Desesperación electoral
Ramón Zurita Sahagún miércoles 3, Jul 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acerca la fecha de cierre de campañas electorales, los distintos partidos intensifican las denuncias y acusaciones contra sus adversarios, al tiempo que la violencia se deja sentir contra los candidatos a los distintos cargos de elección popular.
El proceso electoral del 7 de julio se presenta atípico en todas sus fases, con un gran nerviosismo de los participantes, que dejan sentir su inseguridad sobre los resultados que obtendrán en las urnas.
Desde la garrafal falla en las encuestas de los comicios del 2012, los partidos decidieron no basar en los resultados de esos sondeos sus posibilidades electorales, recurriendo a otro tipo de estrategias que los mantiene dentro de ese rango de inseguridad.
Por eso decidieron dedicar los últimos días de campaña (a las doce de la noche de hoy se cierra el proselitismo) a jugarse el todo por el todo, sacando sus mejores armas, para intentar revertir la posibilidad de una tendencia negativa hacia sus candidatos.
Las denuncias son tantas y tan grandes, la presión que se ejerce sobre las autoridades electorales, que el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, decidió lanzar la advertencia de que no se tolerará ninguna injerencia en los procesos que tendrán lugar en 14 estados del país y en un distrito de Sonora.
No se permitirá ni tolerará que ningún funcionario federal interfiera o tenga injerencia en los procesos electorales”, estableció el Presidente al término del acto para informar de una inversión por 600 millones de dólares por parte de Apple Leisur Group.
Peña Nieto garantizó a su vez que las instituciones y autoridades estarán coordinadas para vigilar el buen ambiente en los estados y asegurar que se puede ejercer el voto de manera libre y secreta.
“El domingo 7 de julio debe ser una fiesta democrática en que se demuestre una vez más la madurez y civilidad política que los mexicanos hemos venido alcanzando y consolidando”, señaló el Ejecutivo federal. Y es que el voto debe expresarse en forma libre y secreta, sin coacciones de ninguna clase, siendo el ciudadano el que defina en las urnas el partido y candidato que resulte triunfador.
Pero son los partidos y sus candidatos los que han enrarecido el clima electoral, con sus constantes denuncias, muchas de las cuales no han sido probadas, pero siembran dudas entre el electorado que se encuentra dispuesto a emitir su sufragio.
Es cierto que los comicios intermedios en los estados no son los más concurridos, ya que los electores prefieren la contienda presidencial y la de gobernador, las que son motivantes para muchos.
Pero los comicios del 7 de julio despertaron pasión y revisten un atractivo especial, por ser los primeros que se efectúan después de la elección presidencial, donde el PRI recuperó la Presidencia de la República, luego de gobiernos panistas por doce años.
La prueba es para todos los partidos, ya que servirá para medir sus espacios, luego de que la izquierda se consolidara como la segunda fuerza electoral, el PRI se constituyera en la primera y el PAN fuese enviado hasta el tercer lugar.
Para los priístas la elección del próximo domingo les significa consolidarse como la primera fuerza política a nivel nacional y dejar constancia que regresaron para quedarse en las preferencias ciudadanas.
Los panistas buscan dejar en claro que están de regreso y que lo sucedido el primero de julio del año pasado, fue solamente un tropiezo. Para la izquierda los comicios son estimulantes, ya que les permitirán medir hasta dónde les pegó el efecto de que Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores los dejaron solos.
Los partidos de oposición de la izquierda y derecha, repiten el gratificante experimento del 2010, cuando lograron en alianza la victoria en los estados de Puebla, Oaxaca y Sinaloa.
Obtener resultados positivos les permitiría alargar esa alianza hasta los procesos electorales del 2015 (federal) y locales en 12 estados del país en 2016 (con cambio de gobernadores).
Pero si algo dejará en claro el resultado que se obtenga en las urnas el próximo domingo es saber hasta dónde impactaron las denuncias de unos y otros sobre el manejo irregular de los dineros públicos, los apoyos a unos y otros provenientes de los gobiernos y, principalmente, el conocer los montos de fortuna de algunos de los candidatos.
LAS ESTRELLAS DEL PANISMO
Los panistas guardaron sus armas secretas durante la mayor parte de las campañas electorales, pero ya cuando vieron que las contiendas se cerraban, recurrieron a sus armas secretas.
Josefina Vázquez Mota, ex candidata presidencial y Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, decidieron asomarse a las campañas de los candidatos de su partido, en un último esfuerzo por jalar al electorado.
De acuerdo con reportes de los recorridos de las dos panistas, la respuesta recibida fue grande, por lo que se considera que su presencia pudiera hacer diferencia en algunos lugares del país.
Sin embargo, lo más llamativo de ello es que ambas políticas se encuentran nuevamente en activo y pondrán más interesante al sucesión presidencial dentro del partido en que militan y que en diciembre próximo deberán elegir al nuevo dirigente nacional. en su caso, reelegir al actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Gustavo E. Madero.
RENUNCIA CANDIDATO
Finalmente el profesor Ceballos, tercero en discordia por la alcaldía de Puebla, decidió una alianza de facto a favor del candidato de la coalición PRI-Verde, Enrique Agüera Ibáñez.
Según sus cuentas, el candidato del PT obtendría el 11 por ciento de los sufragios, lo que lo marginaba del triunfo, por lo que decidió declinar a favor del priísta.