Cuatro de cada diez familias en QRoo carecen de figura paterna
Quintana Roo lunes 3, Nov 2025- Crece la disfuncionalidad familiar
- El 38% de los hogares son encabezados por mujeres, según datos del Inegi

Por redacción DIARIOIMAGEN
Cancún.– En Quintana Roo, miles de familias enfrentan una realidad marcada por la ausencia de uno o ambos padres, una situación que impacta directamente en el desarrollo emocional y social de niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 38% de los hogares del estado son encabezados por una sola persona, principalmente mujeres. Esto significa que casi cuatro de cada diez familias carecen de la figura paterna.
Los municipios con mayor número de hogares monoparentales son Benito Juárez, Solidaridad y Othón P. Blanco, donde la falta de apoyo económico y afectivo se convierte en un reto cotidiano para miles de madres y padres solteros.
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Quintana Roo ha señalado que la desintegración familiar está asociada a factores como el abandono, la migración laboral y la violencia intrafamiliar. Estas condiciones, advierte, pueden derivar en problemas de conducta, deserción escolar y vulnerabilidad social.
Por su parte, el Consejo Estatal de Población (Coespo) informó que la falta de convivencia familiar y de comunicación entre padres e hijos se ha incrementado en la última década, particularmente en zonas urbanas donde el trabajo absorbe la mayor parte del tiempo de los adultos.
Expertos en desarrollo social del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) coinciden en que fortalecer los vínculos familiares y promover la corresponsabilidad parental son tareas urgentes para reducir los efectos de la disfunción familiar en la niñez quintanarroense.
Estudios sobre sus efectos psicológicos
Se han estudiado especialmente los efectos negativos de la desintegración familiar en los hijos. A grandes rasgos, las investigaciones han dado a conocer que la desintegración familiar dificulta la satisfacción de las necesidades que se espera que cumpla una familia.
A mediano y largo plazo, y a nivel psicológico, dichos estudios han propuesto, por ejemplo, que la desintegración familiar tiene como efecto una baja autoestima, sensaciones y conductas de indefensión, así como dificultades para entablar vínculos sexo-afectivos.
De igual forma se ha investigado el comportamiento social y su relación con la desintegración familiar, por ejemplo, en el aumento de conductas violentas o el retraimiento excesivo.
A corto plazo y sobre en la primera infancia, se ha visto que la desintegración familiar (al presentarse como un evento imprevisto y un cambio significativos en la estructura cotidiana) puede causar confusión, angustia, culpa, rabia o comportamientos autodestructivos.
En todo caso es importante tomar en cuenta que, si bien los estudios han encontrado relaciones entre variables (por ejemplo, entre un puntaje de baja autoestima y una experiencia de desintegración familiar en la infancia), esto no necesariamente implica una causalidad: la baja autoestima puede estar provocada por muchas otras variables.
De hecho, estudios recientes contradicen las hipótesis tradicionales y sugieren que no en todos los casos se comprueba la relación entre desintegración familiar y una baja autoestima.
Esto último nos lleva a considerar que no todas las personas reaccionan de la misma manera, igual que no todas las familias y no todos los adultos gestionan igual o con los mismos recursos un proceso de desintegración.











