Aumentan menores reclutados por el crimen, alerta Elías Azar
* Especiales, Seguridad viernes 9, Nov 2012- Hasta el momento, el Tribunal Superior de Justicia del DF ha resuelto 17 mil expedientes de jóvenes que delinquen
El presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), magistrado Edgar Elías Azar, advirtió que, de no detener el problema de los menores que delinquen, se estará ante un serio problema, y recordó que la delincuencia organizada utiliza cada vez más gente joven, además que los tribunales están sentenciando a personas de menor edad.
Al participar en el foro Justicia Efectiva, informó que de 2 mil 500 causas juveniles que recibió el TSJDF hace unos meses al hacerse cargo de la justicia para adolescentes, al día de hoy son 17 mil los expedientes en sus juzgados y salas especializados, mismos que están resueltos al 100 por ciento.
“Si esta enfermedad social se desarrolla por desatención, se convierte en un mal de difícil solución, y nos coloca, a todos, en una situación muy comprometida”.
Consideró que no puede haber prioridad más alta, y recalcó que persiste la falta de recursos materiales y financieros suficientes para encarar esta responsabilidad y lograr la reinserción de los menores que han “abofeteado a la sociedad”.
Elías Azar planteó que la nueva administración federal debe encarar con solidez y fuerza el problema de los jóvenes, ante una delincuencia organizada que se vale cada vez de más menores.
“Ocupémonos del tema; no nos distraigamos en cosas que por tener el carácter de urgente no sean tan esenciales y tan urgentes como el tema de los menores. Éstos reclaman más atención en todos los órdenes. No permitamos que caigan en la delincuencia, porque esa no es culpa de ellos, es culpa nuestra”, enfatizó.
Precisó que a los nuevos juzgados orales para adolescentes se han turnado más de 5 mil expedientes; a los juzgados escritos de conductas graves, casi 9 mil, mientras que a los juzgados de transición, más de mil.
“Tenemos una responsabilidad todos los que administramos justicia, y es no permitir que nuestros jóvenes delincan, evitar el camino de los jóvenes a la delincuencia, pero, sobre todo, si han caído en el yerro del delito, tener la capacidad, la madurez, la sabiduría, la solidez, como gobierno, de poderlos reinsertar socialmente para que no vuelvan a hacerle daño a la sociedad”.