A pesar de distractores, prevalece la indignación por el asesinato de Manzo
Miguel Ángel Rivera, Opinión miércoles 5, Nov 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
Si no fue planeado, el ataque sufrido por la presidenta (con A) Claudia Sheinbaum Pardo en pleno primer cuadro capitalino, a unos cuantos metros de su casa y oficina, le resultó muy conveniente, pues con el respaldo del equipo oficial de comunicación y de los medios incondicionales, desvió la atención de los altos índices de violencia en el país y, en particular, del asesinato del popular presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez.
El atentado provocó indignación general, que se reflejó en todos los medios de comunicación, entre los cuales los que respetan su autonomía y libertad de criterio señalaron la responsabilidad, por omisión, de los gobiernos estatal y federal de Morena, pues el hoy occiso de cansó de pedir su respaldo para combatir a los delincuentes que operan en su municipio, el principal productor de aguacate, lo cual deja enormes “utilidades”, pero no a quienes se dedican a ese cultivo, sino a los delincuentes que los extorsionan de forma permanente.
El gobernador “moreno” de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, no sólo negó el respaldo solicitado por el finado alcalde, sino que se burlaba de él, mientras que el gobierno federal cubrió las apariencias con el envío de un destacamento de la Guardia Nacional –que fue retirado sin aviso previo– y de una escolta de 14 elementos, ninguno de los cuales estaba cerca cuando el pistolero lanzó su mortal ataque.
Esto pone en evidencia otra deficiencia en el ejercicio del poder de la llamada Cuarta Transformación, la ausencia de un equipo calificado encargado de la seguridad de los funcionarios de alto nivel.
Para no variar, esta falla lleva al ex presidente López, quien entre sus numerosos arrebatos con pretexto de la austeridad suprimió el eficiente cuerpo de Guardias Presidenciales, el cual se contaba entre los mejores en todo el mundo.
Una de las pocas fallas de esa institución se dio cuando el ya desaparecido Papa Juan Pablo II visitó la entonces residencia presidencial de Los Pinos. De entre el reducido público al que se permitió el acceso, previa rigurosa y detallada revisión, se desprendió una joven que corrió hasta caer de rodillas ante el Pontífice. El primero en reaccionar fue el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien con amabilidad apartó a la muchacha y la entregó a los guardias que llegaban abochornados. Después trascendió que se aplicaron severos castigos, no solo a los descuidados guardias, sino a los altos mandos del afamado equipo de seguridad. Esa clase de fallas resultan inadmisibles.
El pasado martes, en un inusitado recorrido desde Palacio Nacional a la cercana Secretaría de Educación Pública (SEP), la Presidenta (con A) fue víctima de un acto de acoso. El atacante, al parecer ebrio y/o drogado, aplicó a lla mandataria las acciones que diariamente miles de mujeres padecen en el Metro y otros medios de transporte, pero ellas no tienen un cuerpo de seguridad como el que se supone cuida a la primera mandataria.
El atacante fue consignado ante un juez, pero se ignora si hubo acciones en contra de los incapaces guardias, lo cual está muy acorde con el funcionamiento del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, el cual clasifica mucha información por “razones de seguridad nacional“.
En medios oficiales y otros que no lo son, el acoso a la presidenta Sheinbaum generó severas críticas, pero también hubo expresiones de quienes no creen en lo espontáneo del suceso.
Por ejemplo, el dirigente nacional del PRI y senador, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, insistió en que la agresión sexual que sufrió la presidenta Claudia Sheinbaum se trató de un montaje para desviar la atención de otros temas alarmantes.
“Alito” Moreno lamentó este hecho y condenó cualquier tipo de violencia contra cualquier mujer en este país, tenga el cargo que tenga. En ese hecho trágico, lamentable, condenable que sucedió con la Presidenta de la República, ¿No creen ustedes que eso es un distractor?… ¿Y quién está hablando de la inseguridad, de los asesinatos, de los crímenes, de lo que pasó en Michoacán?, esos son los distractores”, cuestionó.
