La entrega-recepción
¬ Juan Manuel Magaña viernes 7, Sep 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Al final de la conferencia de prensa que dieron juntos Enrique Peña y Felipe Calderón, en Los Pinos, era Calderón el de la sonrisa forzada y tensa. Y eso a mí no me extrañó.
Ese gesto me proporcionó el dato de que en esto de la “transición” de un gobierno a otro es Calderón el que no se abre y refuerza mi suposición de que tiene mucho que ocultar.
Si así va a estar, eso es muy delicado. Me llama la atención de que junto con Alejandro Poiré y José Antonio Meade se haya incluido a Gerardo Ruiz Mateos en el equipo que entregará el gobierno a los que están por llegar.
Poiré no me extraña, pues el tipo es un ostión difícil de abrir y bueno para hablar sin decir nada. Pero Ruiz Mateos es un sujeto, que me atrevo a pensar que cuando le pregunten algo, va a contestar que no sabe nada de nada. Y va a ser sincero. Estoy en la línea de que Calderón tiene mucho que esconder. Y la mejor manera es haber puesto en medio a Ruiz Mateos.
Lo creo así porque Calderón manifestó a Peña Nieto su apoyo personal e institucional para que la transición gubernamental sea tersa, ordenada, transparente y eficaz. O sea, dijo casi nada. Lo de “tersa” fue un mensaje de que no hay que pelear. “Ordenada”, rollo. “Transparente”, rollo. “Eficaz”, puro rollo.
Peña, incluso le reviró a tanto rollo, pues de hecho definió lo que espera: que esta coordinación deberá ser todo eso, pero “apegada a derecho”. Lo que diga la ley y no puras ocurrencias.
Parece haber ido con tiento al decir que en estos tres meses recogerá la información necesaria para orientar las acciones, a partir del 1 de diciembre, para el cumplimiento de sus compromisos de campaña.
No está mal, porque si no recibe lo que necesita, sería bueno que dijera qué le va a impedir desde el principio el cumplimiento de una promesa. Si no, es a él al que le vamos a echar la culpa.