Ejecución obscena
¬ Juan Manuel Magaña viernes 24, Ene 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Tanto para la prensa como para el gobierno federal estadunidense, el gobernador de Texas Rick Perry es una vergüenza.
La prensa de aquel país coincide, un día después, en que Texas desoyó los llamados del gobierno de Estados Unidos y de México al ejecutar el martes al mexicano Edgar Árias Tamayo tras su condena por la muerte de un policía 20 años atrás.
Lo mismo el “Dallas Morning News”, que “Los Ángeles Times”, el “Detroit Free Press” o “The Washington Post”, la prensa subraya el desdén de Rick Perry y de la Suprema Corte de Justicia para aplazar la ejecución de Tamayo.
Reportes que vienen del norte señalan: “Texas ejecutó a un mexicano a pesar de las objeciones de su país”, tituló el diario “Dallas Morning News”, al hacer notar la intervención del propio Secretario de Estado, John Kerry, a favor de que esta fuera aplazada.
La intervención de Kerry tuvo como base lo resuelto por la Corte Internacional de Justicia que en 2004 falló a favor de 51 mexicanos condenados a muerte en Estados Unidos, incluyendo a Tamayo, en un caso contra este gobierno.
La corte dictaminó entonces que Estados Unidos incumplió la Convención de Ginebra sobre Relaciones Consulares al negar a estos mexicanos su derecho a recibir asistencia consular al momento de su arresto.
El periódico “Los Ángeles Times” subrayó el hecho de que en una misiva dirigida al gobernador de Texas, Kerry expresó sus preocupaciones sobre el impacto que su negativa a acatar el fallo de la corte podría tener sobre estadunidenses detenidos en otros países,
El diario “Detroit Free Press” hizo notar que las autoridades texanas optaron por proceder con la ejecución “ignorando objeciones del Departamento de Estado, así como presión diplomática internacional”.
“The Washington Post” destacó que la ejecución de Tamayo tuvo lugar después de que el equipo legal del mexicano perdió su último intento para lograr que la Suprema Corte de Justicia ordenara un aplazamiento. E hizo notar igualmente que el llamado de Kerry al procurador estatal de Justicia, Gregg Abbott, fue reiterado de nueva cuenta el martes por el Departamento de Estado, sin resultado alguno.
Ayer, el Departamento de Estado lamentó la decisión de continuar con la ejecución de Tamayo sin esa revisión y reconsideración”. Y hasta subrayó que “el cumplimiento de EU” con sus obligaciones internacionales a raíz del llamado caso Avena “es fundamental para nuestra capacidad para asegurar acceso consular y asistencia a nuestros ciudadanos que son arrestados o detenidos por gobiernos extranjeros”. Ya para qué. Y luego no se quejen.
Un tipo como Rick Perry, que en sus tres reelecciones en el cargo, ha visto unas 200 ejecuciones, expresa lo peor que pueden tener los políticos de aquel lado del mundo. Eso de la pena de muerte no tiene nada de civilizatorio, si alguna vez lo tuvo. En el caso de Tamayo ha sido algo peor que el delito que se le imputó y que muy probablemente no cometió. Denota discriminación contra las minorías y los pobres que se juegan el pellejo allá por unos dólares. Es, como lo hizo Perry, ojo por ojo, diente por diente.
Y fue un hecho cruel y obsceno, después de haberlo tenido en prisión 20 años y de prolongar públicamente su agonía por espacio de otras tres horas y media. Lo de Tamayo parece más venganza y asesinato. Y Perry es una basura.
Qué contraste, comparado todo eso con la serenidad y la dignidad que mostró la víctima.