerables de la vía como peatones, ciclistas y motociclistas.
Por ello, es fundamental que el gobierno impulse una política nacional que regule la disponibilidad de bebidas alcohólicas en tiendas de conveniencia a pie de carretera tanto libres como de cuota, así como de la venta informal en las mismas.
Durante los periodos vacacionales, el alto flujo vehicular en carreteras provoca un aumento del 15% al 20% de los siniestros viales. Al respecto, Luis Alonso Robledo, vocero de la red, declaró: “La evidencia es contundente, existen más de 60 enfermedades directamente ocasionadas por el consumo de alcohol y más de 200 condiciones de salud relacionadas con el mismo. Los siniestros de tránsito caen en esta última categoría, ya que se sabe que el alcohol puede afectar la capacidad para conducir al alcanzar concentraciones en sangre tan bajas como 0.02%.
Muchas veces las personas que conducen no se perciben intoxicados a esa dosis. Aun así, no hay un consumo seguro de alcohol que permita conducir sin riesgo, ya que puede desencadenar siniestros que ponen en peligro la vida de la persona al volante, la de las personas que viajan con ella y la de otros pasajeros en otros vehículos”, por ello es urgente regular la disponibilidad de bebidas alcohólicas en tiendas de conveniencia a pie de carretera tanto libres como de cuota, así como de la venta informal en las mismas.
En México, según las cifras del Inegi,1 durante 2023 se registraron 381,048 siniestros de tránsito a nivel nacional. Los principales tipos fueron: la colisión con vehículo automotor, colisiones con motocicleta, con objeto fijo y atropellamiento. En el 70% de los casos se realizó una prueba de alcoholemia, de las cuales 17,219 resultaron positivas.
Movilidad Segura
La evidencia señala que las políticas integrales que contemplan los principales factores de riesgo de tránsito, como son el exceso de velocidad, consumo de alcohol, uso de casco, uso de cinturón de seguridad, así como de sistemas de retención infantil, pueden prevenir entre el 25% y el 40% del total de lesiones de tránsito a nivel mundial.
Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de Seguridad Vehicular de El Poder del Consumidor, señaló: “En nuestro país existen medidas que han demostrado ser exitosas, como el establecimiento de puntos de control de alcoholemia en tránsito.
Se debe incrementar una exigencia de 0.00% de alcohol para los conductores que conducen por primera vez. Adicionalmente, desde la perspectiva de seguridad vehicular existen varios componentes que pueden mitigar las consecuencias de la conducción con alcohol y que han demostrado ser efectivos, por ejemplo, los parches transdérmicos de monitoreo de alcoholemia o el dispositivo antiarranque por alcoholemia (alcolock).











