“Conjunto de Revoltosos”
Opinión lunes 7, Oct 2013Los acordes de la imagen
Gerardo Jiménez S.
- No hay tema en estas marchas que actualmente vivimos, no hay canción y mucho menos inspiración por ello no hay ideología y a la historia me remonto
En pleno siglo XXI a 45 años de lo que fue uno de los capítulos más oscuros y sangrientos de este país: La Matanza de los Estudiantes en el año de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, me gustaría marcar, cuál ha sido el ingrediente que ha faltado en estas revueltas que sin él solo podemos tacharlas de: “Conjunto de Revoltosos” y me refiero a los dizque anarquistas y a otros grupos movidos por intereses igual de oscuros que los capítulos negros de la historia de México.
Los verdaderos movimientos siempre, han tenido como ingrediente una bandera, una serie de ideologías y una banda sonora; Italia no podría comprender su historia y nacionalismo sin “El Nabuco” de Giuseppe Verdi, el cual en sus compases esconde una fuerte y enorme pasión que ayudó a despertar al país de la bota para dejar de estar bajo el yugo de los austriacos.
Ludwig Van Beethoven en la “Sinfonía # 3 en mi bemol” demostró su enorme admiración a los ideales de Napoleón Bonaparte, pero cuando este se autocoronó emperador, el padre del romanticismo decidió cambiar el título y borrar la figura inmortal de Napoleón en su arte.
Vayamos a épocas más recientes y hagamos una pausa en el Continente Americano cuando las ideologías tomaban forma y los jóvenes cansados de ciertas imposiciones de otros países, tomaron las armas en busca de modelos de producción más equitativos.
El Frente Farabundo Martí Liberación Nacional creó un himno, el cual logró ser satanizado, porque según miembros del gobierno salvadoreño hipnotizaba a las personas para convertirse en guerrilleros.
En México cuando el EZLN decidió levantar armas en contra del Estado muchos rockeros y personajes de la comunidad artística levantaron sus instrumentos en apoyo a mejoras a un Estado de la República que tenía o tiene olvidado a los indígenas. Cabe mencionar que aunque existen cientos de canciones de la Revolución Mexicana todas son corridos, esto quiere decir que son narraciones de batallas o personajes heroicos.
Posiblemente fue muy a principios de los años 80 y mi Sra. madre Noemí Saiz, que en su juventud pensó hacer cambios y fue parte de muchas marchas en los 60 y un ataque de migraña le salvó el estar en la matanza del 2 de octubre, por ello cuando nos recogía del colegio a veces tenía el placer de escuchar a Ángel Parra y en específico la canción “Cuando Amanece el Día”, en la cual a todo pulmón y con solo una guitarra acústica en mano se escucha en el estribillo: “Y ahí veo al hombre que se levanta, crece y se agiganta”… Al pasar de los años me he dado cuenta que ese mismo tema tiene litros y litros de sangre de miles de jóvenes que buscaron derrocar la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Canta la leyenda que en territorio huichol, nació el padre sol y sus hijos, el universo y la luna dieron vida al ser humano, este lugar se llama Wirikuta y hoy ya es parte de las minas canadienses, lo bueno es que el país del maple tiene premios en respetar el medio ambiente y edificar bellas industrias, pero eso solo es en Canadá ya que saliendo de su propio país sus industrias son las más depredadoras de la naturaleza y muchos pero muchos músicos como Caifanes, Café Tacvba, Calle 13, Enrique Bunbury y La Maldita Vecindad han elevado acordes al cielo para evitar que se pierda una de las leyendas mitológicas más hermosas de nuestro México.
En la voz de Ángel Parra e inspiración de Violeta Parra recuerdo el tema: “Me Gustan los Estudiantes, porqué son la levadura del pan que saldrá del horno” y por ello cedo unos párrafos a Gabriela Becerra Paredes estudiante de Periodismo en el CECC, ex alumna mía y testigo ocular de la marcha de este pasado 2 de octubre. Finalmente y para concluir, es verdad no hay tema en estas marchas, no hay canción y mucho menos inspiración por ello no hay ideología y a la historia me remonto.
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Soy una estudiante de 5to semestre de la carrera de Periodismo, profesión que siempre me llamó la atención y con la única en la cual podía visualizarme en un futuro. El 2 de octubre del presente año 2 compañeros y yo quisimos ir a la “marcha conmemorativa por la masacre en Tlatelolco” quería descubrir e investigar cuál era la razón de dicha marcha que se realiza año con año.
Lo que mis ojos esperaban ver sobre esta manifestación eran gritos de “2 de octubre no se olvida”, pero lo que encontré fue algo totalmente distinto. Personas gritando “gobierno represivo”, una mujer cubriéndose la nariz que le sangraba a causa de las bombas lacrimógenas y nos dijo – “los anarquistas, el SME y algunos maestros ya se fueron para el Ángel, esto ya se puso muy feo, nosotros ya nos vamos”- ella era maestra. Vi un Paseo de la Reforma víctima del vandalismo, tiendas de abarrotes saqueadas, paradas de autobús destrozadas, olor a marihuana, dos helicópteros sobrevolándonos, sirenas de patrullas y de algunas ambulancias, el sonido de las explosiones de gas lacrimógeno y a lo lejos de bombas molotov. ¿Por qué una marcha que se trata de recordar las vidas perdidas aquel día tiene que volverse así? ¿Realmente qué personas van a esta marcha y para qué? Gente con la que platicamos decían que venían por parte del SME, otras eran maestros o estudiantes y al momento de preguntarles el por qué venían aquí desviaban la pregunta.
No viví el 1968, tampoco soy anarquista, ni miembro de algún sindicato, simplemente soy una estudiante que tuvo la curiosidad de ir y cubrir la marcha pero de lo único que pude darme cuenta es del caos y desorden que se vive hoy en día en nuestro país por la “libre expresión” que para muchos no es tan libre.