La reconquista del territorio
Ramón Zurita Sahagún martes 22, Nov 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Es tanta la seguridad de los priístas en reconquistar la Presidencia de la República en los comicios del próximo año, que ya hacen cuentas alegres en que con el Ejecutivo federal lograrán la victoria en las siete gubernaturas concurrentes.
Y es que el 1 de julio próximo se elegirán gobernadores en seis estados y jefe de gobierno en el Distrito Federal, por lo que los tricolores están decididos a la reconquista de cinco territorios que fueron suyos en el pasado y dejaron de serlo hace muchos años.
Guanajuato ha visto desfilar los gobiernos panistas de Carlos Medina Plascencia, Vicente Fox Quesada, Ramón Martín Huerta (interino), José Luis Romero Hicks y Juan Manuel Oliva Ramírez.
De ellos, tres han sido ungidos en las urnas, dos más fueron designados como interinos, el primero de ellos por medio de la primera “concertacesión” surgida entre priístas y panistas y el otro cuando Vicente Fox solicitó permiso para contender por la Presidencia de la República.
Guanajuato no tiene un gobierno priísta desde 1991 y es la entidad con más tiempo en todo el país que se ha mantenido alejado de los gobiernos tricolores.
Jalisco es el estado que sigue en duración de años sin gobiernos priístas, ya que desde 1995 los panistas se han sucedido como gobernadores del estado. Primero fue Alberto Cárdenas Jiménez, después Francisco Ramírez Acuña y actualmente gobierna Emilio González Márquez.
Son varios lustros en que los ciudadanos de Jalisco han decidido que el PAN es su mejor opción.
El Distrito Federal es otra de las entidades que optaron por gobiernos distintos al que detentó el poder durante casi 70 años.
Desde que se decidió que los habitantes de la capital del país podían elegir a sus autoridades, la izquierda se posicionó con triunfos sucesivos en las urnas.
Primero fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, siguió Rosario Robles Berlanga (interina), Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas Rodríguez (interino) y Marcelo Ebrard.
Morelos también lleva dos administraciones alejados del partido tricolor, ya que primero Sergio Estrada Cajigal y después Marco Antonio Adame Castillo, vencieron a los candidatos del tricolor y de los otros partidos, para sentar una base panista en la entidad.
Chiapas se constituyó en un bastión de la izquierda, primero con el gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía y después con el de Juan José Sabines Guerrero, ambos postulados por la izquierda.
En el caso de Yucatán, los ciudadanos optaron ya en el pasado por darle la victoria el candidato panista Patricio Patrón Laviada, aunque a los seis años regresaron a la victoria al priísmo por intermedio de Ivonne Ortega Pacheco.
Tabasco es el único de las siete entidades que ha mantenido la fidelidad de los ciudadanos hacia el partido tricolor, ya que desde que se inició la alternancia en la década de los noventa, han gobernador la entidad Manuel Gurría Ordóñez (interino), Roberto Madrazo Pintado, Víctor Manuel Barceló (interino), Enrique Priego Oropeza (interino), Manuel Andrade Díaz y Andrés Granier Melo, todos de extracción priísta.
De esos siete estados que irán en concurrencia con la elección presidencial, el PRI se encamina a ganar cinco de ellos, cuando menos, según las encuestas que precisan preferencia en los actuales momentos.
Es decir, si los comicios fueran hoy, el priísmo refrendaría (sin candidato todavía) los procesos electorales de Yucatán y Tabasco, pero además podría recuperar los estados de Chiapas, Morelos y Jalisco.
No sucedería lo mismo con Guanajuato y el Distrito Federal, aunque tendría oportunidad de hacerlo, principalmente en la segunda de las entidades mencionadas.
El grave problemas para los priístas se presenta en Guanajuato, donde los candidatos del tricolor son de perfil bajo y no se advierte cómo podrían enfrentar en las urnas al preferido del gobernador, Miguel Márquez o al del gobierno federal José Ángel Córdova.
Por el lado de los priístas, el senador Francisco Arroyo Vieyra encabeza las preferencias y hasta se dice que cuenta con el respaldo de la familia Fox-Sahagún, pero no pinta en las preferencias ciudadanas.
El Distrito Federal es la otra entidad en la que los priístas enfrentarán mayores problemas para conquistar la victoria, ya que su principal escollo es la unidad de la izquierda.
Si los partidos de izquierda se combinan con un candidato idóneo, no hay duda de que estarían encaminados a la victoria, con todo y que en las encuestas los priístas se acercan peligrosamente en las tendencias a las expresiones de izquierda.
En la ciudad de México hay un gran número de ciudadanos satisfechos con el trabajo realizado por los gobierno de izquierda.
No sucede lo mismo en Jalisco y Morelos, donde la ciudadanía ya se hartó de los gobiernos panistas y voltean de nueva cuenta hacia el priísmo.
La prueba de ello es la composición actual de los ayuntamientos, donde el partido tricolor gobierna los principales, los que concentran mayor número de habitantes y cuentan con la principal bancada en los respectivos congresos locales.
En Chiapas se ha dado el raro fenómeno de que los dos gobiernos ganados por la izquierda lo hicieron con candidatos insatisfechos que abandonaron el PRI en la víspera para ser nominados por los partidos de izquierda.
Los priístas se encuentran seguros de que con un buen candidato y sin que exista la fuga de militantes, el gobierno estatal sería recuperado.
Con este panorama, la dirigencia del partido tricolor se siente segura de que eligiendo bien a sus candidatos y manteniendo la unidad podrán recuperar un importante número de posiciones, empezando por la Presidencia de la República.