Matar el tiempo como Calderón
¬ Juan Manuel Magaña jueves 9, Ago 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Con todo y el regreso a clases y la vuelta a la normalidad, la política parece hallarse en una especie de punto muerto.
Por un lado, Peña Nieto y compañía mantienen reprimidos sus enormes deseos de festejar “el triunfo”, mientras AMLO y compañía permanecen, unas veces en el sol y otras en la sombra, a la espera de que llegue la hora del tribunal.
En cambio, Felipe Calderón nos ha querido regalar dos momentos de sano esparcimiento para este tiempo de vigilia.
Uno fue cuando se puso a cantar en Querétaro, con su voz aguardientosa y ante un montón de panistas de caras largas, la canción ‘Historia de las sillas’, del cubano Silvio Rodríguez.
Aunque el tono estuvo francamente deprimente, Calderón se aplicó al seleccionar esta pieza que al principio y casi al final dice:
“En el borde del camino hay una silla,
la rapíña merodea aquel lugar…
… el que siga buen camino tendrá sillas
peligrosas que lo inviten a parar… “
¿Cómo ven, la escogió para la ocasión, no?
El otro momento, este sí interesante, fue el de la promulgación de la última reforma política.
¿Recuerdan cuál? Precisamente la que hemos venido mencionando en los últimos días: la de la toma de posesión sin angustias ni bochornos por más repudio que hubiera para Peña, pero también la del presidente interino y la elección extraordinaria, en caso de que la presidencial del 1 de julio fuese invalidada por el tribunal.
Quién iba a decir que el perdedor absoluto de esta elección iba a ser el que ahora mantuviera el ánimo hasta para cantar e inyectar una dosis de sádico suspenso al desenlace de una (otra) elección impugnada.
Pero así es este interregno -definido aun por el “nada para nadie”- durante el cual todavía hay que soportar, pregúntenle a los panistas, al inquilino de Los Pinos.
Y será por hastío, aburrimiento o ganas de distracción que la cúpula priísta aprovechó este tiempo para decidir, democráticamente como es su costumbre, que sean Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón, “los nuevos” líderes de sus representantes populares, uno en San Lázaro y otro en el Senado.
Da la impresión de que es así como el viejo PRI avanza, mientras “el nuevo” está atorado en la aduana del tribunal.
O acaso sea que, de cara a lo que pudiera venir, puede más en el PRI el instinto de conservación que cualquier otra consideración.
Es una especie de sabiduría vaticana: mientras no se sabe a dónde se va, es mejor ir a lo seguro.
Y AMLO anda por el estilo. Como parece que ya agotó todas sus pruebas, ahora se la pasa haciendo resúmenes de diez puntos de la impugnación de una elección.











