Incertidumbre
¬ Juan Manuel Magaña jueves 21, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Volvemos a la incertidumbre de hace seis años. Los candidatos punteros Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador dicen que ya tienen el gane asegurado, pero que no hay que confiarse. Felipe Calderón sostiene que nadie la tiene segura y su candidata Josefina cree que todavía le alcanza este tiempo para rebasar (quién lo iba decir, la muy recatada tiene ahora que inducir a las parejas a negociar con sexo y votos).
Nadie sabe qué camino va a tomar el voto oculto y sigiloso, ese que permanece agazapado y que se calla hasta ese día de elección.
No se sabe qué va a hacer el hombre de la calle, que no cree ya en los noticiarios y mucho menos en las encuestas porque su situación no concuerda con las ficciones de la pantalla y porque a él nunca nadie lo ha encuestado.
Nadie sabe cuánta potencia trae la nueva irrupción de jóvenes y estudiantes que aun no acaba de expresarse en la escena política, pero que cuando lo hace cunde como moda o contagio.
Nadie sabe de qué tamaño será la desesperación de última hora de los contendientes, ni a qué trampas los conduzca. Y por eso no se sabe si el resultado tranquilizará o agitará la mar de la pos elección.
Pero dicen los estudiosos que para una democracia la incertidumbre no es mala, sino todo lo contrario.
Expresa el vigor de la competencia puesto que, de otro modo, qué chiste tendría el que hubiese un predestinado al triunfo desde el principio hasta el final, justo como era antes con el partido realmente único.
A las campañas les queda una semana y nadie se limitará a dejarse llevar por la inercia. Pueden pasar cosas todavía. Concluyen a la hora cero entre el 27 y el 28 de junio.
Y habrá cierres que expresarán verdaderamente fuerza o que darán la sensación de fuerza.
Entonces la elección comenzará a las ocho de la mañana del domingo primero de julio, para el último despliegue de los ejércitos de militantes y funcionarios hacia adentro y afuera de las urnas.
Buscarán agotar el último recurso, ya sea bueno o sea muy malo. Y en medio de tan aparatoso montaje, unas diez horas tendrá la ciudadanía para expresar su voluntad.
La gran incógnita es cuántos se decidirán a votar esta vez.