El priista reiteró sus descalificaciones al gobierno de Morena, al que ha calificado de cínico, corrupto y mentiroso. Afirmó que genera distractores para que la opinión pública hable de otras cosas y no de lo que sucede en este país.
“Nosotros decimos que hay que analizar a fondo lo que ocurrió, que el hecho si es real, es condenable contra cualquier mujer, tenga el nivel… lo que nosotros vemos es que es claro que puede ser un gran montaje para generar un distractor y que la opinión pública no hable de lo que se está hablando de los asesinatos”, recalcó.
Si se trata de distractores, a ellos se sumaron los senadores oficialistas que ayer dedicaron gran parte de su asamblea a un tema que tiene conmovido a todo el país: una iniciativa que convierte en ley la pluralidad étnica de México, como si no fuera una realidad que viene desde antes de que nuestro país fuera una nación independiente.
Los senadores estimaron insuficiente lo que establece el artículo segundo de la Constitución establece:
“La Nación mexicana es única e indivisible, basada en la grandeza de sus pueblos y culturas.
“La Nación tiene una composición pluricultural y multiétnica sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellas colectividades con una continuidad histórica de las sociedades precoloniales establecidas en el territorio nacional; y que conservan, desarrollan y transmiten sus instituciones sociales, normativas, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas…”.
No conformes, los “morenos” y sus rémoras decidieron cambiar la denominación de los que durante muchos años se conoció como “Día de la Raza” para convertir el 12 de octubre de cada año como el “Día de la Nación Pluricultural y Multiétnica”. Todo muy de acuerdo con esa tendencia de la 4T de eliminar de nuestra historia toda influencia europea y pedir, como lo han hecho el expresidente López y su discípula y sucesora Sheinbaum, de pedir disculpas por las acciones de los castellanos, que no españoles.
Pero nada ha logrado hacer olvidar el artero asesinato del alcalde Carlos Manzo.
De manera destacada, su viuda, Grecia Quiroz, se ha encargado de mantener el atentado como evidencia del principal problema nacional: la falta de seguridad y la tolerancia oficial a los grupos criminales.
En una demostración de valor y de entereza, la joven viuda rindió protesta ante el Congreso de Michoacán, en donde reprochó a las autoridades estatales y federales: “qué triste y qué desafortunadamente que tuvieron que arrebatarle la vida a Carlos para que ahora sí quieran mandar seguridad, para que ahora sí quieran brindarnos atención”, dijo la flamante alcaldesa y atribulada jefa de familia.
Recordó que su compañero de vida y de lucha “pidió auxilio una y otra vez, temía por su vida, por la de sus hijos, por la mía, y jamás le hicieron caso.”
Aseguró que, pese al asesinato, la lucha que encabezó su esposo no se detendrá.
“Vengo con el corazón destrozado, me quitaron a mi compañero de vida, al padre de mis hijos, pero hoy vengo con ese valor con el que él se levantaba todos los días a luchar por nuestro municipio, por nuestro estado de Michoacán, por nuestro México.”
En medio de aplausos y gritos de apoyo, subrayó que el Movimiento del Sombrero sigue vivo. “Este movimiento no lo callaron y no lo van a callar, porque aquí estoy firme, con la convicción que él me enseñó, con esta lucha incansable”, afirmó.
La crónica de la agencia Quadratín relata que la sesión transcurrió con la presencia de simpatizantes del movimiento que encabezó Manzo, quienes desde las galerías coreaban “¡Ni un paso atrás!”, en alusión al lema político del extinto edil.
Además, el diputado estatal Carlos Alejandro Bautista Tafolla, condenó el asesinato de quien calificó como su amigo, y expresó solidaridad con la familia de Manzo. “Hoy, Uruapan vive una herida profunda, y lo menos que podemos hacer desde este Congreso es honrar su memoria con justicia”, señaló.
Además, el diputado priista Guillermo Valencia Reyes reprobó la polarización que, dijo, “ha agudizado la violencia en México”. Reclamó que las instituciones no escucharon a Carlos Manzo y pidió un alto a la indiferencia oficial ante el riesgo que enfrentan los liderazgos locales.











