¿Cuántos más?
Ramón Zurita Sahagún martes 27, Abr 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Se pide con inusitada frecuencia que ya no se cuenten los muertos producidos por la creciente violencia, que no se les otorgue espacios a los enfrentamientos entre las bandas delincuenciales o los que éstas sostienen con las fuerzas del orden.
Que los medios de comunicación ignoren los retos que constantemente son lanzados por los distintos cárteles que pueblan el país y que no hagan eco de sus provocaciones y manifiestos.
Pero cómo ignorarlo o eludirlo, si el número de víctimas crece considerablemente y el esfuerzo de las autoridades se vuelve casi estéril para contrarrestar la influencia y penetración de los grupos vinculados a la delincuencia organizada.
Cómo no hacerlo si cotidianamente se establecen nuevos métodos, mediante los que los delincuentes hacen valer su fuerza y dejan constancia de su dominio y presencia en los distintos estados del país.
El gobierno federal lanza proclamas y loas sobre su avance en el combate a la delincuencia organizada cuando se detiene a uno de los presuntos jefes de esos grupos y asegura que avanza considerablemente en su lucha.
Sin embargo, la realidad nos muestra cosas distintas y deja constancia de la osadía de los sicarios, los que actúan impunemente en lugares sorprendentes.
Los casos recientes muestran la fragilidad de las ciudades, de quienes combaten al crimen organizado y de la ciudadanía en general, víctimas inocentes de esta cruenta lucha.
Son varias las ciudades que muestran el atrevimiento y la audacia de los grupos delincuenciales, los que buscan dejar constancia de su poderío en fuerza, armamentos y, principalmente, organización.
Ciudad Juárez, Monterrey, Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros, Torreón, Durango, Acapulco, Morelia, han sufrido embates violentos en las semanas recientes con saldos lamentables, incluidos un importante número de bajas civiles y policíacas.
Es simplemente aterrador, lo que sucede en esas ciudades, donde mediante emboscadas, enfrentamientos, ajusticiamientos y contando con la complicidad de la impunidad en la que se mueven, militares, policías, autoridades, estudiantes, niños, adolescentes, jóvenes y adultos, han sido víctimas de una bala perdida o dirigida.
Pero lo más aterrador de todo es la rapidez con la que una ciudad puede ser bloqueada por los grupos delincuenciales, sin que exista pronta capacidad de respuesta de las autoridades.
Lo preocupante es que de la misma forma circulen caravanas de vehículos que llegan y levantan a huéspedes de hoteles, sin que nadie se percate de ello.
También lo es que se aposten los delincuentes en diversos sitios para esperar el paso de sus víctimas y que después de ellos se den a la fuga, sin que las autoridades puedan impedir uno solo de las decenas de atentados que suceden cotidianamente.
Entonces de que sirven los miles de soldados desplazados por todo el país y las decenas de cientos de policías federales enviados al combate del crimen organizado y que cuestan cuantiosos recursos al erario público y cuyos resultados son escasos.
Cuántos más necesitan caer para que las estrategias y programas del gobierno federal en su lucha contra la delincuencia surtan efecto y, cuando menos, disminuya el número de víctimas.
Solamente como un simple dato, las primeras bajas producidas entre la tropa y la policía federal eran objeto de un homenaje en que el Presidente de la República expresaba su sentir y preocupación y rendía un tributo y reconocimiento a las víctimas.
Hoy, son tantas y tan frecuentes que poca atención merecen ya del Ejecutivo federal y de los altos mandos del gobierno.
Por lo pronto, los del crimen organizado ya mostraron que son capaces de innovar y adoptar nuevas estrategias para cumplir con sus propósitos y el gobierno federal cuándo renovará las suyas.
*La historia de los funcionarios de Seguridad Pública en Michoacán registra una diversidad de víctimas, entre las que se encuentran Rogelio Zarazúa Ortega, director de la Policía Estatal Preventiva y José Manuel Revueltas López, subsecretario estatal de Seguridad Pública, los que fueron asesinados.
Mejor suerte corrió la actual secretaria Minerva Bautista, la que resultó con lesiones de arma de fuego y quemaduras, producto de la emboscada de la que fue objeto la madrugada del sábado.
Bautista Gómez tomó posesión en el cargo en febrero del año pasado, luego de la anterior titular del cargo (Citlali Fernández) fuese acusada y detenida por presuntos vínculos con el crimen organizado, en una operación en la que una decena de alcaldes militantes de diversos partidos también fueran detenidos.
*Si en algún lugar se sabe estimado Andrés Manuel López Obrador, ese es su terruño, Tabasco, donde mantiene miles de simpatizantes, los que se congregan a su alrededor.
El domingo AMLO volvió a mostrar esa magia que mantiene sobre sus paisanos cuando acudió a tomar la protesta a cerca de 2 mil comités de base, a los que convocó a seguir luchando y no hacer caso de quienes han traicionado al movimiento que encabeza.
Tabasco es una de las pocas entidades del país en las que López Obrador mantiene relaciones y respalda, además, a la dirigencia del PRD, razón por la que felicitó al dirigente del partido del sol azteca en ese estado, Javier May Rodríguez.
En el evento se anunció el retiro de la política de su hermano José Ramiro López Obrador, quien fungió como alcalde de Macuspana y dirigente estatal del partido, cargos en los que fue severamente cuestionado por su actuación.
Sobre ello, Andrés Manuel dijo: hace bien, es una decisión que él ha tomado y que yo respeto.
*El PRD inició el desfile de nombres para los diversos cargos de elección popular en disputa.
Humberto López Lena y Jesús Romero López, son los nombres de sus precandidatos a la alcaldía de Oaxaca, la que pretenden arrebatar al PRI en los comicios del cuatro de julio.
Gregorio Sánchez Martínez fue ratificado como candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo y por lo mismo abanderará a la coalición que integrará, por lo pronto, con los partidos del Trabajo y Convergencia, para enfrentar en las urnas al priísta Roberto Borge Angulo