Con Intención, congruencia y autoestima: el verdadero punto de partida para lo que deseas en 2026
Opinión lunes 22, Dic 2025
En el umbral de un nuevo año, la conversación pública suele girar en torno a metas, propósitos y deseos.
Sin embargo, pocas veces se aborda la pregunta esencial: ¿desde dónde estamos deseando lo que queremos para nuestra vida?
Existe una premisa fundamental que atraviesa disciplinas filosóficas, psicológicas y espirituales:
todo lo que deseas y todo lo que quieres para ti ya está en ti.
No como una promesa abstracta, sino como una capacidad real que se activa cuando existe coherencia interna. El 2026 no es una excepción; es una oportunidad.
La congruencia es, quizá, la herramienta más poderosa vinculada a lo que muchos llaman la ley universal del éxito.
Congruencia significa alinear lo que sentimos, pensamos y hacemos en una misma dirección.
Cuando estas tres dimensiones entran en sincronía, los objetivos dejan de ser aspiraciones difusas y comienzan a convertirse en procesos alcanzables.
Pero nada de esto ocurre sin intención.
La intención no es un deseo pasajero ni una lista de buenos propósitos.
Es una decisión consciente.
Es el acto de dirigir la energía, la atención y la voluntad hacia aquello que realmente queremos manifestar.
Sin intención, no hay camino; solo expectativa.
Sin intención, el objetivo se diluye antes de comenzar.
Todo aquello que verdaderamente deseas para ti —bienestar, estabilidad, relaciones sanas, crecimiento personal o profesional— requiere ser sostenido desde una intención clara y honesta. De lo contrario, se repite el ciclo de frustración que muchas personas arrastran año tras año.
Ahora bien, la intención auténtica no puede sostenerse sin autoestima. Y la autoestima no existe sin autorrespeto.
La autorrealización personal siempre se deriva de la manera en que una persona se valora y se trata a sí misma. No se puede construir un proyecto de vida sólido mientras se mantienen vínculos, hábitos, creencias o situaciones que generan desvalorización. Sostener lo que duele, lo que limita o lo que resta, es incongruente con cualquier deseo de crecimiento.
Este es el momento de romper con aquello que sabes que te hace daño, aunque sea familiar, cómodo o conocido. Eliminar lo que desvaloriza no es pérdida: es espacio. Y solo cuando hay espacio interno puede crearse algo real, algo nuevo, algo alineado con quien verdaderamente eres.
El 2026 no pide perfección.
Pide honestidad, intención y congruencia.
Todo lo demás —los resultados, los cambios, las manifestaciones— llegan como consecuencia natural de ese trabajo interior.
Porque cuando lo que sientes, piensas y haces camina en la misma dirección, lo que deseas deja de ser un anhelo y comienza a convertirse en realidad.
C O M U N I C A T E
psic.reginadelosrios@gmail.com
GI: @almasagradacorp











