PAN, a la deriva
Ramón Zurita Sahagún lunes 17, Jun 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si hay un partido que corre un grave riesgo en los procesos electorales ordinarios de 14 estados del país y otro más extraordinario, es Acción Nacional. El partido que perdió el gobierno federal después de 12 años de detentarlo, corre el riesgo de caer vencido en la joya de la corona blanquiazul -Baja California- y de ser derrotado en las principales plazas en disputa.
De confirmarse este pronóstico, el PAN tendrá que analizar con detenimiento si continúa la lucha interna por el poder o declaran una tregua para rehacer el partido, limar asperezas y encontrar puntos de acuerdo entre las facciones en pugna, en un intento por presentarse como una opción válida en los comicios federales del 2015.
En la disputa por las pequeñas parcelas de poder, los escasos liderazgos que les quedan caen en constantes descalificaciones de sus adversarios internos, sacan a la luz pública añejos enfrentamientos, se lanzan acusaciones de todo tipo y dejan desprotegidos a los candidatos que disputan los cargos de elección popular en 15 estados del país.
Se ha identificado este enfrentamiento como una lucha del grupo del dirigente nacional Madero Muñoz, contra el grupo del ex presidente Felipe Calderón, donde el perdedor es, lógicamente, el partido que logró convencer a los ciudadanos para que les diera su respaldo en las urnas, hasta en dos ocasiones.
La guerra de lodo que se lanzan los contendientes internos salpica a todos y provoca severas dudas en los ciudadanos que van a expresar su respaldo en las urnas. Conforme se acerca la fecha de los comicios del 7 de julio, se intensifican los enfrentamientos de los principales cuadros, mostrando la fragilidad de la estructura partidista.
La presidencia nacional del partido, que ostenta Gustavo E. Madero Muñoz, mantiene abiertos distintos frentes, sin que ninguno de ellos le cuaje.
Es cierto que fue un duro golpe el aplicado a las huestes priístas con el escándalo veracruzano, donde se mostraron parte de las presiones y abusos que este partido pretendía ejercer con los programas sociales en beneficio propio, para el usufructo del voto.
La estrategia le funcionó al dirigente nacional panista, con el establecimiento del adéndum al Pacto por México, aunque después de eso pretendió ejecutar la misma estrategia y el numerito ya no aplicó. Pero lejos de enfocar su estrategia hacia las campañas electorales, el dirigente nacional del PAN decidió aprovechar los buenos resultados que le generó el caso Veracruz, para erigirse como el principal activo de su partido.
Abrió la “caja de Pandora” y dejó salir los problemas internos que, por regla general, el PAN resolvía de forma local, sin que afloraran hacia el exterior.
Decidió que era tiempo de cambiar al coordinador de los senadores de su partido, que se manejaba con bastante independencia del presidente del partido, que es él. Ernesto Cordero fue relevado, luego de que por medio de la prensa se anunció su cambio y ante la inconformidad de 22 de los 38 senadores que coordinaba.
Pero lo que más molestó a los legisladores panistas del grupo de Cordero, fue que en su lugar fuese nombrado un senador que vivía en el anonimato, Jorge Luis Preciado, quien, a decir de ellos mismos, no reúne las condiciones para ser su coordinador. Desde ese mismo momento salieron a flote las filtraciones de la división de los grupos y se lanzaron acusaciones públicas entre unos y otros.
El nombramiento de Preciado dejó sentimientos encontrados entre quienes aspiraban al cargo y que fueron desdeñados, como una clara muestra de que el nombramiento de pastor de la bancada no es tan importante, ya que el control se ejerce desde la dirigencia nacional del partido.
Las posiciones dentro del grupo legislativo provocaron grandes fisuras, ya que se relevó a Jorge Luis Lavalle, operador de Cordero, del manejo del dinero del grupo y surgieron acusaciones sobre el mal uso del presupuesto.
Fue el momento oportuno para dejar ver las diferencias entre algunos militantes, los se lanzaron carretadas de lodo.
El senador Javier Corral y Ernesto Ruffo se lanzaron con todo en contra del manejo de Cordero y Juan Ignacio Zavala (cuñado de Felipe Calderón) recordó el pasado nebuloso de Ruffo cuando fue gobernador de Baja California y su hermano Claudio fue señalado por su presunta vinculación con los grupos delincuenciales.
Al mismo tiempo, afloran señalamientos de uno y otro lado por el manejo del dinero que le fue asignado al grupo legislativo en el Senado de la República. Las acusaciones son fuertes.
Este enfrentamiento de grupos y acusaciones de unos y otros continuará todavía, aunque el resultado que obtenga el partido el próximo 7 de julio puede ser el parteaguas que sirva para declarar una tregua o para consolidar a una de las dos facciones.
“COCOA” Y ADAME
Dentro de este conflicto interno que vive el PAN llama la atención la reunión del pasado jueves sostenida entre la senadora Luisa María Calderón y Marco Antonio Adame, ex gobernador de Morelos.
La primera pertenece al grupo de Cordero, mientras el segundo es señalado por su vinculación a “El Yunque” y es alfil de Madero en el Pacto por México.
PRIÍSTAS APOYAN A GALI
Más de un millar de priístas integrantes del Frente Juvenil Revolucionario (FJR), Movimiento Territorial y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) expresaron su apoyo a Tony Gali, candidato a la presidencia municipal capitalina de la coalición Puebla Unida, reconociendo en él capacidad, experiencia, inclusión y honradez. Por su parte, el candidato del PAN, PRD y Panal, Tony Gali refrendó que para él no existen poblanos de segunda, pues todos son de primera con los mismos derechos sin ninguna clase de distingo, por lo que trabajará para que todos los poblanos cuenten con estabilidad económica, empleo, servicios públicos de calidad, así como seguridad.