Le apuestan al olvido
¬ Augusto Corro miércoles 6, Nov 2013Punto por punto
Augusto Corro
Contemplamos con asombro los daños que provocaron las tormentas “Manuel” e “Ingrid” en territorio nacional. El desastre fue mayúsculo en Guerrero, entidad en donde las lluvias mostraron la pobreza y marginación en que viven amplias zonas de la entidad.
Aunque fue imposible controlar los embates de la naturaleza, sí había posibilidades de prevenir los efectos devastadores con medidas preventivas. La prevención no se aplicó de acuerdo a los protocolos de seguridad por diferentes motivos: omisión e ineptitud.
Así, las lluvias llegaron e inundaron y destruyeron lo que encontraron a su paso. Principalmente en aquellos lugares prohibidos para la construcción de viviendas.
En Acapulco, el ejemplo más claro, el agua llegó e inundó zonas habitacionales levantadas en áreas peligrosas con permisos de las autoridades en turno.
En cuanto se conocieron los efectos de la tragedia las autoridades iniciaron las investigaciones para saber quiénes autorizaron la construcción de casas en lechos de ríos. Trascendió que quienes realizan la investigación ya tienen nombres de los funcionarios que autorizaron las viviendas en zonas prohibidas Entre otros irresponsables están implicados funcionarios municipales y estatales. Ahí está el propio gobernador Angel Aguirre, quien en su primera época de gobierno dio permiso para la construcción de una unidad habitacional.
El tiempo avanza y se ignora cuándo se darán a conocer los resultados de la investigación. Como se ve el avance de la investigación es posible que las autoridades le apuesten al olvido del desastre y sin castigo a los responsables por omisión, ineptitud o negocio turbio.
Ya podrán dormir tranquilos aquellos funcionarios corruptos que, coludidos con las constructoras, permitieron la edificación de viviendas en los lechos de ríos.
YA SE ESPERABA
El Ejército y la Armada se encargarán de la seguridad pública en Lázaro Cárdenas, Michoacán, puerto sumido en la violencia por las acciones de los cárteles de la droga. Con la presencia de la fuerza pública se buscará que los michoacanos tengan un poco de tranquilidad que no pudo ofrecer ningún gobernador.
Por ejemplo, la administración actual de Fausto Vallejo se encuentra entrampada con conflictos en todo el estado. En Apatzingán ha sido imposible recuperar la seguridad. El citado gobernador, ausente por una enfermedad hepática, llevó a Michoacán a considerarlo un estado fallido. En el presente, Michoacán vive una crisis total de varios renglones, principalmente los más afectados son la seguridad y la economía.
No podrá haber paz mientras en el estado se encuentren los grupos delincuenciales empeñados en sembrar la violencia y el terror.
Ojalá y la llegada de la fuerza pública en Lázaro Cárdenas se transforme en el primer paso importante para erradicar la violencia en Michoacán. En otra ocasión ya habíamos planteado la necesidad de que las autoridades federales fueron a ayudar al inepto de Fausto Vallejo. Y ya llegó la fuerza pública federal como se esperaba.
EN TAMAULIPAS
En Tamaulipas no se logra superar la violencia y el terror propiciado por las acciones de la delincuencia organizada. En Matamoros los enfrentamientos entre las bandas de narcos dejaron trece civiles muertos. Hubo necesidad de que la alcaldesa de la ciudad mencionada, Norma Leticia Salazar, exhortara a la población a no salir de sus casas.
La condición de estado fronterizo con Estados Unidos (EU) lo convirtió en una zona importante para el trasiego de las drogas.
Es parecida la situación de violencia que viven los tamaulipecos y los michoacanos desde hace varios años. En ambas entidades ha quedado demostrada la ineptitud de los gobernadores.
Los habitantes de esos estados tienen todo el derecho de vivir en paz, sin embargo, no ha habido la fuerza suficiente que lo logre.
Sexenios van y vienen y ninguna autoridad ha sido capaz de llevar la paz. Ocurre lo contrario. En Michoacán la inseguridad crece incontrolable. ¿Hasta cuándo?











