La Lectura como Acto de Libertad: Reimaginando el futuro
Espectáculos jueves 30, Oct 2025- Día Nacional del Libro 2025
- Una fecha dedicada a celebrar la palabra escrita, el conocimiento y la resistencia

Más allá del alivio inmediato del estrés, la lectura habitual protege la salud mental a largo plazo y refuerza la resiliencia emocional.
Por Arturo Arellano
El próximo 12 de noviembre, México conmemorará el 45 aniversario del Día Nacional del Libro, una fecha dedicada a celebrar la palabra escrita, el conocimiento y la resistencia a la ignorancia. Este 2025, la conmemoración adquiere especial relevancia frente a una crisis silenciosa: mientras la población alfabetizada de México desciende en sus hábitos de lectura, la ciencia demuestra cada vez más que los libros no son un lujo, sino una herramienta vital para la salud mental, el desarrollo cognitivo y la cohesión social.
El 12 de noviembre fue elegido especialmente para homenajear a Sor Juana Inés de la Cruz, la mayor figura de la literatura hispanoamericana del siglo XVII. Sor Juana fue una defensora incansable del derecho a leer y aprender, navegando las restricciones de su época para acceder a conocimiento, escribir, filosofar y contribuir de manera significativa a las letras. Su frase célebre resume la esencia de esta celebración: «No estudio para saber más, sino para ignorar menos».
El Día Nacional del Libro fue instituido por decreto presidencial el 6 de noviembre de 1979 durante el gobierno de José López Portillo, con el reconocimiento de que «la educación dentro del proceso de desarrollo del país es prioritaria». El primer evento se celebró en 1980, con la distribución de «Sor Juana Inés de la Cruz. Obras escogidas» como primer libro conmemorativo, enviado gratuitamente a librerías, bibliotecas y centros culturales de todo el país.
Durante estas cuatro décadas y media, el 12 de noviembre ha servido como plataforma para que la Secretaría de Educación Pública, instituciones educativas, culturales, editoriales y organismos gubernamentales promuevan activamente el hábito de la lectura tanto en español como en lenguas indígenas.
Una Crisis Invisible: El Declive
de los Hábitos Lectores en México
Sin embargo, los números muestran una realidad preocupante que contradice el ideal que esta fecha intenta defender. En 2024, solo el 69.6% de la población alfabeta mayor de 18 años declaró haber leído algún material, según el Módulo sobre Lectura (MOLEC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Esta cifra representa un descenso de 14.6 puntos porcentuales respecto a 2015, cuando 84.2% de la población adulta se consideraba lectora.
La magnitud del problema es aún más evidente cuando se analiza la cantidad de libros consumidos. En 2024, los mexicanos leyeron un promedio de 3.2 libros por año, disminución respecto a los 3.9 libros en 2022. Para contextualizar esta cifra, Canadá reporta un promedio de 17 libros por persona al año, mientras que Estados Unidos llega a 12. México no solo lee menos actualmente, sino que su caída contrasta dramáticamente con países desarrollados.
La disminución ha afectado desproporcionadamente ciertos tipos de lectura. La lectura de periódicos se desplomó 31.6 puntos porcentuales, pasando de 49.4% de la población lectora en 2015 a 17.8% en 2024. Las revistas sufrieron un descenso de 26 puntos porcentuales. Estos cambios reflejan no solo una transformación en los hábitos de consumo de información, sino una erosión preocupante en el consumo de contenidos profundos.
Reducción del Estrés:
68% en Solo 6 Minutos
Un estudio revolucionario dirigido por el neuropsicólogo cognitivo Dr. David Lewis del Mindlab International en la Universidad de Sussex demostró que leer durante solo seis minutos puede reducir los niveles de estrés en un 68%. El equipo de investigación elevó primero los niveles de tensión y frecuencia cardíaca en voluntarios mediante diferentes pruebas, luego probaron diversos métodos de relajación.
Los resultados fueron categóricos: la lectura fue un 30% más efectiva que caminar para reducir estrés, 68% más efectiva que escuchar música, y 100% más eficaz que tomar una pausa con té o café. ¿Por qué funciona tan extraordinariamente bien? Según el Dr. Lewis: «Al perderte en un libro, puedes escapar de las preocupaciones y el estrés del mundo cotidiano y explorar el dominio de la imaginación del autor».
Cuando leemos, nuestro ritmo cardíaco se ralentiza y la tensión muscular se relaja, cambios físicos concretos que alteran nuestro estado mental y emocional. Este efecto es particularmente relevante en México, donde según encuestas recientes, la población reporta niveles elevados de ansiedad y estrés.
Protección de la Salud Mental a Largo Plazo
Más allá del alivio inmediato del estrés, la lectura habitual protege la salud mental a largo plazo y refuerza la resiliencia emocional, esto es, la capacidad para adaptarse a situaciones estresantes y a los altibajos propios de la vida cotidiana, según explicó el Dr. Francisco Lara, jefe de servicio de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba.
El doctor enfatizó que «leer es una de las actividades más completas para el cerebro» porque involucra redes neuronales complejas que, con práctica sostenida, favorecen la plasticidad cerebral—la capacidad del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones. Esta mayor plasticidad permite una mejor adaptación a cambios, manejo más efectivo de situaciones complejas y respuestas emocionales más equilibradas.
Investigación adicional del Centro Médico Quirónsalud Jaén demostró que leer antes de dormir se ha asociado a una mejora en la calidad del sueño, al facilitar la desconexión digital y reducir los niveles de activación mental.
Prevención del Deterioro
Cognitivo y la Demencia
Un hallazgo particularmente significativo para una población envejecida como la mexicana es que un alto nivel de educación se asocia con una mayor probabilidad de mantener el funcionamiento cerebral adecuado a través del tiempo. Tareas como leer libros, asistir a conferencias y participar en juegos de mesa suponen un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia si se realizan con asiduidad.
En una era donde la demencia y el Alzheimer representan desafíos crecientes de salud pública, la lectura actúa como un factor protector documentado.
A nivel cognitivo, la lectura:Estimula el intercambio de información, el afán de conocimiento, la percepción y la concentración. Incrementa la capacidad de análisis y comprensión de texto. Activa regiones cerebrales que estimulan la imaginación y los recuerdos de experiencias personales. Mejora la capacidad de expresión y el manejo del lenguaje.











